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Symfonia – In Paradisum

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Por Pablo Barrios

Symfonia
In Paradisum

Avalon/Marquee

Uno de los trabajos más anticipados de este año ya está entre nosotros y hay que confesarlo, es una bomba a punto de explotar si todo sale como se tiene planeado ya que no es cualquier grupo, sino que Symfonia es una agrupación donde hay varias estrellas del mundo del heavy melódico, y el nerviosismo por saber de que se trataba el proyecto no era para menos.

Desde la abrupta salida de StratovariusTimo Tolkki anduvo divagando entre proyectos paralelos como Revolution Renaissance donde tuvo su pequeño auge y revancha; del otro lado, Andre Matos, quien a pesar de haber salido de Angra hace ya muchos años siempre se pudo mantener en pie con su carrera solista y proyectos paralelos con Shaaman. Este dúo dinámico acompañado por Jari Kainulainen (Stratovarius, Evergrey), Mikko Härkin (Sonata Arctica) y Uli Kusch (Helloween), logran una placa bastante armoniosa, donde toda la banda sabe aprovechar sus habilidades dado el poco tiempo juntos.

Sabíamos que Symfonia iba a ser un megagrupo de power-metal lisa y llanamente. En esta oportunidad podríamos ver si esta formación de superestrellas lograría tener la misma relevancia dentro de la escena como la tuvieron con sus ex-agrupaciones y con In Paradisum, por lo menos logran llamar la atención de muchos con una fuerte entrega pero lamentablemente bastante predecible y sin grandes novedades.

Ahora bien, todos nos preguntábamos como iba a sonar Symfonia; al escuchar los primeros minutos nos damos cuenta que la batuta de esta sinfonía melódica la tiene Timo Tolkki, lo primero que se nos viene a la mente es –Stratovarius – y no estamos muy alejados de la realidad ya que tiene la insignia del guitarrista finlandés en todas partes, con solos de guitarra ultra rápidos, los temas suenan muy parecidos a su ex-grupo, no igual, pero bastante similar. Se pueden encontrar muchas coincidencias en las estructuras de las canciones, en como están hechas las melodías vocales, todo un conjunto de cosas que nos lleva siempre a un mismo lugar como por ejemplo en el tema Come by the Hills con un cierto parecido mínimo a Black Diamond.

¿Symfonia es Stratovarius 2.0, solo con la aportación de Andre Matos y aliados? Absolutamente no, cada integrante aporta lo suyo para que In Paradisum salga adelante, no solo nos encontramos con el clásico power metal finlandés que registró Timo, sino que también suena mucho a varias bandas alemanes conocidas variando entre temas rápidos y baladas. La voz del vocalista brasileño como siempre brilla en cada estrofa que interpreta y sobresale ante los demás; la producción es super cristalina, muy bien cuidada y lograda por lo cual se disfruta mucho escucharlos tocar. 

In Paradisum pierde completamente en la originalidad, pero en su debut quisieron estar a salvo, no arriesgando mucho, siguiendo territorios conocidos entre todos y es entendible. Fánaticos de Stratovarius pueden estar más contentos, fánaticos de Angra pueden estar mas que satisfechos. Symfonia con su primer disco no lograron grandes sorpresas, solo grandes canciones.

Stratovarius – Elysium

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Por Samuel Segura

Stratovarius
Elysium

Victor

Hace tres discos que Stratovarius no conseguía un sonido como en Elysium. No. Quizá la palabra “sonido” sea inadecuada. Porque la producción no dista mucho de la que escuchamos en discos previos. Entonces se trata de un asunto de composición, de canciones que pegan directo al hígado. Hay una magia en su música que te impide, siquiera, pensar en cambiar de pista. Mucho menos en detenerla.

Tampoco se trata de sorpresas o cambios radicales. Aquí no hay voces guturales, riffs endiablados, ni brutalidad desmedida —para aquellos que la piden a gritos en cada disco que escuchan y que reclaman, sorprendidos, al momento de oír estas “joterías”—. Es la natural evolución de Elements Pt.II, Stratovarius o Polaris: velocidad intercalada con medios tiempos, ambientaciones y los solos inclementes.

Es un paso adelante, o dos. Entra fácil, ligero. Y ello no quiere decir que su calidad desmerezca a los oídos exigentes de los fans o de cualquier escucha del metal, o de cualquiera que se tope con el CD.  Se trata de calidad a flor de piel. Sin cáscara. Para disfrutarse de lleno, desde el inicio. Por eso comienza con canciones de tanto punch como Darkest Hours y Under Flaming Skies, para que no te pierdas un segundo del Elíseo.

