Cuidado. Dystopia te tomará del cuello y comenzará a apretarlo. No va a soltarte hasta que te pongas frío y estés al borde de la muerte (Days of Rage). En tu agonía te dará tiempo, en el que podrás respirar y revalorar la vida (End of Innocence) y resignarte a perderla.
El panorama irá a peor. Lo único que podrás ver será oscuridad y caos (Anguish of Youth, Dark City). Intentarás escapar, querrás irte corriendo en búsqueda de un lugar más cómodo. Pero será inútil. Ese es el mundo en el que estás y, lo que puedas esperar de él importa poco. Por más que quieras cambiarlo y por más que luches, no serás más fuerte que él.
La nueva voz de Iced Earth, Stuart Block (Into Eternity), y la música de Jon Schaffer, dibujarán en tu cabeza los escenarios de un mundo imposible (Dystopia). Tan imposible que, por momentos, se asemejará mucho a nuestra realidad (End of Innocence). Ésa en la que escuchamos los pasajes power metaleros de la banda. Himnos de rebelión que gritan el fin de la vida y la incertidumbre de lo que se avecina, que te invitarán a imaginar y a pensar que ojalá en la realidad todo fuera distinto (Anthem).
Así, el pasado lucirá acogedor. No será historia, será el anhelo de un lugar habitable. Permanecerá en tu recuerdo, pero se hará pedazos de un golpe (Boiling Point). Rogarás porque el destino sea verdadero, para que te conduzca a lo que habías forjado durante tu vida: un futuro apacible, donde puedas reír y amar.
Hay algo en los hombres que los hace conservar la esperanza—aunque se encuentre sepultada por ellos mismos— ante la adversidad (Tragedy & Triumph). Porque lucharás otra vez, contracorriente, convencido de que, si no lo haces, será inevitable el colapso. No de lo que está a tu alrededor, no. Sino de ti mismo.
Que las bandas se tarden ocho años en sacar disco si el resultado es como Worship Music. Y que se olviden de su pasado glorioso. Como Anthrax. Porque, y aunque así lo parezca, no se puede hablar de un trillado “regreso”. Ni siquiera porque la banda tenga de vuelta en la voz a Joey Belladona, ni porque el disco salga a través de Megaforce Records. Ni porque giran con elBig Four. Y, tampoco, porque la portada sea casi idéntica al de su anterior We've Come for You All.
No. Porque no se trata de los zombies de Ian, Bello, Benante, Caggiano y Belladona. Son ellos en su mejor versión. Son Anthrax evolucionados, a los que le ha servido el respiro del estudio y de sí mismos. Así, el trabajo que Worship Music ofrece es tan grande como sus clásicos y tan fresco como sus discos recientes. Sí, mezcla el Among The Living con el Stomp 442. Como si sus discos de antaño se hubieran regrabado con una producción actual.
"In the end, I’m pounding on the door but, it’s already over"
Es un error grave no escuchar este disco. Y es un error no repetirlo una vez escuchado. Porque, y aunque desde el arranque te engancha, nos perderemos de mucho si nos conformamos con la primera vez. Démosle un par de vueltas, o tres. Para que se injerte en nuestro subconsciente y, para la próxima vez que lo escuchemos, el disco nos sepa cada vez mejor.
Hallaremos thrash y heavy metal de mucha potencia. De esa que te prende aunque no quieras. Aderezado con toques de "groove" y hasta death, gracias a los blastbeats de Charlie Benante. Joey Belladona pone la sal. Este disco no sería lo mismo sin él. Su voz es un cántico de sirena envolvente que no permite regresar del viaje al que te sumerge. La pimienta la ponen Scott Ian y Rob Caggiano con su juego guitarrero-boxístico, riffs al hígado.
"If you crawl, I’ll follow, I’ll follow…"
Por suerte, no es un disco perfecto. Si lo fuera, Anthrax debería retirarse con él. Un par de canciones bajan la intensidad. Son a medio tiempo, pesadas, como si cargaran un tráiler a cuestas. Aunque no les resta calidad, comparándolas con el resto del disco, evitaron que se llevara un diez.
El álbum contiene un cover: New Noise de la banda sueca de hardcore, Refused; y un tributo a la leyenda británica, Judas Priest. Ahora, solo resta esperar otros ocho años, por favor.
