Domingo 19 de Febrero de 2012
Circo Volador
México, D.F.
Por Samuel Segura
Fotos: Germán García
Continuamente, Shagrath golpeaba su corazón con el puño. Dos o tres golpes, uno tras otro, que no siempre significaban lo mismo. A veces marcaban el ritmo de las canciones y otras, agradecían a los hijos de Satanás. Su público. Aquellos que fueron divididos en el infierno –unos sentados, otros de pie- por unos demonios de rojo. El lugar donde todas las almas tenían cabida si estaban acomodadas. El lugar que cambió de color según el estado de ánimo de lo que allí se escuchó.
Verde
(Whispering voices summoning screams/Waiting for Satan to bless their sins)
Quince años tuvieron que pasar para que los hijos de Satanás escucharan en su entereza el Enthrone Darkness Triumphant para dejar escapar los gritos ahogados que permanecían en sus almas condenadas. Las primeras notas de Mourning Palace desataron en ellos la furia contenida. Los gritos seguramente llegaron a oírse hasta el paraíso porque le siguió Spellbound (By the Devil) y después In Death's Embrace. En el infierno se premia a los pecadores.
Los demonios de rojo tuvieron que actuar ante el desconcierto provocado por la música y ante el que ellos mismos causaban porque el infierno no es un lugar que necesite vigilancia. Los hijos de Satanás estaban consternados por su presencia sobreprotectora. Además de las eternas –como el diablo- fallas de audio, que se mejoraron conforme transcurrió el Enthrone…, del que también sonaron The Night Masquerade, Tormentor of Christian Souls y a A Succubus in Rapture. Todas. Algunas se escucharon mucho mejor que otras pero en el infierno se premian las injusticias.
Rojo
(Left are the kings of the carnival creation/Carrying out the echoes of the fallen)
Cinco minutos esperaron los hijos de Satanás para que el concierto continuara. No resultaron los únicos divididos. Después del último segundo de Raabjørn Speiler Draugheimens Skodde, deseaban la segunda parte. Aunque el concierto pudo haber terminado ahí, ¿qué más se le podía pedir a Dimmu Borgir tras tocar completo el Enthrone Darkness Triumphant? Arropados con sus harapos grises, la banda descargó Vredesbyrd, Kings of the Carnival Creation; además de tres canciones de su último álbum: Ritualist, Gateways y la homónima, Dimmu Borgir. El infierno une a los caídos.
Azul
(The battle raged on and on/Fuelled by the venom of hatred for man)
La espera acabó. Y el concierto se fue con ella. Los demonios de rojo no pararon de alinear al público en sus filas, de alumbrarlos con sus lámparas, de arrearlos. La banda tampoco paró. Las cartas finales de Dimmu Borgir fueron Puritania y Progenies of the Great Apocalypse. Una vez saciada la sed, los hijos de Satanás pudieron partir. Mientras salían, con Perfection or Vanity de fondo, los demonios de rojo les indicaban hacia dónde tenían que ir. Pero eso también terminó. En el infierno también se sufre.