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* Con un show de grandes éxitos
Ciudad de México, noviembre 17, 2016 (Francisco Zamudio/S&D). A través de un concierto que pasó como un suspiro, la icónica agrupación británica de heavy metal, Black Sabbath, se despidió de México la noche de ayer, en el marco de su gira The End, la cual concluirá el próximo 4 de febrero, en donde todo nació a fines de los años sesenta: Birmingham, Inglaterra.
Alrededor de las 21:36 horas, arropados por los fuertes destellos de una luna brillante, así como un cielo despejado, que detuvo una previa y destructiva labor pluvial de varias horas sobre el Valle del Anáhuac; más de 61 mil espectadores recibieron con una estruendosa ovación a John Michael “Ozzy” Osbourne, a Frank Anthony Melby “Tony” Iommi y a Terence Michael Joseph “Geezer” Butler.
Los miembros fundadores de Black Sabbath, se hicieron acompañar del baterista estadounidense Tommy Clufetos, miembro de la banda solista de Ozzy, quien posee un amplio historial con gente importante tipo Ted Nugent, Alice Cooper y Rob Zombie, entre otros. Asimismo, los teclados estuvieron a cargo de Adam Wakeman, hijo del célebre ex tecladista de Yes, Rick Wakeman.
“Black Sabbath”, la primera canción de su homónimo álbum debut, se abrió paso entre la multitud con su carga pesada, agobiante, claustrofóbico-satánica. Ese sonido que inventó Iommi como forma de supervivencia, tras guillotinarse 2 yemas de sus dedos derechos en la fábrica donde trabajaba, volvió a escucharse poderoso pero angustiante, magnificente aunque opresor a la vez.
“Fairies Wear Boots” del disco Paranoid, cortó la noche para darle paso a una canción invocada del Master Of Reality (1971): “After Forever”. “Los amamos, gracias por venir esta noche”, dijo Ozzy, quien no estableció una comunicación más profusa con sus fans aztecas la noche de ayer, aunque varias veces se transformó en el maestro de ceremonias perfecto para ambientar la fiesta.
Considerada desde sus inicios una agrupación adoradora del diablo y su cantante un digno “Príncipe de la oscuridad”, es para tomarse en cuenta el que Ozzy lanzara durante el show varias consagraciones, del tipo “Dios los bendiga a todos”, y no cubetazos de agua, tal cual suele hacerlo en sus presentaciones en solitario. Como en 1995 al interior del Palacio de los Deportes.
Pero en efecto, no era una presentación de Osbourne sino una anunciada última vez que veremos acá a la banda, cuyo récord en México inició en 1992 con Ronnie James Dio al frente o el pasado 26 de octubre del 2013, en su Black Sabbath Reunion Tour. Por supuesto, para la historia quedó aquel octubre de 1989, año en que le fue prohibido actuar al grupo por las autoridades mexicanas.
A ese capítulo acontecido en San Luis Potosí, donde la presión de las autoridades eclesiásticas terminó por imponer férreamente su censor criterio, podríamos aumentarle la actuación de Iommi, Butler, Dio y Vinnie Appice en octubre del 2007 como Heaven And Hell, donde también y por obvias razones, sonaron algunos temas del Black Sabbath liderado por Ozzy. Aunque el purismo dicte que no.
Fue así que “Into The Void” y “Snowblind”, escoltaron a otro de los momentos climáticos de la velada con “War Pigs”. Aquí la muchedumbre no sólo acompaño a los músicos con un coro monumental, sino que provocó una vibración cuyo efecto en forma de onda, hizo temblar el piso y sacudir las gradas del Autódromo Hermanos Rodríguez.
De vuelta a febrero de 1970 con “Behind The Wall of Sleep” y “N.I.B” de su primer álbum, llegó el momento para Cufletos de mostrar su valía al interior de la banda, después de que Bill Ward, el primigenio “rompe parches” del grupo, no se incorporó a las últimas 2 giras por problemas de salud, según ha declarado Geezer Butler, aunque Ward lo desmintió después en sus redes sociales.
Entre “Rat Salad” y “Iron Man”, Clufetos soltó sus extremidades y su juventud para hacerse sentir durante algunos minutos. Él no es Ward, efectivamente, pero se ha encargado de anclar dignamente la base rítmica del grupo durante estos años, los últimos al parecer en la vida de quien detonó ese fenómeno de masas dentro del rock, llamado heavy metal.
