Home

Noticias

Drudkh – Lebedynyy Shlyakh (The Swan Road)

No hay comentarios

Por Antonymous Ayala

Drudkh
Lebedynyy Shlyakh (The Swan Road)

Season Of Mist

Drudkh, el “bosque” de acuerdo a su traducción del sánscrito, la antigua lengua muerta, es una banda procedente de Ucrania en la vieja Europa Oriental. En 2005 editaron su tercer larga duración titulado Lebedynyy Shlyakh (The Swan Road), mismo que la banda ha considerado como una de sus más grandes obras, tanto que tuvo una segunda re-edición en 2008 a través de Eisenwald Records y este año, Season of Mist nuevamente lo produce y remasteriza con una portada diferente, en un intento por darle mayor fuerza a la música, esfuerzo que no logra alcanzar el resultado.

Desde sus primeros acordes en 1648 (año que inició la guerra del pueblo ucraniano contra la dominación de Polonia y Lituania), con ausencia de coros y batería, Drudkh inicia la introducción a su propio black metal, orientado por un ambiente folk que lo conserva entre el sinfín de bandas que emplean estos mismos elementos, sin alcanzar una personalidad que lo destaque del común denominador. La segunda pieza Eternal Sun estalla en un ritmo acelerado, interrumpido al segundo minuto por una atmósfera acústica, este pasaje permite la entrada de todos los instrumentos y las vocales de Thurios, guturales pero entendibles, donde el punto en contra es el tono monótono de su voz, del que no se sale en toda la grabación, lineal y carente de sentimiento. Esta fórmula es repetida en The Price of Freedom y Fate.

Blood, comete el error de asemejarse demasiado al clásico Alma Mater de Moonspell, un riff que evidencia la temática general de esta producción: una falta de creatividad en la composición de las canciones, en este sentido el trabajo de la batería resulta otro de los elementos débiles, porque se reduce a un simple acompañamiento básico y elemental, restándole al mínimo la intención de poder en las canciones.

Otro hecho bélico de la historia de Ucrania, se conmemora en Glare of 1768 (año que marca el inicio de la guerra donde Rusia finalmente se apoderó de su territorio), tal vez la única canción realmente decente y rescatable que conserva un ritmo épico en la vena de los himnos creados por Bathory, con excepción de la voz que de nueva cuenta va entorpeciendo la composición musical. El contraste con el listado de las rolas, pero también predecible, es Song of Sich Destruction, cantada en su idioma natal sostenida por una guitarra acústica absolutamente folclórica.

A pesar de que el material es mediocre, se puede reconocer el trabajo del guitarrista Roman Saenko para la ejecución de sus solos, que a pesar de no ser variada, se desglosan siempre en un ambiente nostálgico.

El resultado final de este álbum es bastante flojo y monótono. A pesar de los escasos momentos destacables que se reseñan, en lo personal suena insípido, simplista y en definitiva la banda debería enfocarse en desarrollar sus propios elementos y dejar de querer vivir con lo que solamente ellos consideran viejas glorias.

Hypocrisy – A Taste Of Extreme Divinity

3 comentarios

Por Antonymous Ayala

Hypocrisy
A Taste Of Extreme Divinity

Nuclear Blast

Se le puede considerar como un rey midas del metal, ha intervenido en la producción de sus principales exponentes como Dark Funeral, Dimmu Borgir, Immortal, Enslaved, Borknagar y Rotting Christ entre otros, además de participar activamente en Lock Up, Bloodbath, War y desde hace una década con su propia banda Pain.

Peter Tägtgren, solo su nombre es garantía de un death metal melódico, profesional y además sueco. Hace un par de décadas inició la discografía de su hijo predilecto Hypocrisy hasta el último inédito del 2005 sacando Virus, y para 2008 la re-edición masterizada de Catch 22 (2002), por lo que saber que publicaría un álbum inédito el año pasado, la expectativa fue creciendo. Luego se supo el título, después vino la portada ceremonial creada por Christian Wahlin (At the GatesSlaughter of the Soul, TiamatWildhoney, BathoryBlood on Ice), el tracklist de 11 cortes y finalmente A Taste of Extreme Divinity, el álbum que cumplió todas las expectativas en cuanto a producción y creatividad magistrales, junto con Mikael Hedlund al bajo y el baterista Reidar “Horgh” Horghagen (Immortal), nuevo miembro desde su anterior LP, propiciando una línea madura que se distingue en esta obra. El sonido de la banda ya resulta sumamente identificable a estas alturas, con el tono de la distorsión y la desgarradora voz tanto aguda como gutural de Peter.

