Por Antonymous Ayala
Enthroned
Pentagrammaton
Regain Records
El satanismo y ocultismo del black metal siguen siendo abanderados por las hordas bélgas de Enthroned, quienes con la edición de Pentagrammaton, alcanzan el octavo larga duración de su carrera iniciada en 1993.
Como se conoce, Sabathan, el último integrante original abandonó la banda hace un par de años, quedando liderados por el veterano Nornagest quien asumió las riendas de la banda desde el disco Tetra Karcist (2007) y resulta que es primo de Cronos, vocalista de Venom, así que el linaje diabólico está asegurado.
Continúa la influencia cabalística de su diseño, mejoraron infernalmente en la calidad de su producción, demostrando que el mantenerse fieles a la crudeza del género, no es impedimento para invertir en una grabación profesional.
En su conjunto, la obra resulta agresiva, como ser mutilado a punta de hachazos, sin mesura, cada rola se asienta de modo brutal. Por cada integrante son escasos los acompañamientos vocales de Phorgath mientras sostiene el bajo, por lo que la maestría le toca a Nerath Daemon en la guitarra líder y los teclados, con el soporte de la batería y la presentación de Garghuf (Unlocked, Gorgoroth, God Seed) a su cargo.
No existe ningún solo en todo el álbum, así que se puede imaginar la serie de madrazos que componen cada pieza, entre escalas y rasgueos a modo de batalla campal.
El eslabón débil del disco es el intro atmosférico, un preámbulo común, que se parte con The Vitalized Shell, y la distorsión de tono agudo abre para dejar que la caballería infernal de todos los instrumentos, devoren con su presencia. Nornagest dirige la destrucción. Black metal puro reforzado con los teclados mínimos necesarios para impregnar el ambiente de una neblina demoníaca sin llegar a la majestuosidad orquestal que se destacó en su anterior entrega. Culmina con una oración a secas: Amen.
La caña despiadada de las guitarras continúa con Rion Riorrim, seguida por un respiro efímero, con arranque lento y descenso en la velocidad del acompañamiento por tan solo un minuto: Ornament of Grace, de las mejores composiciones.
Otras piezas que sorprenden por rescatar las raíces más crudas del black metal, con esa agresividad interrumpida por un coro piadoso como en Magnvs Princeps Leopardi,o la contundencia devastadora en N ehas´t y The Essential Chaos.
La rola que da nombre al nuevo álbum, Pentagrammaton, podría parecer la menos impresionante por su conjugación excesiva de riffs; sin embargo, expide una maldad particular muy distinta al resto del material, demostrando la capacidad creativa de los europeos que repiten esa destreza con genial y extenso corte de Unconscious Minds.
El intermezzo, otro elemento común del género, se da a través de la atmósfera instrumental Ad Te Clammamvs Exsvles Morvua Liberi, y el cierre centellante, corresponde a la agresiva Behemiron, similar a una tormenta impredecible.
Si eres ferviente seguidor del black, no saldrás decepcionado, el material es una muestra de lo puro que puede conservarse este género, a pesar de las tendencias experimentales de muchas otras bandas contemporáneas.
Enthroned ya ha sido confirmado para encabezar el cartel del Black Winter Fest para el mes de diciembre en el Distrito Federal, junto con otros sacerdotes del género extremo: Shining, Taake y Den Saakaldte.