Con dos discos previos en su haber, Evile lanza Five Serpent's Teeth, obra en la que repite como productor el también británico Russ Russell —conocido por obras como Time Waits for No Slave de Napalm Death— y que los afianza como una de las bandas líderes en el resurgimiento del thrash metal. En este inciso, hay que destacar que la opera prima del grupo, Enter the Grave (2007), fue producida por el danés Flemming Rasmussen, legendario artífice en la discografía de uno de los motores primigenios del thrash metal: Metallica, circunstancia por demás relevante que ha marcado el estilo y el rumbo del cuarteto inglés.
La placa abre con la homónima Five Serpent's Teeth, cuya introducción de inmediato nos trae a la mente las clásicas introducciones con guitarras distorsionadas de Metallica —en específico Blackened—; a la hora en que se escucha la voz, podemos distinguir cierta similitud con el James Hetfield de antaño, pero también con Tom Araya, de Slayer, otra de las bandas referentes del movimiento. La siguiente pieza, In Dreams of Terror marca un paso veloz y preciso, cuyo ritmo machacante y estructura compuesta por variaciones en la aceleración, de nuevo nos evoca otro viejo tema: …And Justice for All; por supuesto, tienen su balada tipo Fade to Black, titulada In Memoriam; lo que es el colmo es que, incluso, su bajista original Mike Alexander, murió en una gira (también por Suecia, al igual que Cliff Burton), y así podríamos seguir encontrando coincidencias: en varios sentidos, podríamos verlos como un grupo tributo, hasta en los pequeños detalles. Pero para hacer "justicia" a Evile, Five Serpent's Teeth cuenta con grandes momentos que de manera inevitable llaman la atención de un buen metalero, en específico en las partes instrumentales, como el solo melódico de Xaraya, o el agradable ensamble a dos guitarras de Centurion.
En una corriente que prácticamente agotó sus límites durante la década de los ochenta, es difícil imaginar una propuesta realmente nueva, aunque eso no debe ser impedimento para que Evile busque encontrar un sonido propio; no está mal desde el punto de vista formal, de hecho resulta un lanzamiento muy bien realizado y agradable para el escucha, pero su falta de autenticidad los pone en riesgo de perderse entre el mar de agrupaciones que surgen día a día, en especial ahora que Metallica se ha reconciliado con su sonido thrashero y ya no hace falta que otras bandas cubran su ausencia. Five Serpent's Teeth resulta muy recomendable para quienes se hayan quedado atorados en el sonido básico del thrash, pero si algo ha demostrado el tiempo es que las fórmulas estilísticas acaban por fastidiar —basta comprobar la monótona cantaleta en la que se ha convertido el power metal—; afortunadamente, después de escuchar este álbum, queda claro que estos cuatro jóvenes músicos tienen talento y bastante espacio para mejorar.
Y bien, se acerca el día de la presentación de Textures en México, traen un álbum bajo el brazo con un nuevo vocalista, Daniel de Jongh, quien como todo sustituto tiene que ganarse a todos los fans que se encuentran en un estado de incertidumbre luego que Erick Kalsbeek abandonara la formación. No cabe duda que es un puesto difícil de llenar.
¿Cuál es la mejor manera de comenzar un disco? La respuesta es sorprendente porque Daniel, sin más ni menos y sin que lo esperemos, nos deja escuchar su talento para cantar gutural, no se diferencia mucho de como lo hacía Erick, en algún momento Daniel lleva este estilo de cantar a un nivel pesadísimo, para de pronto demostrarnos su facilidad para pasar a voces más limpias.
De principio a fin encontramos cierto equilibrio entre lo extremo y lo ligero, aunque en ocasiones lo ambiental se extiende tal vez más de lo debido, pero también cuenta con una melodía que encaja perfecto con el estilo del nuevo vocalista; lo que quiero decir es que la música instrumental no se oye forzada, la banda no da un giro radical para encajar con la forma vocal. Sin embargo, es un material que se indigesta en la primera escucha sobre todo por el trabajo de su cantante; conforme pasan las canciones se digiere con facilidad.
El LP es rico en riffs muy progresivos, elemento en el que quizá se centran demasiado, dejando un poco la parte pesada y rítmica que conocimos en su disco anterior, llegando al punto de sonar ligeramente repetitivos. Aún así, Dualism tiene un inicio y cierre muy potente, buenos momentos para apreciar y para el headbanging.