“¡Los amamos México!” soltó un Ozzy Osbourne quien, hace unas horas, salvo en la primera parte de “Dirty Women”, donde ajustó la perilla en su voz hacia abajo – sólo para recomponerse en la parte complementaria-, lució un talante vocal acorde con su propia leyenda. “¿Cómo puede cantar bien, si habla como tartamudo?”, preguntan unos. El rock hace milagros, dirían otros. ¿O diríamos?
“Children of the Grave”, una maravillosa e inspiradora composición, cuya influencia se puede escuchar claramente en rolas tipo “Por piedad” del grupo mexicano Luzbel, golpeó el pecho de una masa que respondió eufórica, vibrante. Miles de gargantas entonaron esperanzadoramente líneas como “Combatirán al mundo hasta que hayan vencido y el amor empiece a fluir”.
Una vez concluida la canción, Iommi y su comitiva (porque contra cualquier creencia popular, es Tonny y no Ozzy el jefe supremo en Black Sabbath) se retiraron aunque no fue por mucho tiempo. Todos en el lugar sabían lo que a continuación vendría mientras, azuzados por el propio vocalista, soltaban la futbolera “Oe, oe, oe, oe… Sabbath, Sabbath”.
Y así, tras una breve introducción guitarrera, Iommy soltó los enloquecidos demonios de “Paranoid”, la pieza más reconocida de Black Sabbath en México. Y entonces chicos y grandes se unieron en un gran baile, en una lúdica celebración de esa música pionera, introductoria de otra forma de sentir el rock. El heavy metal fue recreado por aquellos que son considerados como sus progenitores.
La perfección no existe, así que muchos se fueron con un agridulce sabor en los labios. Seguramente esperaban más, ganchos al hígado tipo “Sabbath Bloody Sabbath”, “The Wizard” o “Sweet leaf”, quizá un set especial por ser “la última vez”. Pero todo está ya perfectamente bien delineado, estudiado, quizá hasta la prohibición de fotógrafos profesionales en el recital (incluido el de quien paga).
Sobre si esta será realmente la última vez que veamos a Black Sabbath en México, todavía falta la última palabra, la de la vida misma. Iommi declaró no hace mucho que su cáncer está en remisión y casos recientes como el de Scorpions, cuya gira del adiós lleva ya 10 años, nos hacen pensar que mientras respiren, todo puede pasar en el futuro.
Si en efecto esta página cierra en definitiva el libro… Podemos asegurar que la lectura (o mejor dicho, la escucha del tomo), fue en verdad sorprendente.
Fotografías: Archivo Serch And Destroy, por Rebeca Martell (Tomadas el 22 de noviembre de 2013 en Estocolmo, Suecia).
TXT: D. COHEN PHO: REBECA MARTELL
Moviéndose lentamente en racimos densos, Wavers, Siniestros, Cybers, Batcavers, Steampunks, Medievales, EBMs, Victorianos, Vampiros y demás coleurs la escena siniestra de todo el mundo, invadieron Leipzig una vez más, desde la estación del tren hacia todos los puntos de la ciudad.
La meta del movimiento obscuro es la propagación, así que fue emocionante ver que más personas asisten al festival.
Musicalmente, la tendencia de este año fue un poco volver a las raíces, pero igualmente hubo una fuerte presencia del Folk metal, con la actividad a tope en el pueblo pagano; además de la pléyade habitual de actos siniestros en todas sus formas.
Como en todo buen festival, no se sabe qué elegir entre tanta buena música, así que hicimos un recorrido por selectos actos que se presentaron este año.
Haggard reventó la Villa Pagana a pesar de la lluvia.
Viernes 22
El programa del festival anunció dos espectáculos diferentes de Antimatter: un acústico y un show eléctrico. Debido a los horarios superpuestos – nos apuntamos para la presentación eléctrica la noche del viernes.
ANTIMATTER ya había tocado antes en WGT, e impresionaron a una buena multitud con sus vibraciones introspectivas y por supuesto, la voz de Mick Moss. En ésta ocasión, no pudo ser diferente.
¿Qué banda puede seguir tras un concierto fulminante de Antimatter? No muchos, pero los islandeses Sólstafir sí pueden hacerlo. La sala era demasiado pequeña para una banda de esta clase, así que el oxígeno en el lugar, se agotó rápidamente. A pesar de las condiciones, la audiencia fue recompensada por cuatro músicos excepcionales.
