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Warbringer/Philm/Rob Halford desde Los Angeles

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Imágenes y crónica, cortesía de Clinic Diafragma y Aztro.

"La neta, despúes de tanta balacera laboral, salir de la cueva por unos días sí aliviana un ratón Ayala. Me vine a cotorrear a Los Angeles con Mr. Rust de Rusty Eye.

Por otro lado y ya dejándome de chorizos rojos y verdes, les voy platicar un poco del concierto de Rob Halford que me troné con este padrino.
Todo comenzó en la mañana del viernes cuando este cabrón pasó por mi al aeropuerto de su ciudad. Un vez que ya estábamos en su auto y la madre, fuimos a comer un poco de grasa, dejamos el auto en el servicio, nos clavamos al Museum of Death unos instantes y luego nos dirigímos al desmadrito del británico.

Una vez que le caímos a The Wiltern, los thrasheros de Warbringer se las tronaron con harta galleta. Ya saben, un chingo de velocidad, pantaloncillos cortos, el clásico sonido que nos hace recordar el thrash de los años 80 y, un vocalista con cara de maniaco que señalaba al público en cada oportunidad.
Estuvieron cagaditos con rolas de los discos 'Waking into Nightmares'
(2009) y 'War without End' 2008).

Después de unos 30 minutos de acción, el foro que tiene una apariencia similiar a la del Teatro Metropolitan, dirigió sus luces a la bataca de Dave Lombardo.

Presentando su proyecto alternativo a Slayer, el músico de origen cubano tocó con Philm.

En una onda progresiva, experimental, rítmica y bastante campechana, el distorsionado trio roló tracks para los más entrados en su rollo. Con una propuesta no tan sencillo de comprender, pero bastante chicles, Lombardo dejó en claro que lo que más le gusta hacer en la vida es hacer música, ni qué moverle.

Ya entrados en el plato fuerte de la noche, Rob Halford salió al escenario para mostrar la furia del LP 'Made of Metal' (2010) y algunos himnos de Judas Priest.

Con jeans azules, playera negra de manga larga, gafas de sol y un candado abultado en su rostro, el Dios del cuero y el heavy metal mostró elegancia al cantar.

Artista nato, caballero, audaz, apasionado y siempre agradecido ante su audiencia, Rob quemó los cartuchos de 'Undisputed', 'The Green Manalishi' y 'Diamonds and Rust' entre otras rolas más.

Para complementar la noche, los riffs que interpretó Mike “Metal” Chlasciak para la banda de Halford, se sintieron de poca madre, excelente actitud de ese ñero.

Y qué decir de la adrenalina que propagó Roy Z en las otras seis cuerdas, realmente rayaron a la pandilla. Al final del día, les puedo decir que cualquier presentación del maestro Rob siempre será para la colección.