Es un material que refleja la música del siglo que vivimos, donde los pianos ya son parte del escenario metalero. En el que la pureza se concentra en las letras. No se estanca en el pasado, camina por sí mismo. Aunque por momentos se sienta lento y la escucha tropiece un poco. Porque ya no hay velocidades estratosféricas, como en sus primeros materiales. La rapidez aquí se llama: Infernal Maze, The Game Never Ends y Event Horizon.

Matias Kupiainen, Lauri Porra, Jörg Michael y sobre todo, Timo Kotipelto, muestran la madurez, la entereza que se busca en un álbum de power metal, que se busca en una banda ya establecida en los oídos de muchos. Lo mejor de esa etapa es que vendrán a México con otros que siguen perfeccionándose: Helloween. A escuchar Elysium antes de que eso pase.

Deicide – To Hell With God

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Por Alberto Torres

Deicide
To Hell With God

Century Media

“El primer pecado de la humanidad fue la fe; la primera virtud la duda”Carl Sagan

En un mundo en donde la gente vive cada vez más bajo las reglas que dictan las instituciones religiosas, hay quienes sin escrúpulos expresan su repudio y odio contra quienes imponen una forma de vivir; lo hacen a través de guitarras que engendran riffs monstruosos, baterías implacables capaces de derrumbar iglesias, bajos que hacen retumbar el cielo y terroríficas voces guturales que golpean sin precedentes a cualquier deidad, y sin duda una de las mejores bandas en hacerlo es Deicide.

Deicide, tras una ausencia de alrededor de tres años, regresa con un disco que los reafirma como una de los grandes grupos de brutal-death metal norteamericano; una nueva entrega discográfica que fortalece la esencia de este conjunto, y lo hace con un título contundente y muy a su estilo, To Hell With God, acompañado de música intensa y directa con la intención de mandar no sólo a todo el mundo al infierno, sino también al mismo Dios.

La primera canción, To Hell With God, es el comienzo de una catarsis que tendría pequeñas regulaciones de intensidad, y no hay mejor manera de empezarlo que violentamente, como se debe hacer en el death.

Sin poder respirar aunque sea un poco, llega la devastadora Save Your, con un poderoso blast beat de parte de Steve Asheim, que progresivamente va cobrando protagonismo junto a las guitarras de Jack Owen y Ralph Santolla, concibiendo así una pieza musical en donde siempre está presente ese ritmo pegajoso, irresistible para saltar al mosh pit. Esta podría ser la mejor rola del disco; 3:33 minutos de pura intensidad, con riffs brutales llenos de actitud, y una macabra voz de Glen Benton que es acompañado por guturales agudos en todo momento, además del respectivo sólo, cortesía de Ralph Santolla, como es de esperar.

“Para ti yo soy un ateo, para Dios soy la Oposición Leal”Wody Allen

En canciones como Witness of Death, Conviction, Empowered by Blasphemy, Angels in Hell, la intensidad baja ligeramente; se opta por estructuras más sencillas, sin embargo, no por eso dejan de ser agresivas. Ni perder el toque típico de Deicide.

Siendo Deicide un banda que se ha ido consolidando aún más y más en la escena a pesar de los cambios de formación, entre otras cosas es de esperar que sólo tengamos que leer el nombre de las siguientes canciones: Hang In Agony Until You’re Dead, Servant Of the Enemy, para saber lo que nos depara. Tracks nada fuera de lo normal, un poco más pesadas que las anteriores, pero si algo se tiene que mencionar es que lo heavy y obscuro vuelve a apoderarse del LP, con arreglos discretos pero que hacen al material mucho más interesante.

¿Se les había olvidado que es la brutalidad? El final del disco se acerca y llegan dos de los mejores cortes de este larga duración que ubica a esta agrupación como la Banda del Mes en Search & Destroy.

Into the Darkness You Go
, la penúltima canción, trae de vuelta el doble bombo al unísono de las guitarras y riffs básicos pero pesados, que dan pie al controversial Benton para hacer lo suyo de la mejor manera.

Llega así el finaL, sin antes mencionar que se nota una producción más sólida, con mejores arreglos que hacen por demás interesante este CD que a su antecesor, Till Death Do Us Part.

