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In Flames – Sounds Of A Playground Fading

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Por Samuel Segura

In Flames
Sounds Of A Playground Fading

Century Media

A partir de Reroute to Remain de 2002, In Flames ha cambiado su sonido disco tras disco, sin mirar atrás.  Sus primeros trabajos (Lunar Strain, The Jester Race) han quedado muy lejos de la música que realizan actualmente. El propio Reroute To Remain ya suena un tanto alejado de este nuevo Sounds Of A Playground Fading, a pesar de seguir una línea compositiva similar, de guitarras graves, voces limpias en composiciones más lentas, y un enorme sentido de la melodía.

La música, en principio, es muy sencilla, pero no lo es. Sí, es un disco en la vena más experimental del grupo que parece entrar fácil, pero que, poco a poco, te atrapa a cada escucha por esa complejidad disfrazada. Hay elementos inéditos de este LP, cosas qué descubrir después de escucharlo un par de veces.

La salida de Jesper Strömblad se nota en parte. No hay gran diferencia, pero algo en este Sounds of a Playground Fading es distinto del anterior A Sense Of Purpose, material con que más similitudes guarda. Y esa difstinción radica en las guitarras. El juego entre Niclas Engelin y Björn Gelotte es lo más interesante en las trece canciones que aquí hay (Ropes, Fear is the Weakness), además de la despedida de uno de los fundadores del grupo con Jester´s Door.

La producción del álbum es impecable. Así como In Flames camina hacia delante (o hacia un lado, como se guste ver) compositivamente, sus producciones cada vez son mejores. El bajo de Peter Iwers y la batería de Daniel Svensson brindan contundencia, peso. Se distinguen claramente y dejan vivir a las guitarras en ese mundo pararalelo en que se desarrollan.

La voz es fundamental. Anders Fridén es una vocalista con un registro cada vez más trabajado, particular y reconocible que explora nuevos derroteros no escuchados antes en él. Y las letras se incrustan más en las honduras de los sentimientos humanos con un trasfondo de tipo social, transgresor, de luchas internas y externas (Deliver Us).

La velocidad de discos pasados no desaparece por completo. Hay partes death melódicas que la agrupación no ha dejado de lado (The Puzzle, Enter Tragedy), pero son las menos. En el disco perduran ambientaciones, acústicos, violines, y melodías sobre guitarrazos lentos, potentes. Hasta una canción totalmente relajada como Liberation. Pero no es algo que deba asustar de In Flames. Ellos ya han marcado su camino desde hace mucho tiempo.

Anaal Nathrakh – Passion

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Por Samuel Segura

Anaal Nathrakh
Passion

Candlelight Records

Un ruido extraño, interferente, comienza. Lo acompaña una guitarra acústica y lo que parecen unos gritos femeninos. Pero, es difícil tener la certeza de ello. El caos sonoro y la distorsión, impiden identificar aquello que suena al margen de la música. Sin embargo, ese desorden auditivo se percibe completamente planeado, adrede.

Sexto álbum desde 2001, a la banda británica Anaal Nathrakh no le afectan los años. Ni el género musical. Porque en Passion, los sonidos black, tanto melódico como old school tienen espacio, sin inclinarse por ninguno. Incluso un tufo grind/death se apodera por momentos del álbum, como la pasión se apodera de los hombres y de sus actos.

El dúo inglés realiza su música desde lo profundo de sus entrañas, lejos del cliché del género (en donde los rostros maquillados y los picos en muñequeras predominan). Hay gritos angustiantes que sobrepasan las barreras de los idiomas aquí utilizados, porque gritar en francés o en inglés resulta lo mismo. Esos gritos se entremezclan con voces limpias, más digeribles y propias de los sonidos black más modernos.

Muchas veces, en vez de una letra, suenan quejidos. Ruidos, ambientaciones, sampleos que encajan con la interminable sucesión de blastbeats y solos disonantes. Y en otras ocasiones, las canciones se asemejan entre sí, principalmente por algunos riffs. Hasta el grado de compararlas y diferenciarlas en el acto. Es por ello que este álbum debe escucharse sin pensamientos previos, como si la casualidad nos hubiese llevado hasta él.