La banda ha evolucionado en el sentido de repetir la misma fórmula de lo que es su mejor producción, Silhouettes, pero presentándolo de una manera diferente, sin sonar igual y aún así nos atrapa, provocando esa exquisita sensación en la que esperamos el instante de cambios en las canciones para sorprendernos con lo siguiente parte.
El CD cuenta con una excelente producción, suena poderoso, guitarras ponchadas, batería colosal, como debería ser; no obstante al parecer, con la partida de Erick también se fue el espíritu de experimentación, porque si bien encontramos sonidos que no habíamos escuchado antes, si revisamos minuciosamente, encontraremos detalles soberbios pero no nos sorprenderán, al grado que lo hicieron sus pasadas entregas y que pusieron a Textures en el panorama mundial.
El encuentro de la melodía con el death metal puede ser algo controversial. Los metaleros más tradicionalistas encuentran especialmente dificil adaptarse a las vocales extra-agresivas, y los puristas del death muchas veces buscan un mayor nivel de muerte y destrucción en la música y las letras que lo nomalmente ofrecido por el heavy metal.
En medio de esto se encuentra el más reciente album de Norther, Circle Regenerated, así como muchas otras bandas que viven en este mundo de cambios de tiempos, vocalización y guerras de riffs contra solos de guitarra constantes (Dimmu Borgir, In Flames, et al) sin irse totalmente al lado obscuro; agrupaciones de las cuales Norther, en ocasiones, se inspira de manera sutil y otras no tan sutilmente.
Después del ataque frontal del primer track Through It All (track abridor que identifica a Norther de manera completa), le sigue The Hate I Bear, basada en un riff pegajoso y coro comercial que en realidad no funciona al nivel de su potencial. El estilo sigue parecido con Truth en donde se tornan al sentido hímnico-metalero, con un prominente pero bien utilizado uso de teclados por Tuomas Planman, con interludio que lleva a un duelo de solos de los guitarristas ‘Kride’ Ranta (quien también hace las vocales limpias) y Daniel Freyberg. El mismo patrón permanece en el resto del album.
Someday presenta clichés bien ejecutados de crescendo que termina en solo de guitarra y una ‘motivante’ repetición del coro como cierre. El estilo sigue hasta que las cosas se tornan baladescas con Falling, canción que quiere lograr un coro pegajoso y balancear vocales ‘limpias’ y agresivas (cortesía de Aleksi Sihvonen), pero sin llegar al nivel de comercialización necesaria para que el experimento funcione, en realidad una oportunidad perdida.
Por alguna razón, We Do Not Care, recuerda a himnos más comerciales de Trivium [Anthem (We Are The Fire)], pero sin los ganchos atrayentes tan bien logrados en esa controversial etapa del conjunto estadounidense. Aún así tiene su momento y no se siente tan fuera del concepto sonoro del LP.
El cierre de Closing In es un buen intento de terminar con sonido de seriedad y presenta un contrabalance respecto al inicio del album.
El material en general muestra la capacidad de Norther de ser agresivos y modernos sin aislarse del heavy metal, conservando por lo general una fluidez de ritmos por su baterista Heikki Saari y el bajo de Jukka Koskinen, dando los cimientos necesarios para poner las capas de agresión y melodía.
Un ejemplo más de la calidad y variedad de bandas finlandesas que abundan en el metal hoy en día, aunque la originalidad no sea su punto fuerte.
Testament se presentó en México este pasado 10 de agosto en un increíble show para recordar. Search & Destroy te trae los tres primeros temas de este concierto, profesionalmente grabados en video HD. Los tracks son More Than Meets The Eye, The New Order y The Preacher. La cámara fue operada por Miguel Ángel Palafox.
Queremos agradecer a Smyrna por hacer esto posible y a todo el equipo de Eyescream Productions.
Testament manifestó el porque es uno de los gigantes del thrash, aunque no esté en los llamados "Cuatro Grandes", pero su calidad los coloca a la par de ellos. Ayer lo comprobaron con la maravilla de presentación que dieron en el Circo Volador, esta vez con Alex Skolnick, quien en la penúltima visita de la banda a México (con Judas Priest) se ausentó; al mismo tiempo Paul Bostaph (batería), por lesión, no pudo estar en esta cita pero sí lo hizo un buen reemplazo temporal, Jon Allen de Sadus.
Strike Master inició la locura en lo que fue su despedida, aunque rumores del medio indican que tan sólo es un descanso del trío mexicano de thrash metal, uno de las mejores bandas de heavy que ha dado esta nación en los últimos años.