La impecable grabación no escatima en conjuntar elementos agresivos, ritmos pausados, pero igualmente belicosos y las melodías apocalípticas que han distinguido a la banda. Desde la apertura con la aplastante Valley of the Damned que te hace sacudir la espina dorsal y el cráneo, una metralla sin igual, rasgueos pastosos con tintes thrasheros, añadiéndole coros épicos como en Hang Him High, Solar Empire y Weed of the Weak, que seguramente se volverán nuevos clásicos para los seguidores de los escandinavos.

El frontman se escucha más grave, como en sus álbumes de antaño, todavía puede alargar el grito lastimero, pero sin el timbre delgado, escuchándose un tono malévolo, en momentos casi grotesco.

La melodía del death metal en Hypocrisy cobra vida con No Tomorrow, Global Domination o The Quest que no son baladas, sino cortes lentos a los que estamos acostumbrados pero con el poder distorsionado del sonido sueco en la guitarra líder de Tägtren.

El sonido corrosivo y despiadado como la demencia de un sacrificio, regresa con A Taste of Extreme Divinity, así como el desprecio a Dios y su iglesia con Alive o el track extra, The Sinner, que viene en la edición especial del disco. Tamed (Filled with Fear) se puede contar entre las más puras rolas melódicas junto con Sky is Falling Down, cuyas vibras se aprecian bien disciplinadas, no en vano ya transcurrieron 20 años de experiencia.

A Taste of Extreme Divinity deja el sentimiento de encontrarse con un viejo amigo luego de una larga travesía por tierras lejanas, te resulta familiar pero distingues algunos cambios que han influenciado en su persona. En este caso, son una prueba de la divinidad extrema.

Novembers Doom – Into Night’s Requiem Infernal

2 comentarios

Por Juanito el del Demo

Novembers Doom
Into Night's Requiem Infernal

Metal Blade

La banda de Chicago Novembers Doom, exhibe en su nombre el estigma del estilo que han abanderado; efectivamente, en el género del doomdeath, el grupo liderado por el vocalista Paul Kuhr lleva alrededor de dos décadas abriéndose camino por la fuerza en un terreno dominado principalmente por los europeos.

Desde su formación, Novembers Doom no ha podido conservar la misma alineación durante dos álbumes consecutivos, siendo Kuhr el único miembro original; sin embargo, uno a uno, ha ido encontrando integrantes de primer nivel que han llevado a la agrupación a un siguiente peldaño, dejando atrás buena parte del estilo lento y denso clásico del doom, así como las voces femeninas que normalmente acompañan al subgénero, para ir forjando un estilo propio, desarrollado notablemente a raíz de la conjunción de los guitarristas Vito Marchese y Larry Roberts en The Pale Haunt Departure de 2005 y consolidado en The Novella Reservoir de 2007. Con esta dupla, el conjunto salió ganando en términos de composición y vitalidad, sin perder el toque de honda decadencia gótica que imprimen las letras de Kuhr y que arrastran las emociones del escucha hacia el mismo infierno, justo desde donde se asoma Into Night’s Requiem Infernal —que junto con los dos discos anteriores conforma precisamente la trilogía que la banda ha realizado para The End Records.

El lanzamiento del séptimo disco de Novembers Doom, aconteció el séptimo día del séptimo mes de 2009. La producción es realizada por el bajista Chris Wisco, quien arribara en 2007 y que constituye otra de las grandes inclusiones en el grupo; no obstante, en el proceso de grabación la cereza en el pastel fue agregada con la mezcla del prolífico sueco Dan Swanö —multi instrumentista fundador de bandas como Edge of Sanity, Pan.Thy.Monium y Bloodbath—, quién además de su gran experiencia, viene a evidenciar el interés de Novembers Doom por el sonido de las agrupaciones europeas. El resultado son ocho canciones de manufactura agresiva pero con una especial atención en la melodía, apoyadas en cambios de voces contrastantes, y pasajes instrumentales de gran imaginación; un buen ejemplo de esto es A Eulogy for the Living Lost, tema en el que las partes con voces limpias están acompañadas de guitarras eléctricas y las guturales de guitarras acústicas, gracias a lo cual la energía se mantiene siempre constante. Anímicamente, los dos extremos de la amplia gama de sonidos que integran Into Night’s Requiem Infernal se localizan, en su lado más agresivo, en la violenta pieza titular, de amenazante ambiente death, ensombrecida por nubes negras que devoran la luz mientras la lluvia encubre el olor a muerte, mientras que el momento más inalterable es la melancólica The Fifth Day of March, acerca de un amor perdido —seguramente algún cinco de marzo— y que, simbólicamente, es la única letra impresa sobre fondo blanco en el libreto. Destacan también los arreglos instrumentales de Empathy’s Greed, que la transforman de acústica a sinfónica y viceversa, a lo largo de sus seis minutos de duración.

