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Anathema – We’re Here Because We’re Here

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Por Pablo Barrios

Anathema
We're Here Because We're Here

Kscope Records

Anathema es una agrupación que ha entregado contundencia durante años y música revitalizada a través del tiempo por su capacidad compositiva manteniendo un estatus de culto entre sus fieles seguidores. A pesar de haber sufrido cambios radicales en el sonido desde sus comienzos y gracias a la consistencia que tuvieron alrededor del nuevo milenio, se lograron mantener como una de las mejores exportaciones de Inglaterra.

Durante unos largos siete años desaparecieron, pero siguieron dando pequeños signos de vida dado al quiebre de su sello discográfico. En los últimos tiempos han entregado discos como Hindsight donde podemos encontrar canciones re-versionadas de forma acústica. El sexteto de Liverpool por lo menos nos daba esperanza de algo que nunca habíamos escuchado, y así es We´re Here Because We´re Here.

Mucho tiempo ha pasado desde A Natural Disaster (2003), pero a pesar de eso se nota una banda totalmente enérgica; al final la espera valió totalmente con una producción que es un clásico instantáneo, la belleza y la melancolía brillan a cada segundo en un rock progresivo perfectamente construido. Con la ayuda de Steven Wilson de Porcupine Tree en la mezcla final, Anathema se embarca en el camino más espiritual de toda su carrera dejando su lado más vulnerable a merced de la música.

Con una voz prodigiosa como la de Vincent Cavanagh que brilla de una forma precisa y cristalina, le inyecta al CD cierta sensación de confort y de paz haciendo una producción que motiva a ser escuchado muchas veces sin perder fuerza y deterioro a través del tiempo. Musicalmente mucho más sutiles que anteriores ocasiones, mucho más que en Alternative IV por ejemplo, es una meditación constante y un viaje cósmico que solo Anathema podría magnificar, y aunque las influencias son claras viniendo del mismo país de Pink Floyd, no es casualidad que lo que hacen es porque ya lo tienen en su ADN.

Como una fuerza natural arrolladora, hay canciones como A Simple Mistake que resume todo lo que son capaces de hacer y lo demuestran sin timidez y a gran escala. De un momento a otro, de la belleza y la sutileza, hasta llegar a la agresión para pasar a la emoción constante y luego al final dejándote con sensaciones para meditar, la mayor virtud es como está compuesta la parte orquestal y de ambientación. En todo el disco sobresalen los teclados de Les Smith, sobre todo hacia el climax de la obra como lo escuchamos en Universal; pero el mayor mérito se lo lleva Daniel Cavanagh donde sus composiciones son elementos fundamentales para que Anathema sea lo que es. Desde Thin Air, se sabe que estamos ante un trabajo especial por su dinamismo; nos encontramos con baladas como Dreaming Light o fuertes aportes como Summernight Horizon, las cuales embellecen la obra y cuyo balance se equilibra en sorpresas como Energy y Presence.

Tanto tiempo de espera para crear un LP de esta envergadura ha dado sus frutos, es una las grabaciones más hermosas que una banda haya logrado y plasmado, todo a base de melancolía. We´re Here Because We´re Here será recordado por bastante tiempo al ser un purificador de almas. Tan sólo necesitas cerrar los ojos y dejar que Anathema haga su parte.

Lamb Of God: Removiendo Pecados

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Martes 5 de Octubre
Circo Volador
México D.F.
Por Sergio Alvite
Fotos:
Smyrna Ochoa

La espera fue muy larga y eso dio frutos cuando Lamb Of God se presentó, por primera vez, en la Ciudad de México ante un Circo Volador repleto. Pocas veces se ha visto así el recinto así y sobre todo, con una interacción tan efervescente entre entre la gente y la banda.

Una producción llamativa, un fondo con una gran bandera y la leyenda de "Pure American Metal" y un sonido espectacular fueron parte vital para que la noche se vistiera de recuerdos y emoción, en verdad fue una velada para recordar y no sólo porque la agrupación estadounidense tocaba en nuestro país, sino porque como lo dije, todos los elementos fueron indispensables para que el público saliera contento y alborotado. Gracias por supuesto a la ejecución de esta agrupación de Virginia que venía con el guitarrista de Between The Buried And Me, Paul Waggoner, supliendo (por sólo un tiempo) a Mark Morton quien decidió retirarse a descansar por unos dias para concentrarse así de lleno en el próximo álbum de Lamb Of God, según nos afirmó Chris Adler previo al concierto durante la entrevista en video que pronto publicaremos. Waggoner hizo un excelente trabajo, además fueron pocos en el público quienes lo pudieron identificar o siquiera darse cuenta de que no era Morton a las seis cuerdas.

Antes de esta avalancha sonora, Sickness de Veracruz inauguró el show, y ante las expectativas reinantes entre los asistentes, sorprendieron y vaya que encendieron la mecha que Lamb Of God apagaría al termino de la presentación. Bien por estos jovenes que han inyectado buena carga de sudor en su música. Conoce más de ellos en su MySpace.

