Sábado 9 de Julio 2011
Kingston Club
México D.F.
Por Samuel Segura
Fotos: Archivo/markcoatsworth
El Kingston estaba a tope. A las siete de la noche, hora en que el cartel anunciaba el inicio del evento, aún tocaban los teloneros, que iniciaron desde un par de horas antes. Las bandas mexicanas Last Divine Massacre, DDT, Wanted for Murder y Beheading, comenzaron a calentar el ambiente. Literalmente, porque el calor se percibía al entrar. Arcadia Libre y Culminated fueron los dos últimos antes de Born Of Osiris.
El recibimiento del público (de esa escena que aún perdura, quizá con menos brillo pero con la misma fuerza, la del deathcore) para las bandas mexicanas fue ejemplar. A todas se les puso atención y su debido apoyo. Se notó esa unión que en otros toquines igualmente 'underground' no se alcanza a percibir, que con otras bandas mexicanas no se da. Se armó el mosh desde entonces, los brincos y algunas patadas, baile característico en este estilo tan cercano al death metal y demás géneros extremos.
A pesar del retraso, el público no dejó de gritar “Born, Born, Born”. Mientras la banda de Chicago buscaba la mejor ecualización posible, sonaron los primeros acordes de Born to be Wild de Steppenwolf. Cuando por fin salieron a escena, Born Of Osiris no sonó mucho mejor que las bandas teloneras. Es decir, los abridores sonaron bien, potente, aunque con cierta saturación, pero todo en su lugar. Hubo, por fin, un equilibrio de audio entre los grupos que inauguraron y los estelares extranjeros. Por fin.
La primera vez en México de ésta banda, duró cerca de 45 minutos. Poco tiempo, pero efectivo al momento de tocar. Sonaron canciones de sus tres materiales en estudio: Open Arms to Damnation, Recreate, Follow the Signs, Abstract Art,… todas ellas una tras otra, por la premura del tiempo y la energía del público que Ronnie Canizaro (voz) y Joe Buras (teclado), no dejaron de agradecer. A cada minuto dieron todo de sí. Público y banda.
Un reflector era toda la iluminación. Encendía una vez sí y otra no para iluminar a este conjunto tan joven como sus iguales mexicanas. Puños arriba y patadas armaron el mosh, en temas como Bow Down y Ascension. La gente coreaba “one more song, one more song” (una canción más), en espera de que Born Of Osiris no abandonara el escenario. Cuando se encendieron las luces de nuevo, el lugar comenzó a vaciarse. Ya todos estaban afuera con la banda, ahora en espera de un autógrafo o una foto para el recuerdo.