Su estructura caótica y compleja se rompe por momentos y tras varias escuchas. Passion no entra a la primera, ni a la segunda. Entra a la séptima, a la octava. Ello no indica que sea un disco insufrible, al contrario. Invita a escucharlo una vez y las veces que sea necesario para intentar digerirlo mejor. Porque, al final de cada escucha, la sensación de que es necesario volverlo a oír, no termina. 

Slayer: Tormenta Roja

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Martes 21 de Junio 2011
Palacio de los Deportes
México D.F.
Por Sergio Alvite
Fotos: Toni Francois

Slayer magnificó el título que su nombre ha procreado a lo largo de todo este tiempo a través del concierto que ofrecieron anoche en el Palacio de los Deportes de la Ciudad de México.

Aunque este territorio los ha visto en pocas ocasiones, cada vez que riegan su pólvora sobre nosotros, dinamitan más la intensidad y abolengo que poseen. El día de ayer no fue la excepción aún sin Jeff Hanneman al frente, pero sí con un refuerzo de lujo, Gary Holt de Exodus.

Siempre cada recinto lleno luce más, y aunque este no ofreció la venta total de sus localidades, si logró la máxima en cuanto a la que se usó, que fue la de pista que dejó más libertad y movimiento al unísono de los himnos de Slayer para los miles que volvieron a vivir a esta legendaria banda, y de igual manera para quienes los vieron por vez primera.

La velada empezó pocos minutos antes de lo establecido, y de verdad agradezco que haya sido inaugurada por los regiomontanos Avatar, cuya experiencia la pusieron en práctica no sólo con arsenal auditivo, sino también por la presencia, personalidad y carisma con el que afrontaron el compromiso. Sus composiciones sonaron intactas, aunque el sonido no ayudó mucho al inicio. Los amantes del doom y death enlistaron tracks de su más reciente producción inédita, Icons (2009), así como un cover a Venom, Witching Hour.

Con la cita cumplida, Avatar se llevó ovación y dejó el escenario encendido para la tormenta roja que pintaría al domo de cobre.

La marea comenzó entonces con la canción abridora de World Painted Blood (2009) que también da nombre al LP, seguido de Hate Worldwide y una completa explosividad de velocidad y sudor para adentrarse en clásicos con indomable sonido como War Ensemble y avanzando en el recorrer con Disciple o Dead Skin Mask. Cada entonación de Tom Araya fue con total entrega a la voz y bajo, pero ya sin agitar la cabeza como antes por los problemas de espalda que ha padecido al paso de los años. Por otro lado, Kerry King siempre se vió discreto, fiel a como se le ha conocido en el entarimado. Dave Lombardo es impecable, cada redoble y remate fue limpio; y por último pero sí, no menos importante, Gary Holt, quien recibe una oportunidad de oro por mantenerse en el mismo ámbito pero a una potencia hiper elevada por interpretar la música de Slayer, fue el que más se movió a lo largo del escenario y con una guitarra flying V aparentemente salpicada de sangre; todo un marco perfecto para la ideología comercial que el cuarteto siembra desde los 80.

Araya, gracias a sus raíces chilenas, se dirigió al público en español entre algunas de las canciones para elevar la eficiencia de la noche al instante en que un gran escudo y el logo de Slayer irrumpían a las espaldas de los músicos. Las luces fueron un arma extra para engrandecer las entonaciones moviéndose y cambiando de acuerdo a los sangrientos riffs de King y mastodónticos golpes de Lombardo.

El tiempo parecía no transcurrir pues descarga tras descarga se manifestaron con puños en lo alto y cabelleras volando por doquier, síntomas que simbolizan a un show de esta fuerza inmortal del thrash metal.

Conforme se dibujaba el climax, Seasons In The Abyss y South Of Heaven fueron sus protagonistas, para dar gran final con Raining Blood, Black Magic y Angel Of Death, esta última de su triunfante Reign In Blood.

Slayer así cumplió con una avalancha carmesí; no dudo que alguien haya salido insatisfecho, pero si así fue puede dar fe de que la banda, a pesar de los años, lesiones y rumores de un pronto adiós, reencarnó su holgura en la Ciudad de México.