Los estadounidenses entonces partieron al escenario con una barrera de amplificadores y una batería imponente, misma que sonó fina durante todo el concierto y más por su depredador, Chris Adler, imbatible; así mismo Willie Adler (guitarra) lució discreto, pero hacia el final se acercó al público mientras tocaba, quienes lo recibieron con los brazos abiertos.

La melena de John Campell (bajo) adornaba las luces que se movían de arriba a abajo y con un Randy Blythe caminando por todo el entarimado; los gritos no paraban de rabiar, los temas fueron coreados sin pausa y podía verse entre la masa como volaba la gente. Los puños eran armas de poder; las cuerdas vocales el instrumento de cada alma ahí presente.

Lamb Of God no titubeó en repasar su carrera a lo largo de 90 minutos. Desde la cerradora Black Label de su debut en 2000, New American Gospel, hasta la abridora The Passing, aunada a la nueva In Your Words de Wrath (2009), pasando por éxitos como Omerta, Laid To Rest y quizá la detonante de toda la noche, Redneck.

El conjunto simplemente sorpendió, cumplió y por supuesto que volverá por gusto y por saber que en México hay fans de verdad. Aquí el heavy se vive honestamente.

Gracias a Eyescream por todas las facilidades para esta cobertura, simplemente un gracias no basta y además felicidades por tan profesional labor.

SETLIST
The Passing (Intro)
In Your Words
Set To Fail
Walk With Me In Hell
Now You've Got Something To Die For
Hourglass
Dead Seeds
Blacken the Cursed Sun
Descending
Contractor

Laid To Rest
Omerta

ENCORE

Vigil
Redneck
Black Label

Scorpions: Lo Mejor Está por Venir

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Martes 7 de Septiembre de 2010
Palacio de los Deportes
México D.F.
Por Javier Show
Fotos:
OCESA/Salvador Bonilla

Escribir esta reseña sobre el concierto de Scorpions, me enfrenta de nuevo a la disyuntiva de hacerlo como fan de la banda, o bien hacerlo de un modo periodístico objetivo y crítico sobre lo que vi esa noche. Así que creo que trataré de trazar un camino convergente en donde mi opinión emocional y la racional se lleven y dar la mejor crónica posible. Gracias a Scorpions y a su Blackout, hace más de 20 años conocí el metal y el rock duro, así que quizá no estaría escribiendo esto de no ser por la influencia de esa banda y ese álbum en particular.

El paisaje era bueno, un buen clima, el Palacio de los Deportes lucía prácticamente lleno, tal vez a un 97% de su capacidad, el escenario colocado era el mejor montaje que he visto en un concierto de Scorpions, plataformas, pantallas, escaleras, pasarelas etc., todo se prestaba para hacer una gran fiesta de despedida. En punto de las 8:50 las luces se apagaron, un video bastante soso de introducción, mucha gente permaneció sentada, el grupo salió con gran energía, tocando Sting In The Tail, tema que da nombre a su último LP; el sonido de la batería fue muy deficiente al inicio, los platillos no sonaban, la guitarra de Matthias Jabs estaba muy saturada.

Un inicio flojo, tanto por la elección de las canciones, la reacción de la gente y el sonido. Así que tenía de dos opciones, o quejarme de todos esos factores o disfrutar la gran oportunidad de presenciar lo que parece ser el último concierto de esta gran banda en México. Tomé la segunda opción, disfrutar y dar todo lo que como fan, ellos esperan de mí. Energía, alegría, canto, gritos y sudor. Me dejé maravillar por los visuales, el despliegue escénico de Rudolf Schenker a pesar de sus más de 60 años, la impecable voz de Klaus Meine, y la energía y groove de su excéntrico baterista James Kottak.

El primer gran momento de la noche llegó con The Zoo, canción que inmediato prendió a la gente, la puso de pie y a aplaudir, y donde ya se comenzaba a encender la velada a nivel nostálgico. Era inevitable ver la cara de sorpresa en el público, la sonrisa ya sea de verlos por primera vez o por recordar esa ocasión inaugural en que los escucharon. Alrededor de tres  generaciones estaban presentes, todas distintas, todas con diferente visión. Me hizo pensar en la conexión importante que Scorpions ha hecho con México, con la iniciación y la reafirmación de la afición por el metal de muchos de los presentes. Playeras de Scorpions, de Metallica; thrashers, glams, góticos, y hasta vi un par de playeras de Mayhem; comprobada mi teoría de esa conexión entrañable de esta banda con todos y cada uno de los presentes, así se hayan ido por otros caminos, creo que al inicio todos (o la mayoría) comenzamos con ellos.

