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Rob Zombie – Hellbilly Deluxe 2

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Por Pablo Barrios

Rob Zombie
Hellbilly Deluxe 2

Roadrunner Records

Rob Zombie es un multifacético personaje que no necesita introducción porque ha trascendido en la música pesada, gracias a que pudo llevar todas sus ideas musicales sobre películas de terror a la pantalla grande con cintas interesantes como, House of the 1000 Corpses, The Devil's Rejects y las secuelas de Halloween. Después de largos años de ausencia alejado de la música por sus múltiples proyectos como director, llegó su tan esperado nuevo álbum Hellbilly Deluxe 2: Noble Jackals, Penny Dreadfuls and the Systematic Dehumanization of Cool, donde corre un riesgo bastante grande titulándolo así, teniendo el precedente que su primer disco como solista lo catapultó como un icono de culto dentro de la escena.

Teniendo en su espalda clásicos de su ex- banda White Zombie, La Sexorcisto-Devil Music Vol. 1, Astro Creep: 2000 – Songs of Love, Destruction and Other Synthetic Delusions of the Electric Head, y una carrera prominente como solista, se espera mucho de una mera secuela de un CD que tuvo un éxito comercial increíble como fue Hellbily Deluxe (1998). 

No hay ninguna duda que Zombie nació con el talento de cualquier artista y se sabe muy bien lo que hace demostrando lo perfeccionista que es. Comparándolo con toda su discografía, es un material flojo en cuanto a los estándares que uno está acostumbrado del cantante como en la obra, The Sinister Urge donde incluye Never Gonna Stop (The Red, Red Kroovy) y Feel So Numb, donde creativamente es de lo mejor que ha editado, pero Hellbilly Deluxe 2 es como la continuación de Educated Horses (2006). Un poco más experimental con la música y con las letras que llega a un punto que se vuelve una repetición constante con riffs genéricos y reciclados que no aportan nada nuevo a su carrera; no es malo, todo lo contrario, es un proyecto interesante que no saca provecho como tendría que ser.

Su primer single, Sick Bubble – Gum, es un claro ejemplo donde repite a cada rato la palabra “motherfucker” una y otra vez, o en Mars Needs Women donde reitera la frase hasta caer en la fórmula de siempre.

Como lo aclara la portada, es sucio, crudo y tiene un toque stoner. En su conjunto suena como una agrupación que no logra el equilibrio y siempre tambalea de un lado a otro sin encontrar aquellas épocas de gloria. Lejos quedaron los tiempos donde se podía apreciar canciones como Dragula, Living Dead Girl y Demonoid Phenomenon, de su primera entrega donde los ritmos bailables mezclados con el metal daban un género industrial totalmente novedoso.

Con voz áspera y cada vez menos notoria, Rob Zombie cumple cantando y contando historias sobre hombres lobo, zombies, frankensteins, vampiresas y demás en sus letras, pero no es suficiente, algo falla, solo son canciones que no superan lo que hizo anteriormente. En la segunda aparición del Hellbily, no hay mucho para recordar, todo el soundtrack sobrevive a duras penas ante toda la monstruosa discografía del cantante.

Werewolf Women Of The SS, What, Werewolf Baby! y sobretodo, The Man Who Laughs, que alcanza casi los diez minutos con un solo de batería, son algunos temas interesantes que sobresalen y donde mezcla rock, metal, electrónico, y 'B- Movies' de una manera ingeniosa, con la marca registrada del cantante. En general está falto de sangre y corazón en el proyecto, o tal vez pulir un poco más la producción. Los tracks que van sonando a cada instante en esta segunda parte, parece que son algunos cortes que quedaron fuera de sus anteriores álbumes y sólo están tratando de que suenen mejor para que queden en este redondo. Suena más a rarezas olvidadas en un baúl lleno de polvo y telarañas, que a un trabajo en equipo que se propuso crear música de la mano de Rob.

Es difícil catalogar a semejante artista por su amplia serie de constantes proyectos. En su totalidad es un LP confuso, bastante desbalanceado donde se le nota a Zombie más concentrado en su carrera como director, que como músico. La ironía es que Hellbily Deluxe 2 tiene el mismo resultado que las películas. A veces las segundas partes nunca llegan a ser tan buenas como la original.