Si la noche ya era especial por este presunto adiós, lo fue más aún cuando cámaras dentro del escenario y fuera de el grabaron su show, el cual será editado en un DVD. La respuesta del público a esta calidad sonora fue indiscutible; se tuvo un gran set y un repaso a la carrera de estos músicos que a su corta edad ya cataron la mieles de la internacionalización. Dio gusto verlos otra vez en acción. Su legado, por lo menos en México, ya es intocable.
Para cuando la asesina tripleta terminó, el entarimado quedó ardiendo para tan sólo explotar minutos más tarde con la llegada de Chuck Billy y Eric Peterson. La descarga se originó con el primer sencillo de su anterior producción, The Formation Of Damnation, cuyo coro hizo activar las cuerdas vocales de los más de mil asistentes.
De felicitar a Eyescream Productions por la tan buena producción de luces, sonido, escenografía y por supuesto organización, la gente pudo disfrutar de una noche redonda por todo lo mencionado y claro, por la actuación de los estelares que en estos días alistan su nuevo álbum, The Dark Roots Of Earth, el cual se espera para antes de que concluya el 2011. Si bien no pudimos tener una probada de ese álbum, si la tuvimos de la trayectoria que estos californianos han ostentado desde hace más de dos décadas. Se dejaron escuchar canciones de su clásico The Legacy, hasta de la era sin Skolnick en The Gathering, pasando por poco célebres producciones como The Ritual.
Allen, contemporáneo de los mejores momentos de Testament en los 80, estuvo al nivel haciendo que su batería luciera espectacular ante las luces que adornaban su kit; el bajista Greg Christian siempre se caracterizó por sonreír y atormentar su instrumento; ayer no fue la excepción. Billy, quien hace tiempo padeciera de un mal que lo tuvo alejado de la música, presumió elegancia a la voz, mientras que Skolnick y Peterson dieron fe que son uno de los duos más prolíficos de las seis cuerdas en el orbe del heavy metal.
Esperamos con ansías el retorno de esta entidad a México con The Dark Roots Of Earth, disco que promete dado el impresionante linaje de este quinteto.
SETLIST
Intro (For The Glory Of…)
More Than Meets The Eye
The New Order
The Preacher
Practice What You Preach
Electric Crown
Souls Of Black
Into The Pit
The Legacy
D.N.R.
3 Days In Darkness
Over The Wall
Alone In The Dark
Dog-Faced Gods ENCORE
Formation Of Damnation ENCORE 2
Disciples Of The Watch
“¿Cómo están?” nos preguntó la carismática y querida Anneke van Giersbergen después de interpretar de manera sublime la segunda canción de su repertorio, Saturnine, que hacía recordar con melancolía aquellos años en los que formaba parte de The Gathering; sólo había una respuesta y con un ensordecedor grito acompañado de energéticos aplausos, la audiencia del Circo Volador le hizo saber a ella y a compañía que estábamos extraordinariamente a gusto.
So cold, in the night, Where the river flows; posteriormente, sin que muchos lo esperáramos, a pesar de la previa advertencia, sonaron las primeras notas del cover a Devin Townsend, Hyperdrive, sucedidas de las respectivas líricas; el sentimiento de algunos era encontrado, primeramente porque era inevitable la comparación respecto a la interpretación de Saturnine de The Gathering unas semanas antes en el mismo santuario y ahora por lo que nos provocaba lo hecho por Anneke; y segundo, ahora un cover que al final resultó genial a una personalidad que muchos conocemos.
Sonaron muchas canciones que abarcaban varias etapas de su carrera, pero si hay una que resaltar por su potencia en vivo es por Laugh it Out. El lugar para ese momento estaba lleno, me encontraba presenciando el concierto justo en el pasillo central, hasta ahí llegaba la gente, a mis espaldas estaban ocupadas unas diez u once filas de asientos, lo que provocó que después de dicha canción, la holandesa exclamara “Te quiero México” seguido obviamente de un bullicioso vitoreo; pero… ¿cómo no hacerlo? Si es un hecho que el sentimiento de aprecio es mutuo entre los del entarimado y el público, ambas partes se desvivieron dejando todo sobre el escenario, o bien, gritando y aplaudiendo hasta que la garganta y palmas ardieran.
