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Danzig – Deth Red Sabaoth

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Por Javier "Show" Villalpando

Danzig
Deth Red Sabaoth

Evilive Records

Deth Red Sabaoth marca el regreso triunfal y poderoso de Danzig, no sólo por la marcada ausencia de seis años sin lanzar un material al mercado, si no porque retorna a las mejores formas que se le extrañaban, quizá desde la época de Rick Rubin y su American.

Con este álbum, además de marcar su reingreso en forma y fondo de Glenn Danzig, el personaje, el tótem, la leyenda; también representa la vuelta de Danzig, la banda, el sonido y la organización que respalda a esa leyenda, otorgando aspecto y sonido a las grandes ideas del maestro Glenn.

Cuando una banda comienza, se le acuñan influencias, sonidos similares, y se le relaciona con el trabajo de aquellos que llegaron antes; pero cuando un grupo se convierte en legendario, se hace más grande conforme pasan los años, y después de una carrera fortuita de más de 20 años, ellos mismos se transforman en el referente y la autoridad. En Deth Red Sabaoth, Danzig viejo es la referencia obligada para entender a un Danzig moderno y actual.

Después que Danzig experimentara con sonidos industriales y secuencias electrónicas en álbumes de finales de los 90 como Blackacidevil y Satan’s Child; el ex-Misfits se vió obligado a voltear hacía atrás y recapitular su carrera, lo intentó en dos álbumes subsecuentes con resultados medianos, aunque un poco más satisfactorios.

Todas estas referencias sirven para entender su reaparición en el estado más orgánico de este músico, de ese que es magistral, el maestro del horror, lo erótico, lo mórbido y todo aquello aprehendido de sus ídolos como Cash y Elvis, y su inherente pasión por las formas básicas del rock & roll y el blues. En donde nos ataca con poderosos ritmos, los riffs más memorables de Danzig desde la época de John Christ, y con coros y canciones que nos hacen pensar que no hay momentos de relleno o débiles en este LP.

El músico de origen estadounidense grabó este álbum con las formas clásicas de los 70, incluso con equipo de la época. Las guitarras de Tommy Victor (Prong) suenan como un disco viejo de esos de Grand Funk o Cream, puedes escuchar la púa pasar por cuerda, el bajo hace retumbar el estéreo de tu auto o de tu casa de una manera poderosa, como sólo esos viejos acetatos lo saben hacer. ¿Y todo esto de qué le sirve a un Glenn Danzig? En mi opinión, le da espacio para tener mejor oportunidad de escribir canciones sencillas como las que solía construir en sus primeros años, canciones que fluyen de manera perfecta en el disco, tanto que la emoción es progresiva, y te deja ir sintiendo poco a poco el mensaje que se emite aquí.

El disco abre de manera espectacular con un riff marca Danzig, Hammer Of The Gods es el perfecto regreso de un conjunto que sabe patear en la quijada, y hacerte empuñar la mano a modo de ritual guerrero. Después vienen temas, también con el sello clásico, con un tiempo medio casi doom o stoner, como lo es Rebel Spirits (en lo personal mi favorita) en el que la forma de la voz de se aprecia en perfectas condiciones y provoca el clásico escalofrío que recorre tu espina dorsal. El álbum te va llevando por momentos clásicos de la historia y la temática de Danzig, Ju Ju Box, constituye el track sensual ideal para un strip-club. Deth Red Moon se convierte en un pasaje semi-pop bastante disfrutable, en donde se coloca la emoción y sensibilidad como punto clave de la composición. Night Star Hell, de inicio te reta a pensar o sentir que es el momento más débil del CD, por su constante repetición y ritmo lento, pero después de cuatro minutos, se convierte en una estampida de riffs poderosos y toma un clímax inesperado que te hace querer repetirla.

Y si algo sabe hacer Danzig es cerrar sus discos, siempre como la contraparte del inicio, más oscuro, más denso, más pantanoso y donde explaya mejor sus demonios, aquí lo hace de manera magistral con Left Hand Rise Above, en donde explora de la imaginería diabólica y finalmente esa mano del camino oscuro que marca el Baphomet se eleva para marcarnos un nuevo camino, a través de una canción casi doom mezclada con clásico heavy metal muy al estilo Danzig.