SETLIST
World Painted Blood
Hate Worldwide
War Ensemble
Postmortem
Temptation
Dittohead
Stain Of Mind
Disciple
Bloodline
Dead Skin Mask
Hallowed Point
The Antichrist
Americon
Payback
Mandatory Suicide
Chemical Warfare
Ghosts Of War
Seasons In The Abyss
Snuff
South Of Heaven
Raining Blood
Black Magic
Angel Of Death


 

Glass Mind – Haunting Regrets

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Por Pablo Barrios

Glass Mind
Haunting Regrets

Independiente

Uno de los géneros que están ganando más adeptos dentro de la escena mexicana es sin lugar a duda el metal progresivo, misma que es conocida por ser cuna de grandes bandas de death metal y agrupaciones extremas. Nuevamente México está generando grupos de calidad y ahora con un estilo más técnico.

Desde el Distrito Federal, aparece un conjunto de nivel internacional, la cual seguro dará de que hablar en el futuro. Glass Mind, con su disco debut Haunting Regrets, promete muchísimo y más de lo que uno se imagina; con una historia de formación interesante que cuenta con viajes a Japón, concursos y una joven instrucción musical de parte de sus integrante, Glass Mind se sumerge a un estilo poco transitado en un país que no tiene una tradición de rock progresivo, igualmente a pesar de esos contras de no tener referentes directos en su nación. El debut no podría ser más que auspicioso.

Haunting Regrets es editado en 2008 pero con una re-grabación y un tema inédito, el disco revive su potencial este 2011 donde encontramos canciones muy técnicas, intrincadas, bien pensadas y con una complejidad bastante envidiable; Glass Mind no es la típica banda promedio que siempre anda dando vuelta y no llegan a nada, sino todo lo contrario, parece que están decididos a dejar una huella muy importante en el metal mexicano y por lo menos en su debut lo hacen notar a creces.

Influenciados mayormente por bandas progresivas y modernas como Symphony X, Dream Theater, etc, los miembros del grupo logran tomar varios elementos de los mencionados para crear su propio proyecto,completamente cantado en inglés. El CD transcurre de una forma que fluye naturalmente, no se siente forzado en ningún momento, logran sorprender por su destreza a la hora de presentar los nueve temas que presenta el álbum, los arreglos son excelentes, el ejemplo más claro es Your Name In Silence, el cual dura diez minutos y en ningún instante decae la atención; la instrumental Crepusculum Vehementis, la acústica That Weird Thing, son grandes joyas de un álbum que vale la pena ser escuchado con atención y detalle. En ciertos puntos no pueden separarse de ese sonido tan característico del género porque es su primer LP, por suerte eso no le quita potencia, con el paso del tiempo encontrarán su propio lugar para lograr todavía más el impacto en su música.

Glass Mind es el más claro ejemplo de que en México hay grandes bandas con diferentes propuestas dispuestas a traspasar fronteras inimaginables. Haunting Regrets es un disco que se disfruta, es un debut que muchos quisieran hacer y esperemos que sigan entregando material ya que pueden convertirse en una de las mejores exportaciones del país en mucho tiempo, por el momento ya es una promesa asegurada.

The Sword: ¡El Poder del Riff!

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Viernes 3 de Junio 2011
Vive Cuervo Salón
México D.F.
Por Juanito el del Demo
Fotos: Toni Francois

La banda de Austin, Texas, nos honró con su presencia el pasado 3 de junio. Para calentar motores, los encargados de abrir el evento fueron The Volture, banda originaria de Monterrey, quienes con tres guitarras y un sonido pesado y atascado, volaron en círculos sobre los restos del stoner metal y el doom de la década pasada. Sus canciones en español están bien trabajadas, y hay que destacar en especial la labor del guitarrista Gustavo —quien logra crear extraordinarias ambientaciones con sus acordes—, y del baterista, quien no deja de sonreír mientras toca, imprimiendo buena vibra a sus notas.

Tras treinta y cinco minutos, The Volture abandonó el escenario para ceder el paso a The Sword quienes inundaron con su gran poder el recinto. La agrupación comandada por el bardo de nuestros días J. D. Cronise logró hacer retumbar el lugar desde la abridora instrumental Acheron/Unearthing the Orb hasta los acordes finales de Iron Swan, con su incansable ataque liderado por las guitarras de Cronise y Kyle Shutt, apoyados por una gran sección rítmica integrada por el tremendo bajista Bryan Richie y el baterista Kevin Fender, reemplazo temporal al hueco dejado por el tamborilero original Trivett Wingo.