La inclusión de canciones como Coast To Coast (composición instrumental) le daban un respiro tanto al público como a ellos, después de la inclusión de Loving You Sunday Morning, vino una racha de baladas muy ad hoc para la ocasión, The Best Is Yet To Come, Wind Of Change y Holiday, le dieron todo el aire sentimental y nostálgico a la noche. La dinámica de Scorpions en vivo era tal cual la recordaba del World Wide Live; la dinámica con la gente avanzaba conforme los temass iban recorriendo la historia y las anécdotas de los presentes, las gargantas se unían y en el aire imperaba una alegría por ver a la agrupación alemana.

Buenos momentos siguieron, como la inclusión de una de mis canciones favoritas: Dynamite del Blackout, y el solo de batería de James Kottak, donde la emoción de nuevo supero al talento y a lo impresionante que pudo llegar o no a ser el solo. En las pantallas se mostró como Kottak iba actuando y visitando clásicas portadas de Scorpions, como parte de un recorrido en una montaña rusa. La gente respondía, aplaudía y recordaba. Después le siguió Blackout, en donde Rudolf salió disfrazado tal cual la portada; y una de las favoritas de la noche, Big City Nights, en donde de manera inconciente era la última gran noche en la Ciudad de México para ellos.

Después llegó el encore y con él quizás tres de las canciones más monumentales de los germanos, Still Lovin’ You, la cual sonó increíble, No One Like You, para darle paso al final de la velada de la manera ideal con Rock You Like a Hurricane, dejando así un legado de rock duro, de rock puro, de entrega, de bondad, de cordialidad, y de mucha pasión por lo que hacen y han hecho por más de 35 años. Scorpions decide justamente irse en un buen momento, quizás no en su mejor, pero ¿quién hace eso?, se van en un instante donde conquistaron generaciones, donde entregaron grandes canciones, discos excelentes, y discos estándar que los colocaron siempre en el gusto del público. Si bien ellos no son la banda más grande, ni la más longeva, ni la más pesada, ni la más amada, sí es una de las bandas más constantes, donde los cambios estilísticos fueron mínimos, donde los sacrificios fueron muchos, pero mayores las recompensas y las glorias.

Fueron un conjunto que amó a nuestro país, y que sabía que era recíproco y no lo olvidaron, un conjunto que con mucho carisma y seriedad hicieron rock and roll en épocas oscuras, que sobrevivieron con heridas al glam metal, al grunge y que ahora en los tiempos modernos siguen ahí, uniendo al blackero más aferrado y al fan de los Rolling Stones en una misma voz. Cuentan con una de las mejores voces del rock, con una de las mejores parejas de guitarristas de la historia, con un gran catálogo de canciones coreables, y con al menos un disco maravilloso cada 5 años. Ellos creyeron en su música, en su mensaje de que el rock puede cambiar al mundo, de saber y querer hacer felices a sus fieles fans, de dar lo mejor en el escenario sin importar las infamias hechas en vivo, si chiflaron, si se vendieron o no, ellos fueron fieles a ellos mismos y a México.

¿El rock y el metal pueden cambiar al mundo? La verdad no creo, es una fantasía, sin embargo, me quedó claro que Scorpions hizo que para 20 mil mexicanos, por casi 2 horas,  la ciudad más grande del mundo, fuera un mejor lugar para habitar esta tierra.

Gracias Scorpions, Danke für alles, und das war es.

SETLIST
01. Sting In The Tail
02. Make It Real
03. Bad Boys Running Wild
04. The Zoo
05. Coast To Coast
06. Loving You Sunday Morning
07. The Best Is Yet To Come
08. Wind Of Change
09. Holiday
10. Raised on Rock
11. Tease Me Please Me
12. Dynamite
13. Kottak Attack (Solo de batería)
14. Blackout
15. Six String Sting (Solo de Matthias Jabs)
16. Big City Nights
ENCORE
17. Still Loving You
18. No One Like You
19. Rock You Like A Hurricane

Borknagar – Universal

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Por Juanito el del Demo

Borknagar
Universal

Indie Recordings

Borknagar es una de las bandas de linaje más fino en la industria metalera, pero sobre todo, una de las fuerzas seminales de la escena de black metal noruega actual, basta mencionar que por sus filas han pasado músicos como Ivar Bjørnson, guitarrista de Enslaved, I.C.S. Vortex, ex-bajista de Dimmu Borgir o Asgeir Mickelson, baterista de Ihsahn; por lo mismo, podría argumentarse que Borknagar mantiene una semejanza demasiado cercana con el estilo de sus paisanos, lo cual no está alejado de la verdad: desplantes progresivos, cambios de ritmo y coros melódicos lo demuestran. No obstante, la agrupación formada por Oystein G. Brun mantiene su propia personalidad, y su octavo lanzamiento de estudio, Universal, es una sólida prueba de ello.