Deth Red Sabaoth quizá no sea su mejor trabajo, pero lo es hoy, porque es el que tenemos, y no por conformismo, si no por el hecho de admirar a alguien que se supo replantear y aún así no traicionarse. Cuando alguien como Glenn Danzig se vuelve tan grande, que lo que hace musicalmente se vuelve un pie de página para todo lo que representa, es difícil hacerse hacia atrás y poder admirar sin juzgar, sorprenderse sin esperar, y disfrutar a pesar de los errores que haya cometido en el pasado. Sin embargo, Deth Red Sabaoth te permite dar esos pasos hacia atrás y tener una mejor perspectiva de la grandeza de un ídolo, de una banda y de una nueva obra.

Darkthrone – Circle The Wagons

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Por Javier "Show" Villalpando

Darkthrone
Circle The Wagons

Peaceville Records

Darkthrone es una banda que en 1992 cambió la cara de la escena del black metal Noruego, y que poco a poco perneó a hacerlo de manera global valiéndose de grandes álbumes de culto como A Blaze In The Northern Sky (1992) y Transilvannian Hunger (1994), convirtiéndose así en un referente sonoro y cultural de toda la escena escandinava de black.

En 2006, Darkthrone volvió a hacer de las suyas y cambió ese referente, especialmente el sonoro, y dio un rumbo diferente al curso de su carrera con un dramático giro estilístico, de actitud y en su manera de escribir canciones. Con su álbum Cult Is Alive (2006), llevaron el toque clásico de la banda hacía un terreno más punk, más "crust" y con actitud más apegada a un Motörhead que a un Burzum. Cambio por el cual, perdieron varios fieles en el camino, y ganaron otros cuantos.

Después de toda esta relación, llega Circle The Wagons este año, y logra en 40 minutos lo que muchos intentan lograr en tres álbumes completos. Circle The Wagons es el mejor trabajo de Darkthrone desde ese cambio de estilo comentado anteriormente; es donde concretan sus ideas, su actitud de resistencia, su necesidad de captar las cosas de la forma más cruda posible, tanto que ratos parece demo. Sin embargo todo en Darkthrone cuenta con una intención y el cinismo necesario para llevarlo a cabo.

Fenriz y Nocturno Culto, quienes han llevado el estandarte del black metal puro a una guerra contra las nuevas tendencias, en apoyo a su resistencia del underground; ahora se paran más seguros, más cínicos y orgullosamente anticuados en sus formas: aquí no es necesario grandes olas de pensamiento y filosofía, es más la actitud que el talento, y con una arrogancia de saber lo que hacen y lo hacen tan bien, mantener vivo el metal más puro posible.

Circle The Wagons nos regala una colección entera de riffs, una enciclopedia de actitud y de cómo darle una bofetada al sistema. Canciones como I Am The Working Class reflejan su estilo de vida, alejado del compromiso de ser un icono, que manifiesta su inconformidad ante un sistema; Black Mountain Totem se para como un gran himno de punk directo para manifestar la grandeza que es ser noruego. Sin embargo en mi opinión, es I Am The Graves Of The 80’s el tema que destaca sobre todo, es aquí donde conjugan todo el trabajo hecho en los últimos cuatro años, con esa actitud de pecho duro estilo Lemmy, pero que aplica como la Whiplash de nuestra década actual, donde se talla en piedra que el metal es un estilo de vida, una postura y es el lugar donde yacen las grandezas de una década y de un género que, en opinión de Fenriz, cada vez es menos puro y honesto.

El disco es una delicia de principio a fin, no hay un momento débil, para aquellos que esperan otro A Blaze In The Northern Sky, sigan esperando, pero aquellos que esperan la nueva aventura de Fenriz y Nocturno, es éste el álbum a conseguir. La copia física vale mucho la pena, ya que en el booklet, Fenriz narra un poco sobre la historia de cada track escrito por él, así como en la parte final incluye su lista de “álbumes que debes tener” en las que seguro encontrarás grandes joyas.

Darkthrone no es una banda para críticos, ni quizá lo sea para captar nuevos fans, pero sí es una banda para aquellos que gustan de la conducta, del poder, de disfrutar de grabaciones "low-fi", pero con gran calidad en los riffs y que al final te hagan sentir el poder de ser parte de una resistencia, de aquellos que buscan nuevos testamentos en viejas palabras y en las viejas formas que el metal clásico tiene. Eso es Circle The Wagons, una gran patada en la cara para aquellos que siguen sin ‘comprender’.

The Ocean – Heliocentric

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Por Pablo Barrios

The Ocean
Heliocentric

Red Distribution

Los alemanes de The Ocean ya hace un tiempo que en el underground se han ganado un nombre respetable a cada producción que editan, ya sea por su originalidad o por ser una de las agrupaciones más ambiciosas de la última década en términos progresivos. Los germanos también destacan en calidad lirica y compositiva, sobre todo como en sus primeras obras como lo fue Aelion, el sucesor Precambian; cada una de etas producciones les ha otorgado todo tipo de elogios alrededor del planeta a la hora de entregar material extremo fuerte y contundente.

