Por Samuel Segura
Dies Irae
Secret Veils Of Passion
Chaos Records
¿Después? No lo sé. Pero ahora, necesito concentrarme en las imágenes que me has regalado, Secret Veils of Passion. En las que la desolación es la protagonista de tus acordes. Con ellos podría deprimirme después de haber sonreído. Quisiera agradecerte por ese momento de música progresiva, difícil de encasillar. Recuperé la fe en ti y en los demás discos de metal mexicano que también buscan la experimentación y la producción impoluta.
Pero hubo una expectativa que no cumpliste. Hay algo en ti que me deja insatisfecho. No puedo decir con exactitud qué es. Es un sentimiento contradictorio, que se resiste a ser expresado en palabras. Necesitaría componerte una canción para responder con la misma inmundicia que has arrojado a mis oídos. Esos cambios bruscos de género –vas del doom al rock progresivo, te paseas por el jazz sin inmutarte-, por momentos más relajado y a veces llenos de agresión que desestabilizan cualquier certeza. Necesitaría de un lienzo para pintar el abismo creado por las notas de tu música en diez tracks, a la que le sobra de pronto el virtuosismo. Porque a veces puedes sumergirme en lo más profundo de mí, pero al mismo tiempo me haces repudiarte, cuando me sacas de esa profundidad, de un jalón, con tus ritmos más simples, a la superficie.
Quizá esa no era tu intención, Dies Irae. Pero es que nada queda claro contigo. Tendré que esperar, entonces, a que el arte de tu libreto desaparezca un rato de mi memoria. A que se pierda junto con los sonidos que se relacionan con ella. Con la desolación que provocas. A quitarle el orden a mis pensamientos y dejarte pasar de lleno, sin ataduras. Solo así podré volver a escucharte. Después.