Acrania : An Uncertain Collision
Por Manuel Rojas
Independiente
Original. Así se describe a esta banda en una palabra. Acrania toma elementos de todas partes para formar una mezcla que da como resultado ese, que es su sonido tan distintivo y tan especial.
La agrupación abarca elementos clave del Thrash, Death y Groove metal utilizando interludios de Latin, ritmos típicos mexicanos y riffs inspirados en el Jazz, así como ritmos de Samba, Bossa Nova, Son Jarocho, etc., utilizando una alineación permanente de voz, guitarras, bajo, batería, percusiones (congas, timbales, etc.), saxofón tenor y trompeta; dando todo lo anterior como resultando un estilo al que ellos mismos han decidido bautizar como “Latin-Metal”.
El tener un concepto tan distinto al de las corrientes metaleras tradicionales, como el de esta u otras agrupaciones, te garantiza un fuerte impacto inicial en la escena, aunque como nota curiosa o como anormalidad, está el caso de Van Canto por ejemplo, quienes lo mismo, han causado tanto admiración como indignación o sorpresa entre quienes se han topado con su propuesta.
Sin embargo, esa extrema originalidad no sirve de nada si, como ocurre en la mayoría de los casos, simplemente después de un rato la gente se acostumbra a tu presencia y dejas de ser el “bicho raro”. Si realmente se quiere tener peso en el panorama metálico internacional, hacen falta grandes cantidades de esfuerzo, dedicación, suerte, trabajo y, sobre todo, calidad. No sólo es necesario hacer cosas fuera de lo normal, hace falta hacerlas extraordinariamente bien, para así llegar a ocupar un espacio en los corazones de los fans alrededor del mundo, tal y como ya lo han conseguido agrupaciones como Apocalyptica, o con un auge en popularidad creciente en los últimos años, Diablo Swing Orchestra.
Ahora bien, ¿acaso Acrania tiene potencial para entrar en las grandes ligas y llevar su sonido a lo más alto? La respuesta, a juicio personal, es que al menos en estudio, lo tiene… y de sobra.
Lo que los capitalinos nos presentan aquí en An Uncertain Collision, es un producto musical a la altura de los más grandes, tanto compositiva como técnicamente. Sin duda alguna, este álbum se ha ganado una muy buena posición en mi lista de los mejores discos del año.
De entrada, lo que se lleva las palmas esta vez son las percusiones. Basta con decir que cualquiera de las canciones funcionaría fácilmente, con tan sólo eliminar el resto de la instrumentación, como un solo perfectamente logrado.
La banda en esta ocasión, cuenta con la peculiaridad de contar con dos miembros para ello, uno encargándose de la batería, mientras que el otro hace lo propio en las percusiones adicionales. La cantidad de variantes, detalles y adornos sonoros que J.C. Chávez S. e Ignacio G. Ceja imprimen en la producción es impresionante, y todos ellos cumplen cabalmente con su objetivo de servir a la canción, nunca están de más, ni se nota intento alguno de lucimiento por parte de alguno, al contrario, esa genialidad surge de manera natural, fluye y se conecta con la música que el resto de la banda ejecuta sobre ella.
No muy lejos de esos niveles de grandeza están los instrumentos “inusuales”, por llamarlos de alguna manera, los cuales van desde trompetas, flautas hasta trombones, pero aquí el que sobresale es el saxofón: los solos del instrumento de viento son de los momentos más inspirados y agradables del LP; y es que, el Sax no solo está por estar (como suele suceder), sino que eleva las canciones a un nuevo nivel de emotividad, sorprendiendo siempre gratamente al escucha con sus intervenciones.
El bajo, por su parte, cumple: bien a secas. Quizá queda esa impresión por el desfavorecido lugar que se le dio en la mezcla, algo que, pese a ser entendible debido a la cantidad de cosas que pasan al unísono en la música de Acrania, sigo pensando que no debería de suceder, cuando este instrumento siempre ha sido tan importante en las presentaciones en vivo de prácticamente cualquier agrupación.
Las guitarras, rítmicamente hablando, aportan la potencia y agresividad necesaria al asunto. Por lo general presentan un estilo bastante cercano al de ciertas ramas del Death y del Thrash Metal, pero siempre manteniendo el “groove” característico de los defeños, ya que, a diferencia de la mayoría de las agrupaciones de los géneros previamente citados, éstas rara vez meten el acelerador a fondo, rara vez invitan al “moshpit” infaltable en las presentaciones de la mayoría de las bandas de Metal Extremo de cualquier tipo.
Otra distinción es que, de repente, cuando la canción así lo pide, la distorsión desaparece y la labor a las seis cuerdas se torna súbitamente atmosférica y sutil, para después regresar con todo a su tarea acostumbrada dentro del universo sónico presentado. En cuanto a los solos, estos si son de un estilo metalero más “convencional”, tocados de una forma thrashera casi al 100%, poniéndole garra y explosividad necesaria para recordar que esto es metal por sobre todas las cosas. En fin, pese a no ser lo mejor que ofrece la banda, sin duda son bastante buenos.
Pasando a la voz, ésta es la que se encarga de imprimirle una última dosis de agresión e intensidad a la mezcla. Las vocales de Luis F. Oropeza no presentan prácticamente ninguna variación ni de tono ni de estilo, a lo largo del disco, sino que éstas se encargan siempre de entregar las letras en un toque lleno de rabia que no llega a ser gutural, sino que se queda a medio camino entre lo agresivo del Thrash y el peculiar estilo a las voces que manejaban bandas como Morbid Angel en sus inicios. Cabe mencionar que a todo esto, Luis logra imprimir su sello personal, algo que siempre se busca en este negocio pero que no siempre se encuentra. Como aparente desventaja de lo anterior, está el hecho de que por momentos es bastante notorio el acento del vocalista, haciéndose notar claramente su origen hispanoparlante; sin embargo, cabría preguntarse si realmente fue algo no deseado o si, al contrario, la banda se esforzó por demostrar por este medio su orgullo por sus raíces.
En general, este es un trabajo muy bien logrado, ampliamente recomendable para todo aquel que quiera escuchar algo diferente, o que simplemente quiera pasar un buen rato escuchando buena música. El álbum es de esos que lo dejan a uno con ganas de más, obligando al escucha a volver a comenzar su reproducción, o bien, indagar de manera más profunda en el catálogo de la banda. De lo negativo, ¿qué se podría decir?, tal vez se podría mejorar un poco la mezcla en producciones futuras, con el objetivo de que el sonido no sea tan directo y compacto, y así se pueda apreciar con mayor detalle la variada instrumentación que Acrania posee. También podría ayudar imprimirle mayor variedad a la voz principal, no necesariamente haciendo un cambio radical, ni como rareza en una que otra canción, pero sí expandiendo un poco ese estilo tan característico que se distingue cada vez que suena una de sus canciones.
En conclusión, un gran trabajo, probablemente de lo mejor que el metal mexicano nos ha entregado en mucho tiempo.
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