Con cambios importantes en la agrupación como lo es la llegada del nuevo cantante Loic Rosetti, haciendo un trabajo excelente entregando voces agresivas y limpias, The Ocean se embarca nuevamente en un ambicioso proyecto conceptual como lo es Heliocentric,  la primera entrega de este 2010 de un proyecto doble donde trata el origen del universode manera filosófica, tanto del lado de la religión como en el de la ciencia, dando como resultado un álbum más que interesante. 

Musicalmente Heliocentric muestra matices más sutiles que en otros redondos de la agrupación, en esta oportunidad los encontramos más tranquilos, más maduros y con una producción cristalina donde se aprecia cada instrumento con una nitidez absoluta. Dejando la agresividad aparte, nos encontramos de principio a fin con una obra donde las influencias son claras pero con un sonido propio, ello hace que este plástico valga la pena su escucha una y otra vez ya que contiene material altamente adictivo. Lo más importante para comprender lo que se quiere trasmitir, es que tiene que escucharse completamente durante todo el viaje sónico que se propone, un álbum conceptual que nunca decae.

Altamente influenciados por bandas progresivas de metal como Tool, pero con más armonía y delicadeza, inicia una saga y sonido con varias sorpresas que antes no habíamos escuchado.

Con la introducción, Shamayim, llega el primer track titulado Firmament que nos da la idea de cómo va ser el trayecto donde los pasajes van de lo agresivo a la sutileza, variando a cada momento. Firmament es el el origen del universo a nivel religioso, a partir de ese instante prosigue toda una epopeya sonora donde cada vez se hace más cautivador como pasa en The First Commandment Of The Luminaries, aquí la ambientación juega un papel preponderante en elestruendo de The Ocean.

Ptolemy Was Wrong es tal vez lo más emotivo de toda la placa, la instrumentación nos recuerda algo de Radiohead pero con un toque más oscuro. Las letras se distorsionan entre ciencia y religión, es el punto más alto donde uno se da cuenta de la ambición de todo el proyecto, a pesar de ser muy arriesgado a la hora de querer trasmitir el mensaje.

Metaphysics Of The Hangman, Catharsis Of A Heretic, Swallowed By The Earth, conforman el esqueleto de la entrega, predominando la idea y tesis de la ciencia en el origen del universo con más agresividad hasta que llegamos al colosal final y tercera parte con la semi-introducción, Epiphany, de tres minutos que da pie al tema The Origin of The Species, donde la parte lirica juega un papel muy importante en el track final, The Origin of God, expulsando las últimas líneas del LP, "¿Quién hizo a tu arquitecto?¿De dónde viene?¿De qué está hecho?”, en el cual encierra la primera parte de este proyecto doble y deja un final abierto, filosóficamente, para que cada quien tenga una interpretación personal.

The Ocean brinda una obra conceptual de alto calibre donde la ambición de la banda se nota a grandes rasgos y cuya inclusión del nuevo vocalista le da un aire fresco. Cada año que editan un material salen victoriosos y  con el lanzamiento de Heliocentric, es claro que son una de las agrupaciones más importantes en el underground mundial de la actualidad.

Heliocentric, a pesar de no ser perfecto, tiene la gran ventaja de ser totalmente arrollador en todo sentido.

Cobertura especial de Tool en San Diego, California

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Jueves 15 de Julio de 2010
Viejas Arena
San Diego, California
Por Juan Mier (Enviado Especial)
Fotos: Archivo

La mística alrededor de Tool, en especial acerca de sus actuaciones en directo, ha sido disipada en cierto grado. Basta una simple búsqueda en YouTube para encontrar una probada de lo que es esta banda en vivo. Hace escasos años dependíamos de exhaustivas búsquedas en redes p2p para obtener algún clip de Tool. No obstante, estos maestros del rock-metal progresivo siguen manteniendo un gran aire enigmático y recluido. No contamos con extensas y frecuentes giras, ni con discos en vivo, adicionalmente producen nuevos álbumes en largos ciclos de aproximadamente cinco años.  Además, en todo show se impone una estricta política para prohibir cualquier cámara.