Sólstafir, poseen una presencia cautivante e inmersos por completo en su música, crearon una conexión estrecha con el público. Una comunicación directa más allá de las canciones presentadas fue innecesaria. Así, un primer día sensacional del festival llegó a su fin.
Sábado 23
Finalmente, el sol brillaba, fue el único día caluroso del WGT de este año y prometía un montón de buenas bandas, se podría conocer a todos los grupos de EBM de la vieja escuela, explorar nuevas bandas en Volkspalast o asistir a un desfile envuelto en látex o a la fiesta temática de Depeche Mode.
En el Agra, se podría volver al comienzo del WGT en 1992, con Goethes Erben y terminar con cabeza de cartel de hoy MONO INC.
Eluveitie.
Pero antes de perdemos en la niebla de la noche, fuimos a Heidnische Dorf (Villa pagana ) para ver a Haggard, que reventó el lugar aunque tocaron bajo la lluvia.
Nada es mejor que escuchar algo de Black Metal, antes de ir a dormir cómo no!
Por eso fuimos Felsenkeller. La jornada la inició Ashes You Leave, banda que tiene 20 años de existir, aunque menos con la mayoría de los integrantes actuales. Les siguieron Der Weg Einer Freiheit, quienes presentaron su nuevo disco Stellar y DARK FUNERAL, siendo GOD SEED quien cerró la noche de Black Metal.
Domingo 24
MOONSPELL celebró un aniversario más con su quinta aparición en WGT, coincidiendo con el lanzamiento Extinct, MOONSPELL ofreció un set list onda “viaje en el tiempo” con piezas de diversas épocas del grupo.
Con los opulentos cuernos de La Baphomette como introducción, marcharon sobre el escenario y tocaron Breathe (Until We Are No More) como inicio. De inmediato supimos de qué iba la cosa: escucharíamos los himnos sombríos de una banda más estable que nunca, Extinct, Domina, The Last of Us, Medusalem, Opium, Vampiria y Alma Mater.
Hacia el final de Full Moon Madness, Ribeiro tocó en solo de batería a duelo con el baterista.
La cabeza de cartel, fueron los íconos del Rock Gótico, Fields of the Nephilim, quienes tocaron un setlist que representaba 30 años de carrera y estuvo salpicado de clásicos como Moonchild, Dawnrazor y For Her Light.
Lunes 25
Dalriada, la banda de Metal Folk más popular de Hungría, se presentó en vísperas de su décimo aniversario en WGT y fueron los encargados de dar inicio a una memorable jornada de pagan-folk- black metal en Kohlrabizirkus.
La banda de siete miembros, es muy enérgetica en el escenario; en especial Laura, la vocalista, quien es una excelente front woman, uno podía escuchar todo su rango vocal. mientras salta y corre por el escenario haciendo headbanging.
Dalriada narra las leyendas del folclore húngaro y sagas de la Cuenca de los Cárpatos en sus canciones; en WGT, interpretaron una nueva canción llamada Dozsa. El sonido y la interacción de la banda con el público fueron excelentes, dejando el listón tan alto para las siguientes bandas, que parecía un Paganmetal deathmatch entre los grupos participantes.
El público recibió a Arkona entre un montón de aplausos. El conjunto ruso de Pagan Metal, liderado por Masha Scream – quien, se entregó en el escenario como si estuviera poseída por el diablo – hizo que la audiencia celebrara plenamente. Fue una suerte para quienes se habían perdido a ARKONA en Heidenbüne el viernes, poder verles en Kohlrabizirkus el lunes.
Luego vinieron Svartsot y SKYFORGER, a quienes no pudimos ver al completo, pero que la próxima vez, no nos los perderemos! Finalmente, Eluveitie cerró triunfalmente, un año más de la celebración oscura más grande del mundo.
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TXT: Bobber Péres FOT: Rebeca Martell / Archivo Search and Destroy
Una vez más Destruction en México. DESTRUCTION es una de las bandas que más ha visitado nuestro país y esta vez ha iniciado una gira que abarcará varias ciudades mexicanas. La última vez que yo había tenido oportunidad de presenciar su show fue en el ahora ya lejano (gulp! como pasa el tiempo!) 2002. Asi que ya era necesario darle una nueva checada a este grupo, que es una de las grandes leyendas del Thrash alemán y uno de los llamados tres grandes teutones junto con Kreator y Sodom.
Un poco después de la diez de la noche, Schmier, Mike y Vaaver tomaron el escenario, dejando claro que venían con toda la intención de destrucción.