A pesar de que el talento que ha circulado por Borknagar ha sido de primer nivel, la banda nunca ha podido mantener una alineación estable entre un álbum y otro, siendo Brun el único constante; sin embargo, el veterano guitarrista se las ha arreglado para incluir en sus filas a algunos músicos que han dejado su sello impreso en la música del grupo, como la contundente voz del sueco Vintersorg —quien se uniera a al grupo para Empiricism, de 2001— y el peculiar estilo del tecladista Lars A. Nedland, quien desde Quintessence, de 2000, ha expandido el sonido de los noruegos con piano, sintetizadores y especialmente su órgano Hammond, que aporta un nostálgico ambiente setentero, evocador de grandes maestros como Jon Lord, Keith Emerson o Rick Wright. Este sonido "orgánico" tiene una doble connotación al leer las letras de Universal, impregnadas de una alta conciencia ecológica, que comienzan la obra declarando que "La naturaleza recuperará su terreno", y terminan con la última puesta de sol que verá el hombre, en una demostración del gran respeto que Brun y sus compañeros sienten por un entorno al que la raza humana está destrozando, pero que eventualmente nos quitará de en medio de forma violenta y devastadora (Havoc); aquí es donde el espíritu apocalíptico y destructivo del black metal genuino se hace presente, pero de una manera distinta, más consciente y más real que las temáticas diabólicas, y por lo mismo, más estremecedora.

Prácticamente, el black metal se ha convertido en un género por sí mismo, y la diversidad de bandas que existen ya no suenan a lo mismo, como sucedía hace veinte años; si bien el escucha promedio ya no sabe qué esperar, ni si en el futuro se escucharán fusiones con marimba y güiro —si no es que ya existen—, lo cierto es que hoy en día las bandas que defienden esta bandera están logrando darle mayor credibilidad y difusión a un estilo que fue tremendamente condenado en sus inicios y que hoy vive un gran momento, aunque, como todo, nunca faltarán oportunistas que se cuelguen la etiqueta porque está de moda —a ellos sí se los llevará el diablo—. Pero mientras existan bandas como Borknagar, que expresen musicalmente una filosofía inteligente y lúcida, el negro universo seguirá girando.
 

Black Tusk – Taste The Sin

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Por Javier "Show" Villalpando

Black Tusk
Taste The Sin

Relapse Records

Para hablar de Black Tusk y el más reciente álbum Taste The Sin, su tercero, hay que entender que hay algo más grande que ellos: una escena. Así como la escena del black metal Noruego, la escena del thrash de San Francisco, la del death metal melódico en Gotemburgo, etc., el día de hoy existe una escena interesante de grandes bandas surgidas de Savannah, Georgia y ciudades aledañas. El sonido ha sido definido en los bares underground por bandas como Baroness, Kylessa, Torche, Zoroaster, Howl, e incluso una etapa temprana de Mastodon (ellos de Atlanta).

El sonido creado y/o perfeccionado por ellos es el que conocemos como Sludge Metal (o Swamp Metal), que toma elementos de grupos pilares como Melvins y Eyehategod, y que basado en los beats del doom, acelera con constancia a ritmo de guitarras espesas y atonales junto con voces generalmente gritadas. Todo esto, creando así una verdadera escena sólida y constante, también con ayuda de conjuntos de Nueva Orleans o de Filadelfia; unos ayudan a otros, todas han salido de gira con todos, participan en "Splits" (discos compartidos) y crearon así una institución pantanosa.

Saliendo de esta introducción, Black Tusk es un trío poderoso, lleno de energía e intensidad, y una de las bandas más activas de dicha escena, entre splits, demos y álbumes, juntan más de seis en muy poco tiempo de existencia. Para ser un trío llenan todo espacio posible, valiéndose de algo muy clásico del género que es la doble voz y voces combinadas, la dualidad perfecta entre la guitarra rítmica y el poder del bajo genera una atmósfera tremendamente dura y bastante disfrutable. Además, Black Tusk puede variar entre tres distintas voces: la voz thrash, la voz a la vieja escuela del metal y el grito desgarrador, dándole así diferentes dimensiones a lo que hacen.

Su sonido oscila entre un punk, thrash, mezclado con el cliché sludge, dando así como resultado una banda que puede ser la contraparte con extra testosterona de Kylesa (sin Laura Pleasants obviamente), como la mano de Fenriz o Henry Rollins hubiesen tenido que ver aquí. Sumado a esto hay momentos y ritmos bastante llenos de rock & roll clásico estilo AC/DC.

Taste The Sin es un gran esfuerzo que le comienza a dar verdadera forma a una banda que ha sudado mucho y bebido mucha cerveza para crear este metal macho, lleno de adrenalina y poder, y que además es bastante divertido y pegajoso. El álbum arranca de gran manera con Embrace The Madness, una canción que parte justo donde se quedaron en Passage Through Purgatory, su anterior producción, y que al inicio no parece sorprender, pero en la parte media toma forma con un ritmo rock boogie que te hace mover el pie al ritmo del tema. Grandes tracks llegan con Red Eyes, Black Skies y Twist The Knife, en donde la anterior mencionada comparación con Kylesa es evidente, pero añadiendo una voz más intensa muy al modo Baroness. El mejor momento, en mi opinión, llega a cargo de Unleash The Wrath, una pieza instrumental, en donde literalmente desatan una furia rítmica, en donde voz, bajo y guitarra marcan una sincronía perfecta para ir cambiando ritmos, acelerar y eventualmente, estallar en una gran canción de rock pesado.