Sin más preámbulo, escuchar (y ver) en directo a estos nativos de California es un privilegio. Un concierto excelso. Clasificar los efectos visuales como impactantes sería subestimarlos. La ejecución musical es simplemente una muestra de maestría y dominio absoluto de sus respectivos instrumentos, en conjunto con una excelente mezcla de sonido, en línea con la acústica del recinto. La selección de canciones ha sido similar en toda la gira con pequeñas variantes pero cubriendo su catálogo desde Undertow hasta 10,000 Days. Un show lleno de detalles como son la vestimenta simple en shorts y t-shirt de Maynard (el frontman es notable por sus extravagantes disfraces), el equipo de roadies con batas blancas de laboratorio y el discurso inicial en video del ícono contracultural, Timothy Leary.

Musicalmente, el dúo rítmico de Danny Carey en la batería y Justin Chancellor al bajo es algo solvente y monumental. Riffs feroces, efectos y energía por parte del bajista encuentran respuesta y conjunción con la inclasificable habilidad, poder, sentir y precisión metronómica de la percusión. En las altas frecuencias sónicas, tenemos a Adam Jones a la guitarra, quien maneja las seis cuerdas con elegancia infinita, gusto, e inteligencia musical. Innumerables efectos y sonidos ambientales complementan cada pista. Jones, sin ser alguien que derrita los trastes de su instrumento es un enorme guitarrista ya que la habilidad no se mide en notas por segundo, sino en los sentimientos transmitidos y el complemento a cada canción. Cerrando el círculo, el excéntrico frontman Maynard James Keenan, entrega un desempeño vocal único y bestial.

Introducciones largas, llenas de sonidos épicos y ambientales introdujeron numerosos momentos climáticos en el concierto. Enormes Jambi y Stinkfist. Tool se adentró a su catálogo y nos entregaron Intolerance de Undertow, el cual fue uno de los momentos más especiales dada la potencia y riffs de esta composición. A esta canción siguió un 1-2 de la ya clásica Schism y Forty Six & 2, este trío de canciones causó el máximo nivel de conmoción dejando a los fanáticos boquiabiertos. Una breve pausa dio comienzo a Lateralus en versión extra larga con todo y un duelo de percusiones entre Carey y Gino de los abridores Rajas. La potencia sónica de dos baterías simplemente voló el techo de la abarrotada Viejas Arena. Este momento solo pudo ser superado por el corte cerrador Ænema, posiblemente el himno de Tool.

El final tomo más poder al ser tocado en el sur de California y dada las incursiones vinícolas de Maynard en Arizona (la canción menciona ambas regiones en su letra). Tool, simplemente maestros del progresivo.

SETLIST
Third Eye
Jambi

(-) Ions

Stinkfist

Vicarious

Eon Blue Apocalypse

The Patient

Intolerance

Schism

Forty Six & 2
Intermission
Lateralus con Gino de Rajas

Ænema

Triumfall – Antithesis Of All Flesh

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Por Alejandro "Dock" Mendoza

Triumfall
Antithesis Of All Flesh

Forces Of Satan Records

Álbum debut de esta banda serbia, que interpreta un black metal con toques atmosféricos, donde expresan sus creencias y actitudes, tomando el sendero de la mano izquierda, el famoso Left Hand Path, muy en la onda de Emperor, Dissection y lo primero de Dimmu Borgir.

Musicalmente hablando, es una banda compacta que presenta buenos, riffs, con una sólida base rítmica.

Inicia el disco con una intro (un poco larga a mi parecer) densa y lúgubre que prepara el camino, para dar paso a una serie de temas rápidos y agresivos, con acertados cambios de ritmo, llevando como fondo lúgubres atmósferas, que hacen de este Antithesis Of All Flesh, un trabajo interesante que de inmediato te engancha para que lo disfrutes de principio a fin. Un disco oscuro y denso, lleno de black metal.

Todos los integrantes aportan su grano de arena sin ser protagonistas, por igual todos los temas son interesantes, sobresaliendo Omega Overcasts The Presence, donde se muestra Triumfall en todo su esplendor.

Recomendable para los que gustan del buen black metal.

Unleashed – As Yggdrasil Trembles

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Por Antonymous Ayala

Unleashed
As Yggdrasil Trembles

Nuclear Blast Records

Escuchar a los suecos Unleashed, de manera obligada es transportarse al primer encuentro con la banda, porque estos adoradores de Odín han querido que el tiempo se detenga a través de su música. En mi caso, llegó al primer disco que escuché Where no Life Dwells (1991), descubriendo el logo viscoso, con esa fría cruz invertida.