Primero, la famosa introducción de Curse The Gods hizo explotar a la banda abriendo el show con su rola más famosa (la cual, forma parte de su disco más alclamado, Eternal Devastation) para poner a la audiencia a tope desde el principio.
La mesa estaba puesta para todo un banquete de riffs diabólicos y psicóticos, con sus repectivos solos espeluznantes y crispantes a cargo del maestrazo Mike, aderezado con las líneas de bajo machacantes y demoledoras del súper rocker Schmier, todo soportado por una batería brutal, precisa y sólida -ejecutada por Vaaver, el "nuevo" .
Vendrían las dos clásicas de la nueva época: Thrash Til Death y la poderosísima Nailed to the Cross del disco The Antichrist. Me parece interesante el tratamiento que le da Vaaver a los himnos antiguos de la banda como Mad Butcher con ritmos y golpes contundentes y precisos acercándolos al sonido que maneja la banda hoy en día. Personalmente, prefiero el estilo más caótico y arrastrado del baterista original, Tommy, aunque no tuviera la proficiencia técnica del baterista actual.
Armagedonizer continuaría con la descarga metálica y después de hacer un llamado a la unión de todos los que gustan del Metal Pesado, nos golpean con Eternal Ban y Life Without a Sense dos piezas más del súper clásico y ya mencionado, Eternal Devastation. Spritual Genocide rola que da título al último disco de Destruction demostrando que el grupo sigue teniendo una vena creativa que los mantendrá vigentes bastante tiempo más.
Otro momento estelar de la noche, sería cuando por las bocinas del PA, se deja escuchar la fabulosa Beyond Eternity, que es la introducción para la magnífica Release From Agony y, que permite poder apreciar toda la fuerza guitarrística de Mike blandiendo su Dean con el devastador riff con el que empieza la rola y más adelante la ejecución de un solo, que recuerda una época del grupo en que empezaban a explorar nuevas direcciones musicales.
Destruction es uno de los grandes genios del género, al que siento no se le ha dado el reconocimiento que han tenido otros de su mismo nivel. Luego, Carnivore, rola que habla acerca de una mujer psicópata, dedicada por Schmier a todas las asistentes – que por cierto no eran pocas.
Hate My Fuel del disco Day of Reckoning, seguiría con la misma tónica devastadora y machacante para dar paso a un excelente solo de bataca dándonos una muestra más de su destreza y su tempo perfecto. Sin mayor preámbulo, entra Tormentor en su versión 2015 a toda velocidad, Schmier tupíéndole con todo a su Dean, para que el personal deje todo en el mosh pit. Otras dos más del Infernal Overkill, Invincible Force y Antichrist. Schmier nos pone a votar para saber cual queremos escuchar primero: Devolution cierra el bloque dejándo a todo mundo sin aliento, pero queriendo escuchar más.
Y como introducción para el encore tenemos el tema de la película Psicosis de Alfred Hitchcok, que sirve de entrada para Total Desaster del album Sentence of Death, todo un clásico en los conciertos de Destruction. The Butcher Strikes Back y finalmente la esperada Bestial Invasion y sus riffs demoniacos para cerrar magnifícamente una gran noche de Devastación Eterna y Matazón Infernal.
Destruction es una gran banda que está totalmente a la altura de su reputación y que además, no se limita a vivir de sus glorias pasadas, siguen sacando discos y haciendo giras por todo el mundo en escenarios grandes y pequeños. Personalmente, no me gustan tanto los discos nuevos, como los de la primera época – a pesar de estar mejor producidos-, pero si creo que es material que vale bastante la pena y que puede que tenga mucho más calidad que el que han sacado otras bandas que reciben mucho más publicidad y espacio en la prensa metálica. Hail Destruction!!!!
Con motivo de la próxima gira de Dark Tranquillity en México, recordamos la última vez que los vimos en acción, con la reseña del concierto con el que dieron cierre, a una vuelta más por el planeta en Diciembre de 2012.
Gotemburgo, Suecia.
Rebeca Martell Txt/ Fot
Dark Tranquillity se encuentra en una extensa gira de presentación del nuevo álbum Construct, que fue lanzado a principios de este año. Esta gira les ha llevado a través de toda Europa, y el 10 de Diciembre, la banda regresó a su ciudad para tomar un respiro antes de partir hacia América, el año entrante.