SETLIST
01.Intro/Fury
02. Saturnine
03. I want
04. Adore
05. Hyperdrive
06. Ice Aaters
07. Hey Okay!
08. Wonder
09. Shrink
10. Laught It Out
11. Beautiful One
12. Locked Away
13. Witnesses
Terminada la presentación de Anneke, la cual duró una hora y que además estuvo repleta de una cálida interacción entre los asistentes y su banda, muchos se dispusieron a atestar los baños, a hacer filas kilométricas para la respectiva cerveza, papas o refresco, sólo hasta las diez en punto de la noche, hora en la que los muchachos nativos de Liverpool se dispusieron a salir al escenario.
Los ánimos estaban encendidos, las ganas de verlos eran fuertes ya que el concierto se había aplazado anteriormente, sin embargo estaban los que tenían que estar, o simplemente como Vincent Cavanagh afirmó: “Estamos aquí porque… estamos aquí”, en alusión al título de su último disco, el cual fue tocado en su entereza por alrededor de una hora.
Conforme transcurría el show, el set-list se tornaba ideal y sorprendente, tanto que cada sorpresa era captada por una ola de celulares y cámaras que ahora juegan parte importante de la iluminación y también fungen como un obstáculo para la visibilidad.
El sonido seguía siendo fuerte, pero nítido, claro pero en ocasiones opacado por algunas fallas técnicas de parte del grupo y como era de esperar, por el bullicio que sólo los fans mexicanos saben hacer. Junto con Anathema nos transportamos a pasajes de rock atmosférico, nos cautivábamos por las melodías cálidas y suaves de la banda como con Lost Control.
El momento cúspide de la noche fue cuando el mayor de los hermanos Cavanagh, Danny, se dispuso a cantar a capela, Are You There? Tras haber terminado su número, los cientos congregados en el recinto, después de haber guardado silencio, ovacionaron al compositor de tal manera que erizaba la piel.
Mejor aún fue cuando una tenue luz lila se desvanecía por sobre los hombros del mismo Danny, quien ahora estaba acompañado de su guitarra y Anneke entonando The Blower's Daughter, cover a Damien Rice; juntos volvieron a dejar en silencio y totalmente rendidos a los asistentes ante las conmovedoras melodías que pararon de sonar después de la media noche.
SETLIST
01. Thin Air
02. Summer night Horizon
03. Dreaming Light
04. Everything 05. Angels Walk Among Us
06. Presence
07. A Simple Mistake
08. Get Off, Get Out
09. Universal
10. Hindsight
11. Deep
12. Pitiless
13. Forgotten Hopes
14. Destiny Is Dead
15. One Last Goodbye
16. Release
17. Lost Control
18. Flying
19. Empty
20. Are You There?
21. The Blower's Daughter (con Anneke van Giersbergen) ENCORE
22. Closer
23. A Natural Disaster
24. Fragile Dreams
Sábado 9 de Julio 2011 Kingston Club
México D.F.
Por Samuel Segura
Fotos: Archivo/markcoatsworth
El Kingston estaba a tope. A las siete de la noche, hora en que el cartel anunciaba el inicio del evento, aún tocaban los teloneros, que iniciaron desde un par de horas antes. Las bandas mexicanas Last Divine Massacre, DDT, Wanted for Murder y Beheading, comenzaron a calentar el ambiente. Literalmente, porque el calor se percibía al entrar. Arcadia Libre y Culminated fueron los dos últimos antes de Born Of Osiris.
El recibimiento del público (de esa escena que aún perdura, quizá con menos brillo pero con la misma fuerza, la del deathcore) para las bandas mexicanas fue ejemplar. A todas se les puso atención y su debido apoyo. Se notó esa unión que en otros toquines igualmente 'underground' no se alcanza a percibir, que con otras bandas mexicanas no se da. Se armó el mosh desde entonces, los brincos y algunas patadas, baile característico en este estilo tan cercano al death metal y demás géneros extremos.
A pesar del retraso, el público no dejó de gritar “Born, Born, Born”. Mientras la banda de Chicago buscaba la mejor ecualización posible, sonaron los primeros acordes de Born to be Wild de Steppenwolf. Cuando por fin salieron a escena, Born Of Osiris no sonó mucho mejor que las bandas teloneras. Es decir, los abridores sonaron bien, potente, aunque con cierta saturación, pero todo en su lugar. Hubo, por fin, un equilibrio de audio entre los grupos que inauguraron y los estelares extranjeros. Por fin.