Casi 20 años después, la escena se repite con As Yggdrasil Trembles, la portada en penumbras grises y los acordes continúan retumbando en la misma frecuencia, además que la voz cavernosa de Johnny y esos riffs machacosos conservan el sentimiento puro del death metal europeo en los 90, género con olor escandinavo, incluso manejan un leve tono épico en el intro de Courage Today, Victory Tomorrow.

El álbum es netamente belicoso, la temática acostumbrada, el orgullo vikingo y la referencia constante a su ancestral mitología, tal y como se ofrece en la homónima As Yggdrasil Trembles, This Time we Fight, o con Yahweh and the Chosen Ones, que trasciende un espíritu ecuménico, por estar inspirada en los textos de la biblia hebrea como el Deuteronomio y el Éxodo, incluso en su parte media añade frases de una oración llamada Aleinu, del libro judío Siddur. Estas meras referencias son irónicas, como resalta en Cannibalistic Epidemic Continues, una burla de la idea cristiana sobre la comunión.
Una pieza suculenta de todo el disco es Master of the Ancient Art, de ritmo lento, asentado, pero al mismo tiempo triturador, como en Far Beyond Hell.

¿Qué se le puede objetar a la banda?, ¿Qué permanecen fieles a su propia escuela?, ¿Acaso alguien le recrimina esta misma actitud para componer a Mr. Kilmister o al diablillo de Angus Young por continuar desenvolviendo su estilo personal convertido en marca inconfundible? Por esto, quienes sean fanáticos de Unleashed enseguida reconocerán la fórmula ya explotada en discos anteriores, composiciones breves y directas, sin mayores recovecos en su estructura, el uso del título como el coro central en ritmos pegajosos que invitan a sacudir la cabeza y encabronarse.

La gran aportación del décimo disco en su trayectoria es rescatar el tono de la vieja guardia, acordes secos con esa distorsión escabrosa de sus primeros materiales, en rolas como So it Begins, Wir Kapitulieren Niemals (pieza en honor a su propia historia y en reconocimiento a las hordas de metaleros en Alemania), Chief Einherjar (en alusión al ejército de Odín, pero dedicada por Johnny hacia un colega fallecido), Return Fire y Dead to Me (donde retoman el tema anti-religión …Christ is obsolet), canciones que como himnos nacionales retroceden casi 20 años en contundencia, pero conservan la evolución actual de la banda para el género death metal vikingo.

No se puede olvidar la mención al cover elegido por los suecos, en tácito reconocimiento al difunto Chuck Schuldiner, mente maestra de la leyenda Death, con un tema sacado de su primer álbum Scream Bloody Gore (1987). Corte por demás contundente en las manos de Unleashed.

As Yggdrasil Trembles es un álbum completo, donde ninguna de las 13 rolas puede menospreciarse y que ocupará un lugar destacado en la discografía de la agrupación como uno de los mejores en sus últimos años, material que se antoja escuchar alrededor de una fogata, con un tarro de cerveza y la pierna cruda de un jabalí recién sacrificado.

Triptykon – Eparistera Daimones

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Por Antonymous Ayala

Triptykon
Eparistera Daimones

Prowling Death Records

¿Qué puedes esperar de un álbum cuya lírica abre con una declaración/plegaria de esta magnitud? Así empieza la letra de la primera rola en Eparistera Daimones de Triptykon, el esperado álbum con el que regresa Tom Gabriel Warrior a los escenarios, tras la desaparición de Celtic Frost en 2008.
 
Un disco malo, pero no en sentido peyorativo, sino el real, el antiguo, al que se refiere el padre nuestro cuando suplica set libera nos a malo… un álbum maligno con las raíces primitivas del thrash y black metal, material que desde su portada elaborada por el artista suizo HR Giger en 1978 (bautizada con el sanguinario nombre de Vlad Tepes), describe a la perfección el contenido de Eparistera Daimones, demonios dantescos erigiéndose de una matriz podrida, grotescos y pervertidos.
 
La prolongada especulación de su última ruptura y declaraciones de los ex-integrantes pierden sentido cuando los primeros acordes de Goetia generan una atmósfera oscura, para arrojar la distorsión grave, pesada y agresiva con la que retoman uno de sus temas predilectos: la religión, el engaño de las masas.
 
El productor V. Santura (1349) se ha incorporado con la guitarra para la nueva alineación de Triptykon, junto con el baterista Norman Lonhard y la joven Vanja Slajh, encargada del bajo, así, la tercera encarnación de Tom no descuida la evolución que ha tenido su música desde principios de los 90, como se aprecia en Abyss within my Soul, inspirada en el compendio Death (David Meltzer) cuando el luto perturbaba al frontman en los bosques de Bavaria.
 