Los teloneros el quinteto Sueco Darkane, no fueron una presencia forzada: a pesar de no ser demasiado grandes, tienen su público y desempeñan dignamente una mezcla de death metal melódico y thrash técnico. Presentaron su nuevo álbum: The Sinister Supremacy, que no es solamente el primer álbum de Darkane en cinco años, sino el regreso del vocalista Lawrence Mackrory, quien grabara el debut del grupo en 1999: Rusted Angel.
Dark Tranquillity es sin duda un favorito, y verles cerrar una gira en su ciudad natal, no puede ser más afortunado. Estar en primera fila y sentir su presencia física nunca puede estar de más.
Dark Tranquillity pionero del género, representa escena del metal de Gotemburgo y por ende reventó el céntrico bar, la noche del martes, llenándolo completamente. El público estaba hambriento de una buena dosis de metal melódico de la vieja escuela. Entre los presentes había fans que los siguen desde la adolescencia o que volaron desde Italia para éste show, así como integrantes de bandas locales como Avatar, At the Gates y Bloodlit.
Dark Tranquillity, cerró la gira con tanta energía, pasión y entrega, que calentó el gris diciembre en Gotemburgo. Al principio, la banda parecía estar muy concentrado en tocar, excepto, por supuesto, el furioso Mikael Stanne. La distancia entre el escenario y la gente era mínima, para que la audiencia y Mikael pudieran comunicarse, lo que funcionó perfectamente durante el show. El primer invitado especial, fue el guitarrista Fredrik Johansson, quien compartió el escenario con la banda por primera vez en 15 años, para tocar Silence, and the Firmament Withdrew.
Al fondo, grandes pantallas mostraban vídeos de DT o infografías relacionados con las canciones; algunas líneas del coro se proyectaban en la pantalla a manera de manifiesto, añadiendo valor a la producción.
Pero DT tenía más sopresas para sus seguidores, otro artista invitado, fue Mariangela DeMurtas de Tristania, quien viajó directamente desde Costa Rica, para interpretar a dueto con Stanne, tres canciones en ésta presentación.
El set list fue una afortunada mezcla de cosas nuevas, versiones raras y sus canciones más conocidas, cerrando el círculo auréo de este maravilloso concierto.
Viernes 20 de Julio de 2012
Circo Volador
México, D.F.
Por Samuel Segura
Fotos: Germán García
Salió cubierto con una gruesa sudadera, como si dentro estuviera helando. Y con gorra, como la que se le ha visto en otros sitios, como si el sol golpeara su rostro, de frente. Más ahí estaba todo a oscuras y ardiendo; la llama de un cigarrillo, a lo lejos, todavía alcanzó a alumbrar el recinto tras una última bocanada. Slaughter of the soul, Suicidal Final Art. El griterío, la necesidad de arrojarse alslam, eran tan extremos como el calor que los cuerpos generaban. Las puertas del infierno estaban abiertas y el sudor era el azufre que causaba escozor. Y las almas, asesinadas, pecadoras, se esparcieron hambrientas de alaridos desgarrados que les devolvieran un poco de vida. Ahí estaba él, con el brazo izquierdo extendido al frente, hacia aquellos que le gritaban y lanzaban sus dedos índice y meñique al aire en señal universal —de ese universo alterno al que pertenecen— de agradecimiento; aquellos que se golpeaban entre sí al ritmo de la canción que titula su disco más famoso; ahí estaba él, de pronto ya sin la sudadera y sin la gorra, con sus cejas rubias, casi blancas, y el cabello cada día más escaso; la barba abundante y una playera de sus compatriotas Vomitory. Detrás suyo, en la batería, Adrian Erlandsson; a su derecha, el guitarrista Martin Larsson; y a su izquierda, además del Diablo, los hermanos Björler: Jonas al bajo y el otro, Anders, en la otra lira. At The Gates.