Si bien Into Night’s Requiem Infernal pretende mostrarnos la podredumbre que nos rodea y lo malo que tiene el ser humano, existe un cierto anhelo de reconciliación, paradoja que conceptualmente se emparenta con los contrastes musicales, exaltados por sus memorables estribillos. Parece que Novembers Doom ha encontrado su punto de equilibrio, esperemos que a pesar de localizarse en el otoñal mes que anuncia el final, aún tengan mucho que ofrecer.

Six Feet Under – Graveyard Classics 3

No hay comentarios

Por Pablo Barrios

Six Feet Under
Graveyard Classics 3

Metal Blade

Con la salida de la primera entrega de covers de Six Feet Under, Graveyard Classics, se podía reconocer las buenas intenciones, pero con la brutalidad del cantante Chris Barnes (ex-cantante de Cannibal Corpse) uno no podía dejar de pensar y escuchar como trituraba y destruía los temas uno por uno sin permitir apreciarlos. Es lamentable porque lo de Barnes es muy curioso, con su ex-banda fue creativo y con letras que iban mas allá de lo extremo, pero con algo de lógica y con el uso de palabras más cuidadas, se le tenía cierta admiración y respeto. Con estos lanzamientos se esta cavando su propia tumba, ¿será porque estará cansado, porque ya esta viejo o será porque ya ha tomado mucho ácido que cada vez es menos tolerable su voz? Puede ser una leyenda en el underground pero alguien le tiene que decir que deje de hacer covers y empiece a cantar sus propios temas nuevamente, que editen algo más exclusivo y haga algo más creativo como lo son sus ultimas entregas, 13, Commandment y Death Rituals.

De Graveyard Classics es curioso que la canción que más llamó la atención fue TNT de AC/DC, por ese motivo, repitiendo la fórmula del éxito, en Graveyard Classics 2 fueron tracks exclusivamente de AC/DC. Después del rotundo fracaso y las malas criticas decidieron volver por más y en la tercera entrega, la lista de los temas es magistral, alucinante, tal vez es la mejor selección que se haya escuchado de una agrupación haciendo tributo a otros, sólo que hay un problema mayor, y ese problema se llama nuevamente Chris Barnes.

Musicalmente por primera vez en la historia de Six Feet Under uno los podría llamar sublime, muy parecidos a los temas originales, sobretodo hay que hacer hincapié a la versión que hacen de The Frayed Ends of Sanity de Metallica que es perfecta (musicalmente hablando siempre) ,salvo por el trabajo de Chris que está fuera de lugar, como en la canción A Dangerous Meeting de Mercyful Fate, no se le entiende ni una silaba de alguna palabra que esté cantando.

La selección es buena, At Dawn They Sleep (Slayer), – Metal On Metal (Anvil),- Destroyer (Twisted Sister), Snap Your Fingers, Snap Your Neck (Prong), y la producción también es sobresaliente, rescatando el trabajo de guitarras entre otras cosas.

Estas tres obras de Six Feet Under, dejando lo musical, simplemente va a hacer una anécdota de como se hizo esta trilogía a pasar desapercibida a través de los años quedando como los peores covers que se hayan hecho alguna vez en la historia de la música.

Helloween – Unarmed – Best Of 25th Anniversary

No hay comentarios

Por Pablo Barrios

Halloween
Unarmed – Best Of 25th Anniversary

SPV Music

Helloween siempre se ha caracterizado por ser una de las pocas agrupaciones divertidas dentro de la escena con líricas positivas en general. Buscando un optimismo a cada instante, los integrantes han sabido hacer de toda su carrera una legacía, artífices de todo un género tan importante como es el power metal. Después de 25 años de trayectoria, decidieron rendirse tributo reversionando las canciones mas famosas y apareció Unarmed – Best Of 25th Anniversary, que por desgracia, siendo un trabajo de aniversario, deja mucho que desear por varias cuestiones. Aunque haya buenos intentos no cumple con la función que debería.

Todas las versiones originales superan ampliamente a lo que vamos a encontrar en este trabajo, al escucharlo uno se pregunta si hubiera sido mejor hacer interpretaciones acústicas como lo intentó una vez el ex-vocalista Michael Kiske, antes de tanta producción de por medio.

Sonidos de jazz, swing, orquestaciones, baladas y canciones épicas, se ubican dentro de un combo defectuoso de sus los integrantes canciones reversionadas faltas de corazón y entrega, termina siendo sólo una broma. Lo más increíble es que el vocalista Andi Deris no está a la altura de lo que tendría que ser con una voz cada vez mas chillona, mientras que la agrupación en conjunto hace un trabajo soberbio.

La trayectoria de los germanos se ha visto llena de altibajos y con una relación de amor-odio a sus seguidores. Es probable que Unarmed quede en el olvido muy fácilmente, salvo por el tributo que le hacen a su famosa trilogía titulada The Keeper’s Trilogy (Halloween, Keeper of The Seven Keys & King Of 1000 Years – Medley).