En How Can You Call Yourself A God, la brutalidad se apodera de los cinco miembros para concebir el tema que cierra el disco, y qué mejor que hacerlo con solos despiadados a lo largo de esta, un feroz coro que hacen de esta, una pieza musical bestial para concluir To Hell With God.

Dawnbringer – Nucleus

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Por Javier "Show" Villalpando

Dawnbringer
Nucleus

Profound Lore Records

El heavy metal resulta maravilloso, contagioso, otorga un sentido de empoderamiento, de fuerza y de fidelidad a un sonido que se convierte en la banda sonora de la vida de millones de personas. Esa grandeza (y a la vez sencillez), es captada maravillosamente en el cuarto álbum de Dawnbringer, la banda de Chicago liderada por Chris Black, uno de los héroes secretos del metal estadounidense.

Desde su disco pasado In Sickness And In Dreams, Dawnbringer amenazaba su tremenda grandeza compositiva y poderosas guitarras, sin embargo, la identidad era un elemento del que carecían, no porque se parecieran a otra banda, sino por un sonido inconstante en el que disfrazaban su virtuosismo para hacer canciones con estructuras más del death metal y sonidos menos pulidos.

Pero en 2010 llegó Nucleus, una aplastante obra consistente de inicio a fin, en el que el principal personaje del álbum es “la canción”, temas que hacen recordar el por qué el heavy metal es tan amado, el porque ese póster de Maiden o ese parche de Motörhead están en donde están. Nucleus está lleno de metal orgánico, conciso, preciso, sincero y clásico, y lo hacen mejor que las bandas europeas que claman hacer ese tipo de metal y se pierden en el intento.

Dawnbringer se basa en el thrash metal, pero no en ese thrash que se muta hacia lo punk, si no el thrash concebido en la NWOBHM, con rapidez pero con fluidez y melodía, combinado con inteligentes cambios de ritmo “a la MaidenPriest” y con una voz carraspera tipo el Hetfield de antaño, o bien un Lemmy con menos cigarrillos.

So Much For Sleep abre el disco a modo de trailer cinematográfico. Sobre lo que encontraremos ahí dentro, de acuerdo a la declaración anterior, las canciones son el actor principal de esta obra redonda que no cojea, y que se amalgaman perfectamente una con otra sin llegar a ser monótono, aburrido o lineal; por el contrario, canciones como Like An Earthquake, toman las riendas por un camino trepidante y oscilante, que pasa de lo lento a lo rápido y que galopa en un ritmo de bajo muy a la John Paul Jones. Quizá The Devil y Swing Hard sean mejores ejemplos de cómo una canción redonda y bien armada, no necesita ser compleja ni llena de talento desbordado para ser disfrutable y coreable.

Dawnbringer y su Nucleus, nos traen un excelente álbum de heavy metal clásico que aterrizó en el 2010 para venirnos a recordar el por qué tener fe en el género, el por qué vale la pena alzar un encendedor en un concierto, vestir ese viejo chaleco y hacernos ver que aún hay héroes que levantan un clásico estandarte que el viento nuevo y turbio jamás hará caer.

Kylesa – Spiral Shadow

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Por Javier "Show" Villalpando

Kylesa
Spiral Shadow

Season Of Mist

Kylesa es una banda con sólo una década de existencia, su primer álbum no ha cumplido ni siquiera esos 10 años (Kylesa, 2002), sin embargo con constancia y después de cinco discos han llegado a la cúspide de su carrera musical con el magistral Spiral Shadow. Apenas en 2009 –con Static Tensions–, se aventuraron hacia un sonido más pulido y refinado; lo que habla de una agrupación que gusta de componer, de crear y de seguir retándose a ellos mismos musicalmente.

Geográficamente, son pertenecientes a la escena de metal de Georgia, particularmente Savannah, por lo que las comparaciones con Mastodon, Baroness, Black Tusk y Rwake, son imperativas, sin embargo, ellos disiden por sus raíces más punk, la inclusión de psicodelia y la ausencia de meterse a terrenos progresivos, por lo que sus canciones, así como son cortas, son concisas, pegajosas y son parte de una estructura general llamada álbum.

El sludge metal que hace Kylesa tienes profundas raíces en los bares underground, su contenido denota que fue concebido y creado, en gran medida, para ser apreciado en vivo. La inclusión de dobles baterías, la combinación irónica de dos voces, las trepidantes guitarras gemelas y una composición que ha ido evolucionando disco con disco, lleva a Kylesa al lógico resultado que es Spiral Shadow, si analizamos su carrera de inicio al día de hoy, se evidencia que no hay paso en falso, y que todo es consecuencia del movimiento anterior.