Era su primera vez ahí, en el circo que tiene alas, lugar gustoso del death metal old school, a decir de el. De Tomas Tompa Lindberg, legendario a sus 39 años por darle su voz, su furia, también a otras bandas, igualmente legendarias, llámense The Crown, Lock Up, Nightrage… Cold resultó paradójica al calentar más los ánimos y dar paso a la devastación que Terminal Spirit Disease, Under a Serpent Sun o World of Lies, provocaron. Las canciones de aquel álbum de 1995 —que significó su éxito rotundo y disolución—, hicieron temblar las gradas, contrario a lo que Lindberg pensaba: sus viejas piezas: The Burning Darkness, All Life Ends, Kingdom Gone, no alcanzaron ese efecto telúrico. Ello no fue motivo —ni las fallas de audio, ni la resistencia de algunas cabezas y piernas para moverse—, para que Erlandsson no diera lecciones de tupa tupa, o para que los Björler hicieran lo que quisieron con los punteos y riffs "made in" Gotenburgo. Ocultos como sombras, apenas iluminados por las tenues luces verdes y rojas, At The Gates encendieron las flamas del final. The Beautiful Wound, Unto Others, Need, sonaron antes de que desaparecieran ante el azoro y la satisfacción de varios cientos de individuos ataviados por playeras con su logo estampado al frente. Antes de que ese fuego calcinara la piel de todos, lenta y gratamente.
Por Rodrigo Pinto
Un año mas que se lleva a cabo el festival Sonisphere por varias capitales europeas. La idea en un principio era llevar a las mismas bandas, o la mayoría de ellas, a donde el festival se presentase. Con algunas variaciones, por problemas de logística tal vez, o simplemente por incluir a grupos nacionales en cada edición. Lo único que se consiguió desde el principio es que coincidan dos o tres agrupaciones en la mayoría de las ciudades. La duración va desde un día en Francia a cuatro en Inglaterra… Así que mismo nombre pero diferente mierda. Esto es ajeno a la presentación de los artistas, si nos gustan o no, o si pasamos un gran día con los amigos. Pero influye mucho en el desarrollo del evento y mas importante en su nivel.
Por ejemplo en España, el evento ayudó a desaparecer dos grandes festivales… uno el Festimad, y por otra parte el Electicweekend que sólo se realizó un año pero con excelentes bandas. Al año siguiente, el Sonisphere acaparó las fechas que tenia el Electricweekend y se trasladó de Barcelona a Madrid. No me invento una cuestión paranoica o conspiratoria, sólo noto el nivel que va año con año decayendo en lo visual, las opciones de comida (imagina que eres vegetariano o celiaco) y lo mas importante, el sonido. Normalmente las banda más importante no tienen este problema, pero las demás a quien le importa si al final ya están las entradas vendidas.
Este año no fue la excepción, si no era una cosa era la otra. Pero a final de cuentas siempre disfruto, nunca pienso todas estas cosas mientras estoy en el. Prefiero hacer planes, analizar los horarios un millón de veces y lo más importante, el timing para mear, comprar cerveza entre concierto y concierto y encontrar buen sitio para ver el show.
Como todos los años, las dos o tres primeras bandas es casi imposible no perdértelas. Hacer el cambio de entrada por pulsera lleva su tiempo. Tendrías que llegar varias horas antes y de cualquier forma el concierto seria una pena con tan poca gente. Así que esta claro que las primeras bandas son relleno y carne de cañón, eso no quiere decir que sean malas, ni mucho menos quien puede decir eso de Corrosion Of Conformity y su primer tema: Bottom Feeder; aquí todo lo que he dicho anteriormente ¡vale verga! La organización me importa un carajo, si encuentro comida para vegetarianos no me pasa por la cabeza; tengo una cerveza y es lo que importa. Y el sol de Madrid está en su punto. Son treinta grados y es el festival al que he asistido en donde mejores mujeres hay, los pequeños shorts de mezclilla abundan (realmente pequeños). Todo esto no tiene nada que ver con los organizadores.
Sonata Arctica no me dicen nada al igual que Kobra and the Lotus. Sin embargo me topo con una banda que en la vida había escuchado y me engancha a la hora de estar merodeando por el recinto: Skindred. Se les nota con actitud, los riffs son buenos y el vocalista tiene mucha presencia. No me sé ninguna canción, pero coreo algunas de sus melodías y me hacen mover la cabeza durante todo el concierto. Me recuerdan a Bad Brains y a Living Colour en su disco Vivid.
Lo único bueno de que Limp Bizkit esté en el cartel de un festival al que vayas a ir, es que todas las chicas se sienten muy identificadas con la banda y no paran de bailar, algunas de ellas se desprenden de algunas partes de su vestimenta para estar mas cómodas a la hora de rockear. Escuché las tres primeras canciones y me fui rápidamente… Aquí es donde entran los plane,s el timing y la logística para estar bien a la horas de buscar sitio y comprar cerveza para los conciertos que realmente esperas.