Apoyándose mas que nada en las baladas como A Tale That Wasn’t Right, Forever & One y If I Could Fly, pareciera que hacen lo correcto, son el punto fuerte de todo el tributo siendo sutil y consistente en líneas generales, pero con sus mayores clásicos que generalmente son rápidas, como Dr. Stein, Future World, Eagle Fly Free y I Want Out, parece una broma muy pesada y difícil de digerir cada vez que intentamos escucharlo; lo más difícil es apreciar When The Rains Grows, una hermosa obra de Master of The Rings triturada sin piedad dejándola muy atrás como lo era su versión original.

Los dos trabajos menos apreciados de Helloween, Pink Bubbles Go Ape y Chameleon, quedaron en el olvido por algunos pocos, pero superan ampliamente por mayoría a esta nueva producción que va por el mismo camino. Hubiera sido más divertido y más sorpresivo que visiten su viejo catálogo y empiecen a desenfundar esas canciones llenas de polvo, antes de hacer de un sentimiento de nostalgia y melancolía algo divertido.

Los seguidores que siempre han estado con Helloween, este proyecto lo van a odiar, los seguidores que le han prestado atención de vez en cuando no lo van a entender, y los que recién empiezan a escucharlos van a quedarse confundidos.
Más que un regalo para sus fanáticos, parece que es tan sólo es un mero intento de complacerse a ellos mismos tratando de alejarse de la música que los llevo a la fama

Immortal – All Shall Fall

1 comentario

Por Antonymous Ayala

Immortal
All Shall Fall

Nuclear Blast

El álbum All Shall Fall de Immortal, un evento esperado por las hordas devotas al black metal. Desde el 2003 en que anunciaron su separación, la esperanza nunca se apagó, pasaron un par de años hasta que el Wacken Open Air de 2007 los anunció como cabeza de su impresionante cartel, siendo la banda que en esa ocasión utilizó más equipo de audio para reventar la noche ante una audiencia de varias decenas de miles de fans.

Después de tan exitosa presentación en Alemania era evidente que el trío de bestias noruegas conformado por Abbath (voz, guitarra), Apollyon (bajo) y Horgh (batería), trabajaran en un nuevo CD.

2009 y el otoño de septiembre fueron elegidos para editar All Shall Fall y de la mano del productor Peter Tägtgren (Hypocrisy, Pain) eligieron siete cortes para el regreso tan esperado de esta leyenda en el mundo del metal extremo, con un sonido pulido y claro.

Son íconos, no hay duda, conservan aún el maquillaje, vestimenta, armas y esa postura bestial que los caracterizó desde sus inicios, hace casi dos décadas. Immortal no es una etiqueta como señalan sus detractores, es una marca dentro del black metal, con características propias e inconfundibles tanto en su espectáculo de explosivos, vómito de fuegos, presencia y gruñidos aguardientosos que los distingue.

Frialdad, es algo que se transmite desde la portada, el arte interior y principalmente la música, eso evoca el álbum desde la introducción ambiental que se interrumpe por la entrada de los primeros acordes en la primera rola. Una concatenación perfecta a su anterior álbum Sons of Northern Darkness (2002) con un ritmo veloz, machacante y el compás cuadrado. Acompañados por la batería contundente y marcada al tiempo que se recitan los versos bélicos escritos por Demonaz, el miembro oculto de la banda, que a pesar de su incapacidad física, aún continúa aportando su creatividad en la lírica de todas las canciones del disco, dando testimonio de su devoción a la luna, las montañas, la muerte y la guerra, los particulares jinetes del apocalipsis para Immortal, en rolas como All Shall Fall, The Rise of Darkness y Arctic Swarm.

La rabia del black metal noruego, del que no pueden desligarse por completo se escucha en Hordes to War, un corte agresivo e intenso de principio a fin, sin piedad alguna… “chaos and fire to defeaning sounds”. El lado épico, de himnos portentosos se puede distinguir en Norden on Fire o Mount North, con esos pasajes más lentos sin perder ese tono de oscuridad que los caracteriza. El artista noruego Are Mundal aporta el intro sinfónico, un breve pasaje ambiental congelado para Unearthly Kingdom, el cierre del álbum, que antes del minuto se enturbia con uno de los riffs más gloriosos del disco, siendo la pieza más extensa y catatónica.

Un álbum que carece de brillantez técnica o de composiciones enredadas. Es simple, crudo pero directo como un escopetazo en la frente. Sin temor o duda, se merece un lugar en toda colección, como una de las mejores obras del 2009. Immortal no se reinventa, hace lo que sabe hacer y lo hace a toda madre.