Novembers Doom da a conocer el enlistado de canciones y portada de su próxima producción Aphotic, el cual se edita el 10 de mayo a través de The End Records. El material cuenta con invitados especiales como la holandesa Anneke van Giersbergen (Agua De Annique, ex-The Gathering) en la canción What Could Have Been; la violinista Rachel Barton Pine (Earthen Grave) en What Could Have Been y The Dark Host. Dan Swanö, quien mezcló el CD, aparece en el tema Of Age And Origin, aportando su talento vocal.
Aphotic Tracklist
01. The Dark Host
02. Harvest Scythe
03. Buried
04. What Could Have Been
05. Of Age and Origin – Part 1: A Violent Day
06. Of Age and Origin – Part 2: A Day of Joy
07. Six Sides
08. Shadow Play
Novembers Doom ya se encuentra en el estudio grabando su nuevo álbum sucesor al maléfico y melancólico Into Night's Requiem Infernal, como así lo deja ver el clip de más aldelante. El próximo LP de los de Chicago, Illinois, se pondrá a la venta a través de The End Records.
El material será el octavo larga duración de estudio en su carrera que debutó con Amid Its Hallowed Mirth de 1995.
La banda de Chicago Novembers Doom, exhibe en su nombre el estigma del estilo que han abanderado; efectivamente, en el género del doomdeath, el grupo liderado por el vocalista Paul Kuhr lleva alrededor de dos décadas abriéndose camino por la fuerza en un terreno dominado principalmente por los europeos.
Desde su formación, Novembers Doom no ha podido conservar la misma alineación durante dos álbumes consecutivos, siendo Kuhr el único miembro original; sin embargo, uno a uno, ha ido encontrando integrantes de primer nivel que han llevado a la agrupación a un siguiente peldaño, dejando atrás buena parte del estilo lento y denso clásico del doom, así como las voces femeninas que normalmente acompañan al subgénero, para ir forjando un estilo propio, desarrollado notablemente a raíz de la conjunción de los guitarristas Vito Marchese y Larry Roberts en The Pale Haunt Departure de 2005 y consolidado en The Novella Reservoir de 2007. Con esta dupla, el conjunto salió ganando en términos de composición y vitalidad, sin perder el toque de honda decadencia gótica que imprimen las letras de Kuhr y que arrastran las emociones del escucha hacia el mismo infierno, justo desde donde se asoma Into Night’s Requiem Infernal —que junto con los dos discos anteriores conforma precisamente la trilogía que la banda ha realizado para The End Records.
El lanzamiento del séptimo disco de Novembers Doom, aconteció el séptimo día del séptimo mes de 2009. La producción es realizada por el bajista Chris Wisco, quien arribara en 2007 y que constituye otra de las grandes inclusiones en el grupo; no obstante, en el proceso de grabación la cereza en el pastel fue agregada con la mezcla del prolífico sueco Dan Swanö —multi instrumentista fundador de bandas como Edge of Sanity, Pan.Thy.Monium y Bloodbath—, quién además de su gran experiencia, viene a evidenciar el interés de Novembers Doom por el sonido de las agrupaciones europeas. El resultado son ocho canciones de manufactura agresiva pero con una especial atención en la melodía, apoyadas en cambios de voces contrastantes, y pasajes instrumentales de gran imaginación; un buen ejemplo de esto es A Eulogy for the Living Lost, tema en el que las partes con voces limpias están acompañadas de guitarras eléctricas y las guturales de guitarras acústicas, gracias a lo cual la energía se mantiene siempre constante. Anímicamente, los dos extremos de la amplia gama de sonidos que integran Into Night’s Requiem Infernal se localizan, en su lado más agresivo, en la violenta pieza titular, de amenazante ambiente death, ensombrecida por nubes negras que devoran la luz mientras la lluvia encubre el olor a muerte, mientras que el momento más inalterable es la melancólica The Fifth Day of March, acerca de un amor perdido —seguramente algún cinco de marzo— y que, simbólicamente, es la única letra impresa sobre fondo blanco en el libreto. Destacan también los arreglos instrumentales de Empathy’s Greed, que la transforman de acústica a sinfónica y viceversa, a lo largo de sus seis minutos de duración.
Si bien Into Night’s Requiem Infernal pretende mostrarnos la podredumbre que nos rodea y lo malo que tiene el ser humano, existe un cierto anhelo de reconciliación, paradoja que conceptualmente se emparenta con los contrastes musicales, exaltados por sus memorables estribillos. Parece que Novembers Doom ha encontrado su punto de equilibrio, esperemos que a pesar de localizarse en el otoñal mes que anuncia el final, aún tengan mucho que ofrecer.