Al final el LP cierra de gran manera con The Crash, un corte que al final esperemos se convierta en el eslabón entre este álbum y el Black Tusk del mañana. Queda de lección que cuando eres parte de una escena tan grande y llena de talento, puedes eventualmente pasar desapercibido, sin embargo, creo que Black Tusk a base de agallas y actitud logran hacerse un lugar importante y convertirse en los hermanos thrasheros de Baroness. El disco es muy disfrutable, es corto y eso hace que pase ligero y sean más memorables las canciones antes mencionadas. Te tomará 40 minutos hacer un viaje certero y espeso a un pantano lleno de guitarras afiladas, gritos, y mucha actitud. Al final, Black Tusk tiene mucho por recorrer, y este parece ser su primer gran intento por llegar a la grandeza.

Ihsahn – After

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Por Juanito el del Demo

Ihsahn
After

Candlelight Records

Tras su salida de Emperor, Ihsahn ha conjuntado una ilustre tercia de "Ases": Adversary, AngL y After, siendo este último el que nos ocupa en 2010; en esencia, se trata de una obra con el sello del gran músico noruego, con base firme en el tradicional black metal que lo ha acompañado en su carrera, más los clásicos elementos que aderezan sus piezas, como arreglos sinfónicos, instrumentos acústicos, voces limpias y estructuras complejas; sin embargo, After tiene su propia identidad, lograda gracias a la inquietud del músico por explorar nuevos territorios.

Como ya es costumbre, Ihsahn es el hombre orquesta que hace todo en su álbum, no obstante, sigue apoyándose en la batería de Asgeir Mickelson (ex-Borknagar) y el bajo de Lars Koppang Norberg (ex-Spiral Architect). Sin embargo, el elemento sorpresa que se suma a esta tercera obra es el saxofón, un instrumento poco usado en el metal (como más recientes referencias tenemos a Nachtmystium y Yakuza), pero que en After cobra una relevancia asombrosa y, por demás, agradable, llevado en algunos temas al nivel de protagonista, incluso por encima de las guitarras. El responsable de tocar este peculiar instrumento es Jørgen Munkeby, de la banda experimental noruega Shining (no la banda sueca de black metal), quien logra llevar al escucha del desenfrenado delirio de A Grave Inversed hasta la sofisticada melodía de On the Shores, pasando por los acordes ambientales de Heaven's Black Sea, con gran soltura. En general, el sax proporciona una luminosidad similar a la de la extraña portada blanca del álbum, aunque aún permanezca envuelta por una distintiva funda negra.

Otro aspecto a resaltar son los títulos de las canciones de After, que nos describen la geografía del mundo personal de Ihsahn: las tierras yermas, los lagos congelados de Marte o el mar negro del Cielo, simbolizan de manera lírica los terrenos que este músico se ha empeñado en explorar, sin perder por ello el contacto con suelo firme; para terminar, independientemente de la sólida consistencia de After como obra integral, debe destacarse la inclusión de Undercurrent, no sólo la mejor pieza del álbum, sino por mucho, una de las mejores canciones del año en la industria discográfica. Sus diez minutos constituyen en sí mismos una obra por todo derecho, con tintes progresivos, la incursión de un saxofón magistral y riffs de guitarra memorables. Felicidades y gracias a Ihsahn. Que Satán lo tenga en su gloria.

Watain – Lawless Darkness

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Por Javier "Show" Villalpando

Watain
Lawless Darkness

Season Of Mist

Debo admitir que Watain es mi banda favorita de black metal, por lo que reseñar sobre ellos y sobre su último material, Lawless Darkness, es como hacerle un carta de recomendación a un amigo, debes ser objetivo siempre, pero con un dejo de cariño especial. Con esto como introducción paso a dar mi objetivo veredicto.

Después de un triunfal álbum como Sworn To The Dark de 2007, un disco que fue altamente recibido, regresa Watain reclamando no sólo su retorno, si no el renacimiento del black en sí, una osadía publicitaria que antecedió al lanzamiento de Lawless Darkness. La osadía de cual se valen para antelar un gran lanzamiento es lo que me resulta realmente interesante, Watain más que una banda es un movimiento, es un ejército, y es todo un gran concepto; por lo cuál al hablar de su cuarto material, tendríamos que verlo más como una experiencia y una declaración que como un álbum per se.