Spiral Shadow contiene grandes canciones, con toques más de rock & roll, como Don’t Look Back o To Forget, con ritmos más sobrios y con la melodía más tomada en cuenta, y no es que Kylesa se haya convertido en Torche, pero sí se valieron de otras influencias para sonar menos crudos y más como banda pensante. La pareja que hacen Laura Pleasants y Phil Cope en las voces y guitarras, es la yuxtaposición de la dulzura y la rudeza, justo lo que Kylesa apunta a ser, y se nota evidentemente en las canciones, cada una con una genética distinta.

Sin embargo, a pesar de que las canciones son fuertes, Spiral Shadow funciona mejor como experiencia completa, de inicio a fin, sin pausas, es como dejar que una bola de nieve se vaya haciendo más grande conforme los temas avanzan y nos vamos inundando en la espesura de lo que Kylesa pretende y logra con este CD.

Psicodelia, pesadez, amalgama y consistencia, es lo que demuestra Kylesa con este álbum, su mejor sin duda hasta la fecha, y en el que nos dejan claro que sólo son parte de su propia escena, que los límites para ellos no son líneas, sino espirales sin fondo, y que en un mundo libre como lo es el metal, pueden seguir manteniendo su actitud cruda del punk, combinada con la concepción y creación del hombre/mujer pensante, que no teme dar pasos adelante. Sin duda el metal moderno más significativo junto con Baroness, Mastodon y High On Fire.

Witchcurse – Heavy Metal Poison

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Por José Luis Cano

Witchcurse
Heavy Metal Poison

Inferno Records

Los que mencionan que el “heavy metal está de regreso”, no sé en dónde estaban metidos. El heavy metal nunca se ha ido, ni en esos años en que el thrash y el grunge, el geath, el glack y el gótico eran los géneros de moda. Que fuera menos popular es otra cosa. Sin embargo, de unos años para acá se ha notado una fuerte tendencia a que nuevas bandas retomen el sonido y estilo de los 80. El asunto es que unos lo hacen bien y otros no. Lo peor que puede hacer un grupo es copiar a sus héroes pues eso te hace ser simplemente un clon de quinta categoría y una banda sin futuro, o si bien les va, una fama efímera.

Este es el caso de Witchcurse, que se aferran tanto a ser "trues", que dejan de lado un elemento esencial: tener personalidad propia. Por supuesto que no van a descubrir el hilo negro, pero si se van a  fusilar a alguien, que al menos sea de manera más discreta. Aquí escucharán por todos lados referentes y lugares comunes de la ola británica (NWOBHM), pero de forma apática: canciones sin un riff poderoso, un coro llamativo, no hay dinamismo, aunque se esfuerzan. Y ciertamente la producción no ayuda en lo más mínimo, de hecho está dispareja. El vocalista/bajista, que responde al apelativo de Possessed, no tiene muy buena voz; el trabajo de guitarras está decente, la batería cumple a duras penas el trabajo. Por todo ello, no es un disco que sea muy necesario conseguir.

A pesar de todo, hay buenas rolas: Heavy Metal Kamikaz y Drinkers From Hell. Lo preocupante de todo es que no es una banda muy nueva, ya tiene algunas cuantas grabaciones, y creo que no hay mucha mejoría al paso de los años.
 

Volbeat – Beyond Hell / Above Heaven

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Por Javier "Show" Villalpando

Volbeat
Beyond Hell / Above Heaven

Universal Music

Volbeat es una banda danesa que ha pasado fuera del radar durante muchos años, sin embargo han sido grandes favoritos en países escandinavos como su natal Dinamarca, Suecia, y han logrado bastante éxito en festivales como Wacken. La originalidad en su sonido desde el punto de vista del metal es incuestionable, es una mezcla bastante coherente de heavy metal, rockabilly, punk, y vocales estilo Elvis con guitarras de un Metallica moderno.

Sin embargo, el sonido distintivo de Volbeat es un arma de doble filo, ya que al marcar una diferencia con su "Rock The Rebel/Metal The Devil", tienden a caer fácilmente en la repetición y la experimentación que puedan lograr, sacrificando mucho esa originalidad mencionada.