In Shrouds Decayed, de inicio acústico, melancólico y artísticamente devoradora, continúa el descenso en el ritmo siniestro del álbum, que termina por rescatar una distorsión encabronada, contando en su final con los coros de Simone Vollenweider, (quien participó en Temple of Depression del último álbum de Celtic Frost y contribuye en otras canciones del disco). Es cuando la sangre que hierve en tu cerebro, te permite asimilar que efectivamente estás escuchando la segunda parte de Monotheist (2006).
 
Su desenlace desemboca en la ambiental Shrine, un pasaje breve aderezado con lamentos sepulcrales.
 
La rabia de un hombre dolido, revienta con A Thousand Lies, riff acelerado y batería incesante, sus coros desgarradores provocan la convulsión y demuestran la vigencia del músico Warrior, con los huevos suficientes para no dejarse morir, ni pretender vivir de glorias pasadas. Su legado continúa lo siniestro, lo profano y diabólico, como en la pieza Descendant, un himno al metal doom, aderezado con tonos dark y stoner, el metal suizo propio de este genio que se ha convertido en un sello propio inconfundible.
 
Elementos nuevos se descubren en el intermezzo de Myopic Empire, con el grand piano de Fredy Schnyder y la voz femenina, este es el tono más avantgarde del disco, tal como inicia My Pain y continúa el tono decepcionante.
 
La novena y última rola es The Prolonging, composición de casi veinte minutos que según reconoce Tom Gabriel, fue escrita como una oración en las tinieblas del invierno, en los interminables bosques nevados de Toten, Noruega, un himno musical a la eterna dualidad en guerra, al principio entre el bien y el mal, entre el pasado y el futuro, los opuestos, el resultado de la más pura confesión que Warrior pudiera hacer de este episodio en su vida, es uan letanía casi interminable, poderosa y lenta: "…as you perish, i shall live".
 
Eparistera Daimones, el segundo capítulo del monoteísta, representa la cumbre del género concebido por Hellhammer, que fue esculpido por los años de Celtic Frost, y enarbolado con la revancha personal engendrada en Triptykon.

Cathedral – The Guessing Game

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Por Antonymous Ayala

Cathedral
The Guessing Game

Nuclear Blast

El infierno muestra otro rostro, no el acostumbrado por blasfemias y conjuros, ahora tiene una máscara gitana, surrealista, casi onírica, es más, la entrada a esta dimensión no es de una caverna incendiándose, sino tiene forma de una semiabierta carpa de circo, donde el presentador está caracterizado por Lee Dorrian, ese genio de la composición retro llamada Cathedral, la infestada por los años 70, casi hippie, pero sin la decadencia ni la fijación por el amor compartido.
 
La invitación luego de cinco años en el silencio, es para entrar a los aposentos del demonio, quien reposa entre los humos que despide el incienso de cannabis, así de extravagante resulta la experiencia auditiva en The Guessing Game.
 
El inicio corresponde a Immaculate Misconception, una breve introducción casi alucinógena, con esa distorsión que padece carraspera, pero inundada de un teclado sicodélico, es la tercera llamada para la función dividida en dos actos. Enlazado con el llanto de un infante para Funeral Dreams, otro episodio del doom/metal que caracteriza a la banda inglesa, con la participación de Alison O'Donnell (Mellow Candle) de la banda irlandesa de rock folk irlandesa en los 70, y así el metal se desdobla en este tan esperado regreso: festivo, relajado y a la vez punzante.
 
Una conjunción perfecta de los músicos fielmente reproducida en el estudio, con una grabación que permite distinguir con fidelidad cada instrumento, destacando el trabajo del bajista Leo Smee, en dueto simbiótico con la batería de Brian Dixon. No en vano han transcurrido 20 años de su inicio, lo que se traduce en la manera de componer que tiene Dorrian con su mancuerna Gary "Gaz" Jennings. Letras que advierten inconformidad contra la sociedad y los dogmas que intentan sostener este mundo en decadencia, como en Death of an Antichrist.
 
La pieza homónima es un interludio instrumental y acústico, dando paso a Edwige's Eyes y Cats, Incense, Candles & Wine, con esa porción de doom magistral y grave.
 