Dentro de todo lo controversial que el black metalpuede llegar a ser, lo cuestionable y lleno de clichés; hay un gran sentido holístico de la artisticidad, de la verdadera expresión estética en todas sus extensiones posibles, todo un pilar filosófico que da cimiento a dicha expresión, y la música se convierte meramente en un canal más para vaciar todas las creencias, rituales y experiencias de una banda. Y creo certeramente que Watain son los más grandes ejecutores de tal hecho.

Como vimos en la entrevista hecha en Search & Destroy, Lawless Darkness constituye un concepto de la oscuridad como una metáfora que se antepone a las restricciones de la luz, que permite la ausencia de definición y de leyes que la claridad tiene por naturaleza; pero también habla de la oscuridad espiritual como la morada de los dioses a los cuales adoran, y en donde ellos encuentran el mejor medio de expresión.

Por lo tanto, Lawless Darkness, se plantea como un disco fuera de lo convencional y donde el black encuentra un verdadero renacimiento. ¿Lo es realmente? Creo que no, y lo digo basado en que es un gran álbum, pero es más experimental, melódico y basado en el metal clásico, que cualquier disco de black metal. Las estructuras de las canciones son muy clásicas, pero con la potencia y putrefacción necesaria para etiquetarla como black.

El primer gran momento del disco, en mi opinión, llega con Reaping Death, un acelerado inicio que da entrada a gritos de guerra y revolución, en donde las capacidades técnicas y de ejecución de la banda se ven más completas y mejor logradas, lo cual les permite ser más creativos y no sólo mejores músicos, sino mejores comunicadores de su propuesta. Four Thrones y Wolve’s Curse constituyen otro ataque frontal en donde a pesar de sonar a canciones de black clásico, se separan un poco del sentimiento de claustrofobia, y permiten la entrada de riffs muy memorables y melodía pegajosa, en donde el mensaje se hace aún más perceptible.

El tema que da título al álbum, es un corte distinto, es instrumental, lo cual me parece una maravilla, es una composición admirable en donde se atan perfectamente los conceptos que hablan sobre la luz y sus restricciones, acá la ausencia de letra, la carencia de la “canción” en sí, es la que los dista de esas leyes e impedimentos naturales que el metal en sí plantea. Total Funeral es el track característico de Watain en donde el Black N’ Roll se hace presente, con un ritmo digno de Motörhead, y con densas atmósferas creadas por la voz de Eric Danielsson y un trepidante sentimiento de poder que acelera el pulso de las venas.

Sin embargo, la que más me llama la atención y que me resulta la mejor del álbum, es la canción de cierre, Waters Of Ain, un Opus tremendo en donde Watain se sale de sus mismas limitaciones y experimenta más con la emoción y dejan de lado la misantropía. Es sin duda la composición más personal de los suecos donde expresan verdadero amor a sus dioses, donde con un cálido abrazo reciben a la oscuridad. El tema dura 14 minutos, y cuenta con distintos cambios de ritmo, melodías muy clásicas como de Beyond The Realms Of Death de Judas Priest, y en donde existe más de un clímax. También cuenta en una parte crucial con un invitado, Carl McCoy de la banda de dark-new wave Fields of the Nephilim; donde además de ser un mero invitado, se convierte en la voz de alguien que ya no se encuentra en el mundo, es como un reflejo de lo que Danielsson dejó de piel y sudor en la canción, y así después dar paso a un cierre monumental muy al modo Fade To Black de Metallica, gestando el mejor solo del disco, y un cierre que resulta emotivo y lleno de una energía muy distinta

El álbum es sin duda un gran paso para la banda, seguro no llenarán estadios después de esto, pero sí están dejando una huella importante en la escena, y lo más destacable de todo, me parece el manejo del concepto holístico de las creencias, de la filosofía y de cómo el cuerpo humano es sólo un contenedor de conceptos más grandes que nosotros mismos y la música se convierte en el canal ideal, junto con toda una parafernalia atmosférica, para expresar eso que es más grande que nosotros.

Suicidal Angels – Sanctify The Darkness

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Por Miguel Ángel Palafox

Suicidal Angels
Sanctify The Darkness

Nuclear Blast Records

A pesar de que la escena del thrash metal nunca desapareció, las bandas originarias de este movimiento siguieron sacando material; mi percepción es que por varios años el panorama del estilo careció de adeptos de nuevas generaciones que se decidieran por este sub género.

Afortunadamente Suicidal Angels, provenientes de Grecia, es una de las agrupaciones que prueba que el género está de regreso o que vuelve a estar en la mira de la prensa y de los melómanos, como se le quiera ver.

Sanctify The Darkness, editado por Nuclear Blast, marca el segundo larga duración de los formados en 2001, en la ciudad de Atenas.

Queda claro que durante sus años mozos, estos griegos le dedicaron mucho tiempo a los discos de Slayer y Sodom, lo cual junto con alguna otra influencia de bandas de death metal, marca la pauta para su sonido.

