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Nachtmystium – Addicts: Black Meddle Pt. II

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Por Juanito el del Demo

Nachtmystium
Addicts: Black Meddle Pt. II

Century Media

En 2008, Nachtmystium causó revuelo con su lanzamiento Assassins: Black Meddle Part 1, una inusual fusión de estilos que, desde que era escuchada por primera vez, revelaba a una obra definitoria del black metal y más aún, del metal de un siglo que comenzaba; como el mismo subtítulo implicaba, era evidente que una segunda parte aparecería tarde o temprano, para bien o para mal. Por lo mismo, Addicts: Black Meddle Pt. II debe medirse de acuerdo a los estándares fijados por su predecesor, tratando de desafiar el conocido axioma de que las segundas partes nunca son buenas.

Assassins reveló las inquietudes de Blake Judd como seguidor de Pink Floyd, quien recreó libremente el legado musical sicodélico de los británicos emergidos de la escena sesentera, con instrumentación de antaño –órgano Moog, saxofón– y ambientes espaciales, además de cierto sentido del humor; Addicts también se remonta a aquella época, pero desde una perspectiva más cruda y depresiva, enfocándose no tanto en el aspecto musical, sino en la parte terrible e incómoda que representó la utilización de la heroína y su consecuente adicción, algo que se transmite desde el escalofriante diseño de la portada; por lo mismo, las composiciones son más brutales e inestables, y en consecuencia, más difíciles de digerir. La obra comienza con Cry for Help, que más que canción es una exclamación desesperada que reza: "N-O-T-H-I-N-G H-U-R-T-S M-O-R-E T-H-A-N B-E-I-N-G B-O-R-N" (nada es más doloroso que nacer), frase que nos introduce de lleno al tema de las drogas y que a la vez pudiera interpretarse como una alusión a la dificultad de la concepción artística; en cierto modo, el estilo de Nachtmystium suena más concreto, menos disperso y más pulido, pero el desparpajo de Assassins era precisamente lo que le daba ese encanto de transgresión espontánea. Por su parte, Judd declaró que para Addicts quiso involucrar elementos de post-rock e industrial, para seguir expandiendo las fronteras del metal extremo. A pesar de lo interesante de la premisa, este lanzamiento no suena tan variado auditivamente; ciertamente hay toques de influencias externas, aunque no necesariamente de rock industrial; si en realidad era esa la intención, el resultado es bastante fallido, acaso pueden encontrarse guitarras elementales de extracción ochentera en Nightfall y Then Fires, pero aún así carecen de juego, sin los inesperados contrastes que Assassins ofreció; por otro lado, este nuevo trabajo se aleja considerablemente de la psicodelia y el space rock, con lo que el término Black Meddle sale sobrando, pues hacía alusión a la fusión que se trabajó en Assassins (bautizado así tras el álbum Meddle de Floyd), y por ende se pierde la idea de una secuela auténtica.

En lo que sí avanzó el estilo de Nachtmystium a través de Addicts fue en la elaboración de coros melódicos, aspecto en el que destacan ampliamente No Funeral, Ruined Life Continuum y la titular Addicts, con su temática sobre las drogas y cuyo coro "All I want is more" nos remonta al debut fílmico del suizo Barbet Schroeder sobre los estragos de la heroína y nos lleva por otro (mal)viaje desencantado y decadente. Finalmente, Every Last Drop (ver video) sí conserva los tintes del Floyd que tiñieron Assassins, con su guitarra ambiental evocadora de Shine On You Crazy Diamond, la despedida al Syd Barrett ausente. Para la nueva alineación de estudio de la agrupación repiten Jeff Wilson en la guitarra y Sanford Parker en el sintetizador; en la batería se suma el enorme Jef 'Wrest' Whitehead, líder de su banda Leviathan y quien ha tocado con Judd en el súper grupo Twilight. Adicionalmente, Chris Black repite como productor y letrista.

Addicts pasará a la historia como un buen disco, quizás no como la obra maestra que es Assassins, sino como una muestra de la buena racha por la que atraviesa Nachtmystium como banda experimental, independientemente de los resultados obtenidos; tal vez la propensión de Judd por fusionar géneros sea un sincero intento por ampliar las posibilidades del metal extremo como corriente, o quizás sea meramente un interés comercial para llegar a un sector de público ajeno al metal, como sea, se agradece que haya músicos valientes que tomen el riesgo y generen música diferente. La esencia del black metal es ir contra lo establecido, aunque eso signifique ir en contra del mismo estilo.

1 comment

  1. Buen disco, pero muy inferior a su predecesor, Every Last Drop y No Funeral…. rolononones. Lo que es cierto es que la portada es genial.

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