De mención especial resultan The Chronomancer I: Hubris —con sus más de siete minutos de duración— y Astraea's Dream, que desencadenó un infierno en las primeras filas de los espectadores, quienes explotaron en un slam apasionado y violento. Al final, Cronise, quien lució una playera de los canadienses Rush, salió satisfecho con la reacción del público, a pesar de la baja asistencia. Esperemos que la próxima vez que vengan las circunstancias sean más favorables, pues está claro que este grupo tiene todavía larga vida por delante, en una existencia plagada de riffs y gran cohesión instrumental.

SETLIST
01. Acheron/Unearthing the Orb
02. Tres Brujas
03. Arrows In The Dark
04. How Heavy This Axe
05. Barael's Blade
06. The Chronomancer I: Hubris
07. Maiden, Mother & Crone
08. Lawless Lands
09. To Take The Black
10. Astraea's Dream
11. The Warp Riders
12. Massacre (cover a Thin Lizzy)
13. Night City
14. (The Night The Sky Cried) Tears Of Fire
15. Winter's Wolves
ENCORE
16. Freya
17. Iron Swan

Gracias a Efrén Muñoz por el acceso y disponibilidad, así como a IRProducciones, The Sword y a Toni Francois.

Between The Buried And Me – The Parallax: Hypersleep Dialogues

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Por Alberto Torres

Between The Buried And Me
The Parallax: Hypersleep Dialogues

Metal Blade Records

Between The Buried And Me dejó de ser, desde hace mucho tiempo, una joven promesa del metal progresivo, sin embargo, con este disco comienzan a escribir su nombre dentro de la historia del metal, desde este punto comienzan a ser un referente para generaciones futuras y forjando una historia, pronto estarán a la par de bandas estandartes como Dream Theater, Opeth, entre otros.

Muchos consideramos que el momento cumbre de la creatividad de este grupo, se alcanzó con su disco Colors (2007), pasando por así decirlo, por un pequeño altibajo con The Great Misdirect (2009) pero con The Parallax: Hypersleep Dialogues han sacado lo mejor de cada uno de ellos y de la mano de su nueva disquera Metal Blade Records, comienza una nueva era.

Simplemente basta con echar un vistazo al concepto que rodea el álbum –dos humanos que viven millones de años luz uno del otro y las decisiones que tomen podrían cambiar su vida o el curso del universo- podemos darnos cuenta de lo ambicioso de esta nueva entrega, he aquí donde radica la grandeza de este magnífico conjunto.

Sin profundizar en la descripción detallada de cada canción que conforma el CD, es de menester señalar que desde el momento en que comienza éste, el oyente se sumerge en un trance que lo transportará por cortes agresivamente escalofriantes, melodías bellas, y ejecuciones impecablemente majestuosas. Una increíble capacidad de crear atmosferas musicales donde están de regreso aquellas intromisiones de géneros diferentes dentro de una misma canción a las que nos acostumbraron en Colors y que no terminan por aburrirnos.

Si de algo tenemos que pecar es de reprocharles a BTBAM el traer de vuelta lo pesado y poderoso, pero no incluir ese gancho constante, es decir, los riffs que hagan que la sangre se te acumule en la cabeza al moverla despiadadamente.

The Parallax: Hypersleep Dialogues, es un viaje que te hará sentir por momentos poderoso, en otros deprimido, así como logrará enchinarte la piel pero nunca aburrirte. Larga vida a la creatividad y la solemnidad de este paralaje.

Symfonia – In Paradisum

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Por Pablo Barrios

Symfonia
In Paradisum

Avalon/Marquee

Uno de los trabajos más anticipados de este año ya está entre nosotros y hay que confesarlo, es una bomba a punto de explotar si todo sale como se tiene planeado ya que no es cualquier grupo, sino que Symfonia es una agrupación donde hay varias estrellas del mundo del heavy melódico, y el nerviosismo por saber de que se trataba el proyecto no era para menos.