En esta su nueva entrega, Beyond Hell / Above Heaven, los nórdicos, ahora favoritos de Metallica -sobre todo de Lars Ulrich-, se valen de nuevas áreas que los debilitan un poco, como dejar de lado la actitud punkabilly y adoptar melodías más pop, dejar las voces carrasperas e irse por vocales más limpias. Los riffs siguen siendo bastante buenos, muy poderosos y memorables. Lo que logra Volbeat es, construir alrededor de esos riffS, canciones consistentes pero se pierden dentro de su propia genialidad guitarrístca y al querer arriesgarse, pierden lo que los hace indentificables.

El disco no es que sea malo, pero si no eres fan de Volbeat desde tiempo atrás, este álbum no te convencerá de lo contrario, el meollo es el abuso de fórmulas y clichés que ellos mismo establecieron. Sin embargo, un punto a favor del redondo es que se valen de algo que pocas bandas de metal hacen, que es el tener invitados especiales; en esta ocasión, tienen a dos leyendas bastante reconocidas y a la vez muy lejanas de lo que hace Volbeat, como a Mile Petrozza de Kreator y Barney Greenway de Napalm Death, en dos tracks bastante buenos, que la verdad hacen destacar al disco, junto con la canción abridora. 7 Shots, el trAck que tiene a Petrozza, es una composición agresiva disfrazada de hillbilly y bluegrass, pero que se extiende hacia una poderosa canción de metal clásico con la intervención del frontman alemán. Y Evelyn, el corte en el que interviene Greenway, podría ser de la época dorada de Napalm Death en la era Lee Dorrian, pero con la voz de Greenway, muy disfrutable.
 
Es un CD flojo, que de repente adolece de inconstancia, pero que a los fans de la banda no decepcionará, si es visto o escuchado como un álbum en donde se contienen cinco posibles sencillos, será mucho mejor viaje que verlo como una obra constante y redonda. Sin duda Volbeat tiene mucho por aportar, más en vivo que en álbumes, y esperemos que sus mejores discos no hayan quedado en el pasado.

At War – Infidel

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Por José Luis Cano

At War
Infidel

Heavy Artillery

Siempre considerados como segundones en el thrash metal, At War presenta un disco que podría cambiar esa calificación muy poco certera. Después de unos 20 años sin dignarse a sacar algo, este trío de gabachos presentan un producto de total thrash, de calidad indiscutible. Poder, velocidad y agresividad, con una producción contundente, es lo que hacen que este sea un CD destacable entre la marea de grabaciones que salen a diario. Aquí no hay canciones flojas, ni de relleno, todo es poder y agresividad, con el toque At War y sin necesidad de hacer esfuerzos desesperados por intentar sonar “como antes”.

No sé en realidad estas canciones son extraídas de aquel tercer disco que nunca sacaron, regrabadas o es nuevo. La que si viene regrabada es la clásica Rapechase, aparecida en su disco debut. Como dije, no hay canciones flojas aquí y uno debe de hacer ejercicios de calentamiento para hacer headbang como debe de ser a lo largo de este discazo de nueva rolas. Lo único chocante del asunto es la portada tan maniquea, en la que se nos dice claramente que los gabachos son los buenos, y todos los demás, los malos. Por cierto, la foto interior fue tomada en el Circo Volador de la Ciudad de México, cuando tocaron hace un par de años. Existe en disco, aunque sin póster.

Sargeist – Let The Devil In

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Por Javier "Show" Villalpando

Sargeist
Let The Devil In

Moribund Records

Desde el surgimiento de la Segunda Ola del Black Metal (finales de los 80’s, principios de los 90’s) que fuera el movimiento que definiera el género en sí, se han ido gestando diferentes sub-géneros dentro del black que mutan hacía terrenos más melódicos, e incluso más ambientales y atmosféricos. Iniciando la tercera década de existencia del black metal, llega Sargeist, con su nuevo álbum para decirnos y dictarnos cómo debe ser el black puro y clásico.

Después de 5 años, llega Sargeist con Let The Devil In, una obra ortodoxa, clásica y afianzada en sus raíces, pero que a su vez coquetea, cual demonio, con la sensualidad de la melodía, los coros pegajosos y una cadena de riffs que podrían hasta “tararearse”. Quirúrgicamente, Let The Devil In, es un álbum perfectamente ejecutado, que no pone en duda la capacidad musical de la banda; a su vez la calidad de los coros, y repito, de los riffs, tienen una gran fuerza melódica y sincera que sin duda se asemeja a esos predecesores como Burzum o el primer álbum de Gorgoroth,  que dentro del caos reinante, había espacio para contemplar al ser y a la naturaleza del entorno en el que el black metal está siendo creado.