La primera vez en México de ésta banda, duró cerca de 45 minutos. Poco tiempo, pero efectivo al momento de tocar. Sonaron canciones de sus tres materiales en estudio: Open Arms to Damnation, Recreate, Follow the Signs, Abstract Art,… todas ellas una tras otra, por la premura del tiempo y la energía del público que Ronnie Canizaro (voz) y Joe Buras (teclado), no dejaron de agradecer. A cada minuto dieron todo de sí. Público y banda.
Un reflector era toda la iluminación. Encendía una vez sí y otra no para iluminar a este conjunto tan joven como sus iguales mexicanas. Puños arriba y patadas armaron el mosh, en temas como Bow Down y Ascension. La gente coreaba “one more song, one more song” (una canción más), en espera de que Born Of Osiris no abandonara el escenario. Cuando se encendieron las luces de nuevo, el lugar comenzó a vaciarse. Ya todos estaban afuera con la banda, ahora en espera de un autógrafo o una foto para el recuerdo.
Como parte de su gira por América, The Gathering se presentó en el Circo Volador este 8 de julio de 2011; para calentar el ambiente, The Arkitecht saltó al escenario a las 20:00 Hrs., el proyecto del mexicano Genaro Ochoa, quien tras el lanzamiento de su debut Hyperstructure ha logrado conjuntar una buena banda —particularmente, el bajista Armando Thamez es todo un hallazgo—. El vocalista Dante Díaz tiene una voz potente y bien entonada, y su pronunciación del inglés es buena —aunque no le vendría mal irse a vivir un par de meses a Londres para que se le pegue un acento más corpulento—; tres rolas después, el cuarteto abandona el escenario en medio de aplausos para ceder el escenario a los holandeses.
Como todos sabemos, la salida de la carismática Anneke van Giersbergen dejó un hueco prácticamente imposible de llenar (algo similar a lo ocurrido con Tarja Turunen en Nightwish); sin embargo Silje Wergeland —robada a la banda gótica Octavia Sperati— parece un reemplazo aceptable, con un estilo de cantar compatible y hasta una apariencia física similar, aunque aún le faltan algunas tablas para tener sobre el escenario la presencia de Anneke, algo que, en cambio, le sobra a la encantadora bajista Marjolein Kooijman —quien a su vez sustituyó al bajista original Hugo Prinsen Geerligs—; por lo mismo, en gran medida, esta última se ha convertido en un foco importante sobre el escenario, coreando las canciones o dirigiéndose al público para bromear o para animarlo, en una especie de líder femenina que contrasta muy agradablemente con los tres miembros fundadores que aún quedan y que representan el núcleo encargado de ensamblar el característico sonido de The Gathering: Hans Rutten en la batería, Frank Boeijen en los teclados y René Rutten en la guitarra, realizan como siempre un trabajo impecable bajo los reflectores. Tristemente, la asistencia fue muy baja, pero eso no detuvo al grupo para ofrecer una actuación de calidad, que el público presente agradeció mientras disfrutaba de temas clásicos como Saturnine, Eleanor o In Most Surfaces, así como de las nuevas en el repertorio No One Spoke, A Constant Run o la deslumbrante Heroes for Ghosts.
El concierto duró poco más de hora y media, y para el regreso del encore, los miembros de la banda regresaron con dos enormes banderas mexicanas en medio de las ovaciones de la audiencia, hecho que Hans aprovechó para ironizar que le había traído a la mente la portada de The Trooper de Iron Maiden. En el último par de canciones, el bajo de Marjolien comenzó a fallar, algo que ella tomó con una sonrisa comentando: "estoy incendiando el bajo… oops!". Por su parte, Silje aprovechó el momento para decir que era su primera vez en México y que era "fantástico". Al final el público coreó ampliamente los nombres de las dos integrantes femeninas y cuando las luces se encendieron, la banda se tomó un tiempo para firmar autógrafos y posar para las cámaras de sus fans.
The Gathering está iniciando una nueva etapa y no será fácil revivir a quienes le dieron su corazón a Anneke, pero quienes mantengan su creencia en la agrupación, no saldrán decepcionados, ni con los álbumes, ni con los conciertos.
SETLIST
01. Herbal Movement 02. Saturnine
03. Shot To Pieces
04. Rusty Hands
05. Leaves
06. A Constant Run
07. Great Ocean Road
08. Broken Glass
09. Heroes for Ghosts
10. In Motion # 1
11. Eléanor
12. No One Spoke
13. All You Are ENCORE
14. On Most Surfaces (inuït)
15. Travel