Aunque este no es único ni original, se les agradece la extraordinaria manera de ejecutarlo pues nos recuerda como un género se puede reinterpretar. Suicidal Angels no busca llevar el sonido hacia nuevos horizontes, si no demostrar que la vieja escuela del thrash y de toque agresivo, está de vuelta.

La temática de las canciones hace alusión a la rebelión y crítica contra las creencias judeo cristianas y sus instituciones. Esto no es nada nuevo para el conjunto, que desde sus primeros demos se inclinó por esto.

La producción está muy bien lograda, resalta la energía en la ejecución de las guitarras con el poderoso retiemble de la batería, así como el acento del vocalista, que les da un toque especial.

Del arte del CD solo se puede rescatar la portada, que tiene muy buena calidad en la ilustración y en su colorimetría, la cual estuvo a cargo del talentoso Kristian Wahlin, quien es miembro de bandas como Grotesque y Liers in Wait, responsable del rubro en discos de At The Gates, Bathory, Dismember y King Diamond entre muchas otras. Donde Suicidal Angels falla es en el resto del arte, tanto en las fotos tan clichés como en lo pobre de utilizar partes de la portada, con muy baja resolución por cierto, para adornar el fondo de la letra de las canciones. Jalón de orejas para Nuclear Blast que no puede achacar estas fallas a la economía global, pues es el arte y el diseño de un redondo uno de los incentivos para los que optan seguir comprando LPs y no robarlos de la red.

Como bien decía, el sonido de Suicidal Angels tiene mucho poder y es contagioso, con una producción muy bien lograda. Pero si tan solo este conjunto helénico se esforzara por imprimir un poco de originalidad a su música en álbumes por venir, seguramente los llevaría a consolidarse como una de las bandas de thrash a seguir en años venideros. Talento tienen, habrá que esperar su siguiente producción para ver hacia donde navegan musicalmente.

Un álbum donde emana el olor de la década de los 80, con muy buen sonido que entretiene, sobre todo si se comparte el sentimiento anti cristiano que pregonan estos ángeles suicidas.

Slash – Slash

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Por Pablo Barrios

Slash
Slash

Dik Hayd Records

Mientras que Axl Rose se mantenía silenciosamente en su mansión durante muchos años, derrochando millones de dólares para editar Chinese Democracy, los otros ex-integrantes de Guns 'N Roses editaban discos solistas y se mantuvieron activos con proyectos paralelos en otras agrupaciones durante los 90 y gran parte del nuevo milenio, algunos con mucha suerte y otros no tanto como es el caso de Gilby Clark, pero quien más tuvo repercusión y éxito comercial por la variedad y composición de excelentes canciones, fue Slash. Tal vez el más silencioso dentro del círculo de aquella agrupación Guns 'N Roses, pero lo que nadie sabía era que tenía una tremenda creatividad que da rienda suelta a sospechar que gran parte del éxito de la banda de Los Ángeles durante los 80, fue gracias a él. 

Demostrando categoría con sus proyectos, sobre todo en Slash's Snakepit y Velvet Revolver, a pesar de que es un Icono con la guitarra Les Paul Gibson, su homónimo debut como solista solista es una obra donde se lucen más los vocalistas y no tanto la parte de la instrumentación a las seis cuerdas. Comenta el propio Slash que es un disco donde siempre pudo tener el control de todo, desde la música hasta los invitados, y por suerte refleja la variedad de artistas con los que tiene buena relación en este momento. No es casualidad que en su carrera haya trabajado con más de 100 intérpretes,  desde Paulina Rubio hasta Lenny Kravitz. Saul Hudson (su verdadero nombre) es un personaje que trasciende cualquier tipo de música y frontera con su galería mística.

El álbum para nada es una especie de resurrección por parte del mñusico de origen inglés, sino es un paso más adelante en su trayectoria como solista. Comparándolo con el oscuro Chinese Democracy, Slash es un redondo mucho más colorido y vivo, con varias ediciones en diferentes países y con una controversial regrabación del clásico Paradise City con Fergie de Black Eyes Peas y la gente de Cypress Hill.

Nos encontramos con variedad al por mayor, donde simplemente hay rock, heavy de la mano de Mr. Shadows de Avenged Sevenfold, baladas, temas crudos y rápidos. De todo el álbum siempre la controversia fue Fergie, cuestionando que no podía cantar en una banda de rock y más con Slash, donde su nombre representa prestigio y respeto. El resultado, a pesar de la polémica, es más que sobresaliente dándole la razón al guitarrista por incluirla en el track Beautiful Dangerous, donde rinde culto a Aerosmith y su papel es más que soberbio.

En las voces invitadas hay leyendas como Ozzy Osbourne y Lemmy Kilmister (Motörhead) donde se juntan con Slash en un coctel explosivo, pero lamentablemente no hay variaciones del sonido clásico de ambos vocalistas; Lemmy hace Doctor Alibi con el sello característico de Motörhead, el ex-Black Sabbath sale a pelearle con Crucify The Dead, escuchándose como en cualquier otro álbum su autoría. La gran sorpresa la da Kid Rock con Hold On, y la inclusión de Dave Grohl en Batería en la instrumental Watch This.