Desde la abrupta salida de StratovariusTimo Tolkki anduvo divagando entre proyectos paralelos como Revolution Renaissance donde tuvo su pequeño auge y revancha; del otro lado, Andre Matos, quien a pesar de haber salido de Angra hace ya muchos años siempre se pudo mantener en pie con su carrera solista y proyectos paralelos con Shaaman. Este dúo dinámico acompañado por Jari Kainulainen (Stratovarius, Evergrey), Mikko Härkin (Sonata Arctica) y Uli Kusch (Helloween), logran una placa bastante armoniosa, donde toda la banda sabe aprovechar sus habilidades dado el poco tiempo juntos.

Sabíamos que Symfonia iba a ser un megagrupo de power-metal lisa y llanamente. En esta oportunidad podríamos ver si esta formación de superestrellas lograría tener la misma relevancia dentro de la escena como la tuvieron con sus ex-agrupaciones y con In Paradisum, por lo menos logran llamar la atención de muchos con una fuerte entrega pero lamentablemente bastante predecible y sin grandes novedades.

Ahora bien, todos nos preguntábamos como iba a sonar Symfonia; al escuchar los primeros minutos nos damos cuenta que la batuta de esta sinfonía melódica la tiene Timo Tolkki, lo primero que se nos viene a la mente es –Stratovarius – y no estamos muy alejados de la realidad ya que tiene la insignia del guitarrista finlandés en todas partes, con solos de guitarra ultra rápidos, los temas suenan muy parecidos a su ex-grupo, no igual, pero bastante similar. Se pueden encontrar muchas coincidencias en las estructuras de las canciones, en como están hechas las melodías vocales, todo un conjunto de cosas que nos lleva siempre a un mismo lugar como por ejemplo en el tema Come by the Hills con un cierto parecido mínimo a Black Diamond.

¿Symfonia es Stratovarius 2.0, solo con la aportación de Andre Matos y aliados? Absolutamente no, cada integrante aporta lo suyo para que In Paradisum salga adelante, no solo nos encontramos con el clásico power metal finlandés que registró Timo, sino que también suena mucho a varias bandas alemanes conocidas variando entre temas rápidos y baladas. La voz del vocalista brasileño como siempre brilla en cada estrofa que interpreta y sobresale ante los demás; la producción es super cristalina, muy bien cuidada y lograda por lo cual se disfruta mucho escucharlos tocar. 

In Paradisum pierde completamente en la originalidad, pero en su debut quisieron estar a salvo, no arriesgando mucho, siguiendo territorios conocidos entre todos y es entendible. Fánaticos de Stratovarius pueden estar más contentos, fánaticos de Angra pueden estar mas que satisfechos. Symfonia con su primer disco no lograron grandes sorpresas, solo grandes canciones.

Stratovarius – Elysium

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Por Samuel Segura

Stratovarius
Elysium

Victor

Hace tres discos que Stratovarius no conseguía un sonido como en Elysium. No. Quizá la palabra “sonido” sea inadecuada. Porque la producción no dista mucho de la que escuchamos en discos previos. Entonces se trata de un asunto de composición, de canciones que pegan directo al hígado. Hay una magia en su música que te impide, siquiera, pensar en cambiar de pista. Mucho menos en detenerla.

Tampoco se trata de sorpresas o cambios radicales. Aquí no hay voces guturales, riffs endiablados, ni brutalidad desmedida —para aquellos que la piden a gritos en cada disco que escuchan y que reclaman, sorprendidos, al momento de oír estas “joterías”—. Es la natural evolución de Elements Pt.II, Stratovarius o Polaris: velocidad intercalada con medios tiempos, ambientaciones y los solos inclementes.

Es un paso adelante, o dos. Entra fácil, ligero. Y ello no quiere decir que su calidad desmerezca a los oídos exigentes de los fans o de cualquier escucha del metal, o de cualquiera que se tope con el CD.  Se trata de calidad a flor de piel. Sin cáscara. Para disfrutarse de lleno, desde el inicio. Por eso comienza con canciones de tanto punch como Darkest Hours y Under Flaming Skies, para que no te pierdas un segundo del Elíseo.

Es un material que refleja la música del siglo que vivimos, donde los pianos ya son parte del escenario metalero. En el que la pureza se concentra en las letras. No se estanca en el pasado, camina por sí mismo. Aunque por momentos se sienta lento y la escucha tropiece un poco. Porque ya no hay velocidades estratosféricas, como en sus primeros materiales. La rapidez aquí se llama: Infernal Maze, The Game Never Ends y Event Horizon.