El segundo acto del show, abre con la instrumental One Dimensional People, destacando el intro de la batería con severas muestras de la influencia stoner, como en la genial The Casket Chasers, representación fiel de la discografía que precede a los británicos. Luego toca el turno a La Noche del Buque Maldito (a.k.a. Ghost Ship of the Blind Dead), paranóica y ambiental como los clásicos cortes sabáticos, pero que distingue la inclusión de una faceta progresiva al estructurar la canción sin perder el toque psicodélico, dosis que se repite en The Running Man.
 
El aparente humor del sampler al inicio de Requiem for the Voiceless, en realidad es por la lírica basada los derechos de los animales y su grito de libertad, tema no común para esta rama del metal.
 
La conclusión de estás 13 piezas, corresponde a Journeys into Jade, con sus más de diez minutos de duración, para que Lee Dorrian y su compañía recuerdan los veinte años de que su Cathedral se erigiera en las inmediaciones de Europa, a través de un repaso por su discografía.
 
Como ha sucedido con otras bandas que se reúnen para el Wacken Open Air, la presentación de Cathedral en la edición del festival germano el año pasado, tuvo sus frutos. La banda ha entregado el álbum doble The Guessing Game,  un paseo irracional y espontáneo con uno de los actos más únicos e inquietantes que el metal ofrece. Lo que pudiera confundirse con una gama de estilos musicales y temas líricos, se unifica como una vértebra que sostiene la propia historia de Cathedral y su capítulo más reciente. Un espectáculo sonoro e imaginativo complementado con instrumentos exóticos, imposible de perderse.

Rob Zombie – Hellbilly Deluxe 2

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Por Pablo Barrios

Rob Zombie
Hellbilly Deluxe 2

Roadrunner Records

Rob Zombie es un multifacético personaje que no necesita introducción porque ha trascendido en la música pesada, gracias a que pudo llevar todas sus ideas musicales sobre películas de terror a la pantalla grande con cintas interesantes como, House of the 1000 Corpses, The Devil's Rejects y las secuelas de Halloween. Después de largos años de ausencia alejado de la música por sus múltiples proyectos como director, llegó su tan esperado nuevo álbum Hellbilly Deluxe 2: Noble Jackals, Penny Dreadfuls and the Systematic Dehumanization of Cool, donde corre un riesgo bastante grande titulándolo así, teniendo el precedente que su primer disco como solista lo catapultó como un icono de culto dentro de la escena.

Teniendo en su espalda clásicos de su ex- banda White Zombie, La Sexorcisto-Devil Music Vol. 1, Astro Creep: 2000 – Songs of Love, Destruction and Other Synthetic Delusions of the Electric Head, y una carrera prominente como solista, se espera mucho de una mera secuela de un CD que tuvo un éxito comercial increíble como fue Hellbily Deluxe (1998). 

No hay ninguna duda que Zombie nació con el talento de cualquier artista y se sabe muy bien lo que hace demostrando lo perfeccionista que es. Comparándolo con toda su discografía, es un material flojo en cuanto a los estándares que uno está acostumbrado del cantante como en la obra, The Sinister Urge donde incluye Never Gonna Stop (The Red, Red Kroovy) y Feel So Numb, donde creativamente es de lo mejor que ha editado, pero Hellbilly Deluxe 2 es como la continuación de Educated Horses (2006). Un poco más experimental con la música y con las letras que llega a un punto que se vuelve una repetición constante con riffs genéricos y reciclados que no aportan nada nuevo a su carrera; no es malo, todo lo contrario, es un proyecto interesante que no saca provecho como tendría que ser.

Su primer single, Sick Bubble – Gum, es un claro ejemplo donde repite a cada rato la palabra “motherfucker” una y otra vez, o en Mars Needs Women donde reitera la frase hasta caer en la fórmula de siempre.

Como lo aclara la portada, es sucio, crudo y tiene un toque stoner. En su conjunto suena como una agrupación que no logra el equilibrio y siempre tambalea de un lado a otro sin encontrar aquellas épocas de gloria. Lejos quedaron los tiempos donde se podía apreciar canciones como Dragula, Living Dead Girl y Demonoid Phenomenon, de su primera entrega donde los ritmos bailables mezclados con el metal daban un género industrial totalmente novedoso.

Con voz áspera y cada vez menos notoria, Rob Zombie cumple cantando y contando historias sobre hombres lobo, zombies, frankensteins, vampiresas y demás en sus letras, pero no es suficiente, algo falla, solo son canciones que no superan lo que hizo anteriormente. En la segunda aparición del Hellbily, no hay mucho para recordar, todo el soundtrack sobrevive a duras penas ante toda la monstruosa discografía del cantante.