Aunque haya puntos flojos como lo es Gotten con el frontman de Maroon 5, Slash trata de mantener el espíritu del rock en alto con Chris Cornell de Soundgarden, Miles Kennedy de Alter Bridge, sus ex-compañeros, Izzy Istradlin y Duff McKagan, así como la leyenda viva: Iggy Pop.

Aunque es realmente adictivo y muy fácil de escuchar, no se sabe si las canciones fueron compuestas en especial para estos artistas  porque no hay mucha diferencia en lo que hacen en sus gruposoriginales. La forma de tocar y las chispas que le saca Slash en los solos de guitarra y las armonías, son inconfundibles de una marca registrada que venimos escuchando hace mucho tiempo desde que inició Snakepit y Velvet Revolver. Como bien afirmé, quienes brillan son los invitados, que puede ser intencional o puede ser que no, pero refleja gratamente la admiración del guitarrista.

Cuando Guns 'N Roses es tan solo un recuerdo del pasado y Axl Rose sigue luchando para mantener a una banda que está en el ocaso de su carrera, otros apuestan al futuro, a la variedad y los resultados están a la vista donde Slash está más vigente que nunca y la imagen de Axl se desvanece a través del paso del tiempo. Con este proyecto sabemos que la galera espiritual de Slash está llena de gratas sorpresas.

Carach Angren – Death Came Through A Phantom Ship

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Por Pablo Barrios

Carach Angren
Death Came Through A Phantom Ship

Maddening Media

Siempre cuando uno menos se los espera aparecen esas agrupaciones de vez en vez que llaman la atención por traer algo diferente a la escena, o por la calidad de sus músicos a la hora de componer material de alta calidad. Enhorabuena eso pasa con esta agrupación de black metal sinfónico llamada Carach Angren de Holanda, cuyo debut Lammendam (2008), prometía mucho con overturas pesadas e historias fantasmales; ahora con Death Came Through A Phantom Ship, reivindica que no es casualidad que a Carach Angren hay que prestarle mucha atención.

Este nuevo trabajo no podría tratatarse como una revelación en el sonido ya que contiene influencias muy marcadas como lo son Dimmu Borgir, Cradle of Filth y agrupaciones al estilo del black metal gótico, pero a la hora de componer sus sinfonías y dar la atmósfera necesaria para entregar la historia general, es magnífica. Death Came Through a Phantom Ship nuevamente en la historia, como su anterior opus, a nivel lirico es lo más fuerte de todo el LP conceptual, como se narra a la par de la música, hace la combinación perfecta para que el oyente se situe y se entregue durante una sinfonía extrema que en ningún punto deja de ser interesante.

Aunque la portada no es de lo más fortuita contando todo el cliché posible de una banda de black, con nueve canciones, introducciones e interludios, estamos hablando de una agrupación diferente. La parte predominante para toda la música es el teclado donde las atmósferas juegan el rol más importante y que está más ligado a bandas sonoras al instante de toda la ambientación, dándole el apoyo a las liricas mientras que la parte vocal es agresiva, aunque bastante conocida en este género.

Títulos épicos como The Sighting Is a Portent of Doom, Departure Towards a Nautical Curse, y The Shining Was a Portent of Gloom, dan rienda a la literatura romántica, con un cuento lleno de sangre, fantasmas e historias sobre lo más oscuro que hay en los mares, y es lo que más se destaca de todo el proyecto ya que como es un trabajo conceptual tiene que estar atado por un común denominador; por suerte, como están conectado los puntos en cada canción, es crucial para que la narrativa sea favorable y placentera, como abordan cada tópico sin caer en coros y versos de lo más predecibles tratando de evitar repetir frases (como lo hace Dimmu Borgir en In Sorte Diaboli). Ello es lo que más se le puede agradecer a estos black metaleros holandeses.

Carach Angren está claro que no es una agrupación que traiga tópicos satánicos y que vayan a seguir esa línea, no traen toda la parafernalia de un black metal tan crudo como lo hace Waitan o Mayhem, sino que juegan con temáticas que recuerdan a King Diamond donde la música, las letras sobre literatura gótica, la historia, la ambientación y la magia, se conjuguen en un combo embrujado difícil de dejarlo. 

La duración del LP es un factor de relevancia ya que en sus 45 minutos aproximados de música, a pesar de caer en lugares ya conocidos por bandas extremas, Carach Angren logra dar una muestra de cómo hacer buen black sin caer en la repetición y en el aburrimiento. Estos oriundos de los Países Bajos son de las mayores promesas que ha dado los últimos tiempos Europa, dejando atrás el mito que había que estar en Escandinavia para hacer buena música extrema. Una revelación con esta magistral entrega. Imperdible para los amantes de las historias fantasmales.