Por Antonymous Ayala
Hypocrisy
A Taste Of Extreme Divinity
Nuclear Blast
Se le puede considerar como un rey midas del metal, ha intervenido en la producción de sus principales exponentes como Dark Funeral, Dimmu Borgir, Immortal, Enslaved, Borknagar y Rotting Christ entre otros, además de participar activamente en Lock Up, Bloodbath, War y desde hace una década con su propia banda Pain.
Peter Tägtgren, solo su nombre es garantía de un death metal melódico, profesional y además sueco. Hace un par de décadas inició la discografía de su hijo predilecto Hypocrisy hasta el último inédito del 2005 sacando Virus, y para 2008 la re-edición masterizada de Catch 22 (2002), por lo que saber que publicaría un álbum inédito el año pasado, la expectativa fue creciendo. Luego se supo el título, después vino la portada ceremonial creada por Christian Wahlin (At the Gates – Slaughter of the Soul, Tiamat – Wildhoney, Bathory – Blood on Ice), el tracklist de 11 cortes y finalmente A Taste of Extreme Divinity, el álbum que cumplió todas las expectativas en cuanto a producción y creatividad magistrales, junto con Mikael Hedlund al bajo y el baterista Reidar “Horgh” Horghagen (Immortal), nuevo miembro desde su anterior LP, propiciando una línea madura que se distingue en esta obra. El sonido de la banda ya resulta sumamente identificable a estas alturas, con el tono de la distorsión y la desgarradora voz tanto aguda como gutural de Peter.
La impecable grabación no escatima en conjuntar elementos agresivos, ritmos pausados, pero igualmente belicosos y las melodías apocalípticas que han distinguido a la banda. Desde la apertura con la aplastante Valley of the Damned que te hace sacudir la espina dorsal y el cráneo, una metralla sin igual, rasgueos pastosos con tintes thrasheros, añadiéndole coros épicos como en Hang Him High, Solar Empire y Weed of the Weak, que seguramente se volverán nuevos clásicos para los seguidores de los escandinavos.
El frontman se escucha más grave, como en sus álbumes de antaño, todavía puede alargar el grito lastimero, pero sin el timbre delgado, escuchándose un tono malévolo, en momentos casi grotesco.
La melodía del death metal en Hypocrisy cobra vida con No Tomorrow, Global Domination o The Quest que no son baladas, sino cortes lentos a los que estamos acostumbrados pero con el poder distorsionado del sonido sueco en la guitarra líder de Tägtren.
El sonido corrosivo y despiadado como la demencia de un sacrificio, regresa con A Taste of Extreme Divinity, así como el desprecio a Dios y su iglesia con Alive o el track extra, The Sinner, que viene en la edición especial del disco. Tamed (Filled with Fear) se puede contar entre las más puras rolas melódicas junto con Sky is Falling Down, cuyas vibras se aprecian bien disciplinadas, no en vano ya transcurrieron 20 años de experiencia.
A Taste of Extreme Divinity deja el sentimiento de encontrarse con un viejo amigo luego de una larga travesía por tierras lejanas, te resulta familiar pero distingues algunos cambios que han influenciado en su persona. En este caso, son una prueba de la divinidad extrema.
3 comments
estos cabrones son geniales, y vendran a méxico si!!!!!!!!!!!, oigan estudio comunicación, si quieren les hago cobertura del concierto jajajaja…es en serio
I think it’s a good sign if a band not just lives in their own little aritstic cosmos but cares about what happens outside, in the real world.The song is really great, by the way! 🙂
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