Sargeist se arriesga un poco en temas como Discovering The Enshoudered Eye, en donde el riff es el personaje principal, tanto que hasta llegan a fundirlo con el coro, y se integra perfectamente. El álbum inicia trepidantemente, oscilando entre el black puro y el melódico, la rapidez y los cambios de tiempo  que llegan inteligentemente a trazar un contrapunto en las canciones, justo esos cambios y mid-tempos, llegan a ser bastante disfrutables y te harán mover el pie al ritmo de la música. Las influencias en el álbum resultan perceptibles en cierto punto, si estás familiarizado con Grand Belial’s Keys, los primeros álbumes de Darkthrone y obvio, ellos mismos, finalmente los finlandeses se convierten en su propia influencia y toman los mejor de ellos, hoy.

Sin cuestión alguna el disco te atrapa desde que inicia, sin embargo, las canciones de repente sufren de ser cortadas de la misma tela, del mismo patrón, por lo que requerirá varias escuchadas para poder ser disfrutado al máximo y apreciar las sutiles diferencias entre las canciones, y apreciar por sobre todo, el sentimiento y lo pegajoso que puede llegar a ser en momentos.

Esta obra es sin duda de lo mejor que el black metal clásico ha ofrecido en mucho tiempo, (obvio tomando en cuenta el Belus de Burzum), aunque no cambiará el rumbo del black, ni lo llevará hacia terrenos inhóspitos, sólo se aprovechan de las clásicas artimañas, de viejas melodías, y aterrizan un gran álbum clásico en este nuevo milenio.

Sodom – In War And Pieces

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Por José Luis Cano

Sodom
In War And Pieces

SPV/Steamhammer

Después de 13 discos de estudio y diversos en vivo y sencillos, Sodom regresa a la carga con un material que a muchos tomó por sorpresa, pues no se esperaba un disco tan pronto después del lanzamiento de su DVD doble, Lords of Depravity II. Con este trío alemán no hay que buscar sorpresas ni cambios de dirección radicales. Sabemos que encontraremos thrash metal a diferentes velocidades, con agresividad y potencia. Que es precisamente lo que ha hecho Sodom toda la vida, pero en diferentes niveles de efectividad. Quizá lo que se puede decir es que el grupo, a pesar de que tiene factores rápidos, tiende a hacer cosas a paso medio, pero muy potentes y aplastantes, como el tanque que viene ilustrando la portada.

Muchos añoran LPs como Persecution Mania o Agent Orange, y la guitarra bendita de Frank Blackfire, pues esas entregas tenían la característica de que cada canción se le quedaba a uno grabada en la cabeza, cosa que no pasa ya, la composición y estructuración de las canciones hechas por Bernemann, obviamente son diferentes y no van en esa línea. Es un disco muy parejo y no hay tracks que resalten mucho unos de otros, sin embargo sí hay algunas que llaman la atención a primera instancia como la abridora In War And Pieces, Hellfire, The Art Of Killing Poetry y Knarrenheinz (cantada en alemán y dedicada al guerrero que aparece en sus portadas). No estaría mal que se abstuvieran de hacer canciones como God Bless You, que bajan demasiado el empuje.

La producción del famoso Waldemar Sorychta, según Tom, es fabulosa. A mí no se me hace para tanto, pues Harris Johns le ha dado a Sodom igual o mejor producción. Supongo que lo que buscaba el grupo con esto (igual que Destruction) era encontrar un sonido moderno, ligado a su tradicional sonido thrash. No quedó nada mal la verdad, aunque a mi parecer, la producción que están teniendo los grupos de thrash es muy similar entre ellos, y eso sí es algo negativo, pues hace que pierdan su personalidad.  

Para ser sinceros, Sodom nunca ha dado un mal disco, y menos ha llegado a los bajísimos fondos que Kreator y Destruction, así que los que les guste el Sodom contemporáneo, deben de conseguir este disco que está al nivel de sus clásicos recientes como el M-16, por ejemplo. Como nota adicional diré que este es el último disco que graba Bobby, pues recientemente se ha separado del grupo y ya hasta tiene sustituto.

La edición especial es en digipack y trae un CD en vivo adicional, con canciones extraídas de su show de aniversario en el Wacken Fest, y que a su vez vienen ya incluidas en el DVD. La versión en LP doble traerá un track adicional (Murder One), así como también habrá una edición normal.