Escuchar a un exponente de metal procedente de Suecia es cotidiano; sin embargo exportar una banda de primer nivel no resulta sencillo. En esta ocasión lo intenta
Luciferian Call es la pieza que tal vez suene más técnica, sin por ello creer que se reduce el vigor del álbum, de hecho, su enlace resulta perfecto con las rolas anteriores, seguida por Blackened Souls una de las canciones más breves del álbum, en donde se puede redescubrir la calidad para componer una pieza instrumental con la marca del metal sellada a fuego. El cierre de World Destruction le corresponde a Mephisto con su comienzo acústico que deriva en una balada instrumental en donde se destaca el impresionante solo en manos de Solvelius.
Rotting Christ
En esta nueva propuesta, claramente demuestran tendencia tribales y étnicas como en Dub-Sag-Ta-Ke, canción estruendosa pero que se confunde con las intervenciones corales, como brotan en Fire, Death and Fear y Nekron Iahes perdiendo toda compostura; incluso la participación de Diamanda Galás en Orders From The Dead, que se asemeja a la plegaria de una bruja en medio de un conjuro ritual, se vuelven prácticamente rezos con algunos samples de metal. Su presencia en este álbum vino para mal a contrarrestar la excelencia de los temas que supieron continuar y evolucionar lo que se había estado haciendo en Sanctus Diavolos (2004) y Theogonia (2007).
Los autodenominados exponentes del “suicidal-black-metal” presentaron el año pasado el sexto capítulo de su historia titulado VI-Klagopsalmer, cuya traducción puede interpretarse como los “himnos de lamentos”. El material fue producido por el responsable de los álbumes anteriores de
El cierre del álbum viene con Total Utfrysning, o la total desolación, una kilométrica pieza de más de 15 minutos, Kvarfort deja arrastrar su voz fúnebre, conduciendo el cortejo de sus acompañantes a través de una duración nunca antes hecha, compuesta por pasajes ambientales hasta la mitad del corte, donde resurge con un solo dramático, junto con las vocales suicidas que extienden los lamentos, para luego cerrar con los acordes de un piano solitario.

Una demoledora prueba de que el black metal no está agotado. Desde Alemania el joven dueto
Á la nuite tombante (tr. francés – al caer la noche), una suculenta pieza instrumental del diálogo entre guitarras acústicas con fondo ambiental melancólico. De ese tamaño están los cojones de la banda que sin temor alguno, incluyen esa composición justo en medio del disco. Imperium Dekadenz se da el lujo en The Descent into Hades para dejar la intervención de una fémina acompañada de un teclado y ligeras percusiones que te conduce a un viaje ancestral, plácido y tétrico a la vez.
Unos alaridos espeluznantes abren la última grabación de los noruegos
El black metal siempre ha estado impregnado de polémica y este álbum no será la excepción, los detractores seguramente se rasgarán las vestiduras exigiendo la velocidad de antaño y la defenestración del estúpido título “true-norwegian-black-metal”, mientras que los escépticos o liberales intentarán descifrar el significado de este álbum. Me atrevo a opinar que no se puede pecar de conservador con la banda, es un hecho que al menos Maggot Fetus… Teeth Like Thorns rescata el sentimiento de pandillerismo y black metal crudo que los caracteriza; sin embargo, basándose en el título literal del disco, las revelaciones de la flama negra implica precisamente eso: una manifestación de una verdad secreta u oculta, luego entonces, lo que 1349 presenta en su álbum es black metal, no hay duda, pero infestado por un sentimiento drone, que por momentos se escucha monótono, con acordes sostenidos que generan una atmósfera somnolienta. Es posible creer que en Revelations of the Black Flame los noruegos se encuentran poseídos por el demonio de bandas como Earth, Sunn O))) o Boris. Un álbum endiablado solo apto para zombies de mente abierta, adictos al género del entumecimiento.



Se le puede considerar como un rey midas del metal, ha intervenido en la producción de sus principales exponentes como Dark Funeral, Dimmu Borgir, Immortal, Enslaved, Borknagar y Rotting Christ entre otros, además de participar activamente en Lock Up, Bloodbath, War y desde hace una década con su propia banda Pain.
El sonido corrosivo y despiadado como la demencia de un sacrificio, regresa con A Taste of Extreme Divinity, así como el desprecio a Dios y su iglesia con Alive o el track extra, The Sinner, que viene en la edición especial del disco. Tamed (Filled with Fear) se puede contar entre las más puras rolas melódicas junto con Sky is Falling Down, cuyas vibras se aprecian bien disciplinadas, no en vano ya transcurrieron 20 años de experiencia.
El álbum All Shall Fall de
La rabia del black metal noruego, del que no pueden desligarse por completo se escucha en Hordes to War, un corte agresivo e intenso de principio a fin, sin piedad alguna… “chaos and fire to defeaning sounds”. El lado épico, de himnos portentosos se puede distinguir en Norden on Fire o Mount North, con esos pasajes más lentos sin perder ese tono de oscuridad que los caracteriza. El artista noruego Are Mundal aporta el intro sinfónico, un breve pasaje ambiental congelado para Unearthly Kingdom, el cierre del álbum, que antes del minuto se enturbia con uno de los riffs más gloriosos del disco, siendo la pieza más extensa y catatónica.