Era el turno de Kyuss Lives! y por ningún motivo me perdería la oportunidad de estar en las cinco primeras filas. El paso del tiempo cambia y el simple merodear, queda atrás. Las ansias y la participación aumentan. Como un año antes en el festival Azkena, pude verles e introducir una botella de tequila para beber con mis colegas. Este año intenté hacer lo mismo y celebrarlo de la misma manera. Así que a la espera de ver el mejor stoner, bebimos casi toda la botella- Recuerdo que empezaron con Hurricane, One Inch Man y Gardenia. Recuerdo haber escuchado El Rodeo, Thumb y Green Machine en algún momento, así como muchas más que esperaba pero no el orden. Spaceship Landing puede que fuera la ultima. La verdad es que no se echa en falta a Josh Homme, el nuevo guitarrista (Bruno Fevery), quien está desde la etapa Garcia Plays Kyuss, aparte que es un sello involuntario del stoner de esa época, brincar de banda, o fundar una propia y colaborar en casi todas. Justo antes de que Kyuss Lives! saliera de gira, Nick Oliveri dejó la banda por la mezcla de problemas, uno con la ley (problemas domésticos, posesión de drogas y armas) y la demanda que hizo Josh Homme y Scott Reeder por utilizar el nombre de Kyuss en contra de John Garcia y Brant Bjork. Gran concierto y si sacan nuevo disco, de puta madre. No es Kyuss, está claro, por eso se hacen llamar Kyuss Lives!
Algunas veces suele pasar que se empalmen dos conciertos, así que tienes que correr al otro escenario para ver un show que ya comenzó. Fue el caso de Offspring. No es que sea super fan de ellos, pero me acompañaron varias veces en la escuela en mi walkman, y existe cierta nostalgia. No es la primera vez que les veo, y a la mitad de los conciertos te ves a ti mismo cantando todas sus canciones sin darte cuenta. Es eso y nada más pero bueno, hacer que no sepamos todas sus canciones tiene su mérito.
Lo siguiente era Paradise Lost, que no les había visto desde que fueron teloneros de Ozzy Osbourne en el Palacio de los Deportes (México, D.F.) y nunca les seguí la pista, pero siempre escuchar su nombre me recuerdan esa gran noche. El concierto empezó con Widow y los abandoné en As I Die para dirigirme a ver a Soundgarden. Muchos años esperando, casi quince.
Searching With My Good Eye Closed fue una gran bienvenida de casi siete minutos con distorsiones y guitarras marchando al sonido de la anarquía seguida de Spoonman. Sin embargo las luces y una pequeña pausa dejaron ver la camisa roja que Chris Cornell llevaba puesta, desentonaba con el resto de la banda y por lo menos me distanciaba a mÍ de ellos. De aquí en adelante sonaron canciones muy buenas pero sin actitud. Hasta llegar a My Wave, Outshined y Rusty Cage. Después sin razÓn de ser, tocaron Black Hole Sun… ¿por qué no Ty Cobb? Aquí fue el momento perfecto para escapar, ir por cerveza y buscar un buen sitio para disfrutar de Orange Goblin. Casi a la misma hora tocaba Machine Head, a quienes ya había visto un par de veces, y me gustan. Prefiero a Orange Goblin, pero si es una putada que este tipo de cosas sucedan.
Bueno una vez conseguido todo lo que hay que hacer entre concierto y concierto, fue muy fácil llegar a primera fila. Como he dicho antes en el otro escenario estaba Machine Head con una diferencia de veinte minutos. Para estos momentos ya estaba bastante borracho y fumado. El tequila a la hora de Kyuss Lives! fue devastador. La falta de tequila en el cuerpo es peligroso. El cuerpo pide mas y la cerveza sola no basta. Puedes estar muy feliz por ciertos momentos, pero cualquier detallito puede desencadenar malos entendidos y que los cables se nos crucen. A decir verdad no sé por que no me partieron la cara. Recuerdo pequeños destellos en mi cabeza de haber discutido con varias personas. Pero bueno, unas veces eres tú al que le toca hacer el idiota.
No recuerdo para nada el orden de las canciones, pero si que tocaron muchas y muy buenas. Estoy seguro que tocaron: Blue Snow, The Ballad Of Salomon Eagle y Quincy The Pigboy; Some You Win, Some You Loose.,The Filthy And The Few y Acid Trial. Estoy seguro que canté Scorpionica en algún momento… y que todos los de la primera fila nos metíamos con el de seguridad por haber frustrado el intento de uno del público por subir al escenario, jodió nuestra diversión y la de aquel pobre diablo.