Werewolf Women Of The SS, What, Werewolf Baby! y sobretodo, The Man Who Laughs, que alcanza casi los diez minutos con un solo de batería, son algunos temas interesantes que sobresalen y donde mezcla rock, metal, electrónico, y 'B- Movies' de una manera ingeniosa, con la marca registrada del cantante. En general está falto de sangre y corazón en el proyecto, o tal vez pulir un poco más la producción. Los tracks que van sonando a cada instante en esta segunda parte, parece que son algunos cortes que quedaron fuera de sus anteriores álbumes y sólo están tratando de que suenen mejor para que queden en este redondo. Suena más a rarezas olvidadas en un baúl lleno de polvo y telarañas, que a un trabajo en equipo que se propuso crear música de la mano de Rob.

Es difícil catalogar a semejante artista por su amplia serie de constantes proyectos. En su totalidad es un LP confuso, bastante desbalanceado donde se le nota a Zombie más concentrado en su carrera como director, que como músico. La ironía es que Hellbily Deluxe 2 tiene el mismo resultado que las películas. A veces las segundas partes nunca llegan a ser tan buenas como la original.

Iron Maiden – Flight 666

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Por Juan Martínez

Iron Maiden
Flight 666

EMI Music

En 1985 Iron Maiden logró plasmar en vinilo uno de los mejores conciertos en vivo de la historia: Live After Death –grabado en la Arena de Long Beach, en Los Angeles–, una grabación que marcaría un parteaguas para las presentaciones de las bandas de metal, gracias a su deslumbrante espectáculo y a la calidad de su sonido; ahora, el registro de la gira mundial Somewhere Back in Time, llevada a cabo entre 2008 y 2009, constituye un logro aún mayor, algo sin precedentes para cualquier grupo o artista que alguna vez se haya presentado en vivo en la historia de este mundo.

Para comenzar, el grupo, con motivo de sus 30 años de vida, armó un repertorio con las canciones más representativas de sus años dorados, principalmente lo realizado entre The Number of the Beast y Seventh Son of a Seventh Son (con las únicas excepciones de Iron Maiden y Fear of the Dark); por si fuera poco, recreó el emblemático escenario de tema egipcio de la gira World Slavery Tour, realizada entre 1984 y 1985, con todo y los cambios de vestuario de Bruce Dickinson: la máscara egipcia de Powerslave, la capa harapienta de Rime of the Ancient Mariner y el traje de soldado británico de The Trooper… pero eso no es todo; a diferencia de la gira realizada veinticuatro años atrás, en esta ocasión el álbum –también doble– documenta lo acontecido en dieciséis ciudades de tres continentes alrededor del globo, por lo que podemos escuchar los alaridos de las audiencias congregadas en Mumbai, Melbourne, Monterrey o Costa Rica, lo que nos deja con un agradable sabor de boca y una gran emoción, al saber que los seres humanos de todo el mundo hablamos el mismo idioma cuando de música se trata.

Pero aún hay más, mucho más. El paquete consta de tres objetos: Flight 666 – The Original Soundtrack (concierto en CD), Flight 666 – The Concert (concierto en DVD) y Flight 666 – The Film (documental en DVD) y es precisamente aquí donde lo realizado por Iron Maiden se despega a millas de distancia de los sueños más locos de cualquier banda de rock; los secretos develados en el filme hacen comprender al espectador por qué esta gira fue una auténtica hazaña (por respeto a los lectores, no los contaremos aquí, pues sería echarles a perder la trama de la película), además de proporcionar simpáticas respuestas a muchas inquietudes curiosas: ¿qué hizo Tom Morello con su copia de Piece of Mind? ¿por qué regatea Nicko en Teotihuacán? ¿cómo cantan Children of the Damned en español en Costa Rica? ¿qué hace la gente de Colombia para obtener mejores lugares? ¿cuál es la canción que más emocionó a Bruce volver a cantar durante esta gira? Todo está ahí, demostrándonos que no se necesita de un guionista hollywoodense para hacernos reír o llorar.

Tal vez muchas personas no estuvieron presentes en la gira que en 1985 realizaron Dickinson, Harris, Murray, Smith y McBrain, pero esto es una compensación con creces a todas ellas. Al final, queda en el escucha/espectador una sensación de sincero agradecimiento, entendiendo por qué después de todos estos años los británicos se han mantenido vigentes, sumando ventas de setenta millones de discos sin contar con difusión en los medios, por el solo hecho de permanecer fieles a su compromiso con la música y con su público. Sin duda, el mundo es un gran lugar, pero cuando lo recorre Maiden es aún mejor.