Matias Kupiainen, Lauri Porra, Jörg Michael y sobre todo, Timo Kotipelto, muestran la madurez, la entereza que se busca en un álbum de power metal, que se busca en una banda ya establecida en los oídos de muchos. Lo mejor de esa etapa es que vendrán a México con otros que siguen perfeccionándose: Helloween. A escuchar Elysium antes de que eso pase.

Deicide – To Hell With God

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Por Alberto Torres

Deicide
To Hell With God

Century Media

“El primer pecado de la humanidad fue la fe; la primera virtud la duda”Carl Sagan

En un mundo en donde la gente vive cada vez más bajo las reglas que dictan las instituciones religiosas, hay quienes sin escrúpulos expresan su repudio y odio contra quienes imponen una forma de vivir; lo hacen a través de guitarras que engendran riffs monstruosos, baterías implacables capaces de derrumbar iglesias, bajos que hacen retumbar el cielo y terroríficas voces guturales que golpean sin precedentes a cualquier deidad, y sin duda una de las mejores bandas en hacerlo es Deicide.

Deicide, tras una ausencia de alrededor de tres años, regresa con un disco que los reafirma como una de los grandes grupos de brutal-death metal norteamericano; una nueva entrega discográfica que fortalece la esencia de este conjunto, y lo hace con un título contundente y muy a su estilo, To Hell With God, acompañado de música intensa y directa con la intención de mandar no sólo a todo el mundo al infierno, sino también al mismo Dios.

La primera canción, To Hell With God, es el comienzo de una catarsis que tendría pequeñas regulaciones de intensidad, y no hay mejor manera de empezarlo que violentamente, como se debe hacer en el death.

Sin poder respirar aunque sea un poco, llega la devastadora Save Your, con un poderoso blast beat de parte de Steve Asheim, que progresivamente va cobrando protagonismo junto a las guitarras de Jack Owen y Ralph Santolla, concibiendo así una pieza musical en donde siempre está presente ese ritmo pegajoso, irresistible para saltar al mosh pit. Esta podría ser la mejor rola del disco; 3:33 minutos de pura intensidad, con riffs brutales llenos de actitud, y una macabra voz de Glen Benton que es acompañado por guturales agudos en todo momento, además del respectivo sólo, cortesía de Ralph Santolla, como es de esperar.

“Para ti yo soy un ateo, para Dios soy la Oposición Leal”Wody Allen

En canciones como Witness of Death, Conviction, Empowered by Blasphemy, Angels in Hell, la intensidad baja ligeramente; se opta por estructuras más sencillas, sin embargo, no por eso dejan de ser agresivas. Ni perder el toque típico de Deicide.

Siendo Deicide un banda que se ha ido consolidando aún más y más en la escena a pesar de los cambios de formación, entre otras cosas es de esperar que sólo tengamos que leer el nombre de las siguientes canciones: Hang In Agony Until You’re Dead, Servant Of the Enemy, para saber lo que nos depara. Tracks nada fuera de lo normal, un poco más pesadas que las anteriores, pero si algo se tiene que mencionar es que lo heavy y obscuro vuelve a apoderarse del LP, con arreglos discretos pero que hacen al material mucho más interesante.

¿Se les había olvidado que es la brutalidad? El final del disco se acerca y llegan dos de los mejores cortes de este larga duración que ubica a esta agrupación como la Banda del Mes en Search & Destroy.

Into the Darkness You Go
, la penúltima canción, trae de vuelta el doble bombo al unísono de las guitarras y riffs básicos pero pesados, que dan pie al controversial Benton para hacer lo suyo de la mejor manera.

Llega así el finaL, sin antes mencionar que se nota una producción más sólida, con mejores arreglos que hacen por demás interesante este CD que a su antecesor, Till Death Do Us Part.

En How Can You Call Yourself A God, la brutalidad se apodera de los cinco miembros para concebir el tema que cierra el disco, y qué mejor que hacerlo con solos despiadados a lo largo de esta, un feroz coro que hacen de esta, una pieza musical bestial para concluir To Hell With God.