Para mí ya estaba bien. Tenía mi grupo preferido del día, obviamente Orange Goblin. Y al día siguiente había mas… aunque a decir verdad sólo me interesaban Clutch y Slayer.
Jueves 28 de Junio de 2012
Circo Volador
México, D.F.
Por José Eduardo Muñoz Flores
Fotos: Germán García
La noche de Vader pintó para ser una noche en el infierno donde estos pioneros del death metal polaco lo hicieron de la manera más escalofriante.
La noche inició con los teloneros que muchos no sabían quiénes eran, y resulta que fueron Rain Shatter, ganadores de la batalla de las bandas. Ellos son de Guadalajara quienes interpretan death melódico; tocaron alrededor de seis canciones. El público del Circo Volador los recibió con gran aceptación y ellos estaban muy entusiasmados y dominando el escenario. Después de haber terminado, el entarimado se tornó obscuro. Con luces rojas atrás de las bocinas se alcanzaba a notar Spider, afinando su guitarra para dar inicio al concierto, cuando de repente James Stewart, baterista, apareció con la gente enloquecida para que empezara la noche; dando un intro con Ultima Thule de su más reciente disco Welcome To The Morbid Reich, el ambiente se tensó y llenó de gritos cuando el grupo hizo su aparición entera y comenzaron con Return To The Morbid Reich. Peter imponía presencia y dominio con el público, había una muy buena comunicación dando las buenas noches y preguntando si estábamos preparados para una noche en el infierno.
La noche en verdad estuvo muy surtida en cuanto al setlist donde el nuevo baterista demostró su devastadora técnica, como en el tema Sothis, dominando el doble bombo de manera brutal. En cuanto al audio, fue algo pasable ya que hubo problemas tanto en batería como en el bajo y una que otras veces con Spider en su guitarra.
Continuaron con Devilizer, riffs brutales que se escuchaban en todo el lobby del Circo y moshpit por todas partes. Peter mostró respeto hacia el público mexicano: “Gracias locos” y preguntó si aún queríamos más; la respuesta se respondió a todo pulmón para que continuaran con algo de su nuevo álbum en ambiente para Come And See My Sacrifice. La gente no lució ni un poco cansada a pesar del infierno que vivíamos.
I Am Who Feasts Upon Your Soul y Black Velvet And Skulls Of Steel continuaron, temas relajados para recuperar el aliento ya que apenas estábamos a la mitad del concierto. El público pedía algo de la vieja escuela de Vader como lo fue Wings, donde la bestialidad del tema derrumbó el escenario y motivó a que la gente volara hacia el escenario. Carnal sonó y siguió Sword of the Witcher, una canción tan aclamada que se interpretó con furia. Decapitated Saints mantuvo el poder de la noche a la que no se le veía fin. Peter preparaba algo especial para el cierre ya que continuó con The Final Massacre.
Para que nos fuéramos con buen sabor de boca, Dark Age, donde el “wall of death” estuvo presente, pero esto no bastó para terminar de matarnos, por lo que siguió Helleluyah (God Is Dead), tema que erizó la piel con tremendos riffs y la voz de Peter sumamente clara para poder apreciarla al igual que los demás instrumentos. Muchos pensábamos que con esto iba a terminar el concierto pero no fue así las personas coreaban “Vader, Vader, Vader”.
Regresaron con un encore brutal que fue This Is the War que provocó destrucción en el Volador, pero lo mejor era lo siguiente. Fue entonces cuando se retiraron un momento para darse un descanso; lo que no sabíamos era que nos esperaba una sorpresa. A su regreso empezó esa intro que todos conocemos, Raining Blood, la gente enloqueció y se hicieron múltiples moshpit. La gente quedó más que complacida con ese cover, todos coreando, gritando y sobre todo llenos de euforia. La banda se despidió muy complacida con el recibimiento y dijeron adiós marcha imperial de Star Wars.
La noche fue espectacular; algunos esperábamos más del setlist, otros se fueron satisfechos. Poderoso inicio para continuar en Sudamérica.
SETLIST
Return to the Morbid Reich
Sothis
Devilizer
Come and See My Sacrifice
Cold Demons
I Am Who Feasts Upon Your Soul
Black Velvet and Skulls of Steel
Wings
Carnal
Sword of the Witcher
Decapitated Saints
The Final Massacre
Dark Age
Helleluyah!!! (God Is Dead)
ENCORE
Para Bellum
This Is the War
Raining Blood