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Force Fest, hacia la recta final

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Por Miguel A. Cuéllar.

El próximo 6 y 7 de de octubre de 2018 tendrá lugar el Force Fest, el festival metalero que se perfila para hacer historia en la memoria de los conciertos en México. El cartel es tan impresionante que de inmediato se piensa que ya no es necesario viajar a Europa para escuchar en un mismo lugar y en un mismo fin de semana a bandas que son una leyenda del género.

El valle de Teotihuacán será el campo de batalla donde se batirán bandas como Slayer, Anthrax, Sistem of a Down, Rob Zombie, Alice in Chains, Stone Temple Pilots, Danzig, Carcass, Pestilence, Testament, Exodus, Bush, Devil driver, Daron Malakian and Scars on Brodway, Steel Panther, Dokken, Dark Funeral, Sacred Reich, Phill Anselmo and  the Illegals, Testament, Millencolin, The Used y más de una decena de bandas más que incluyen a las agrupaciones mexicanas consagradas y nuevas revelaciones como Transmetal, Strike Master, Garrobos, Luzbel, Leprosi, Kenny y los Eléctricos (sí, leyó usted bien: Kenny), Black Overdrive. Se trata de un cartel que reúne los más diversos estilos y generaciones del metal.

Algunos boletos están disponibles; hay bono para los dos días del festival aquí :

https://forcemetalfest.com/boletos/

También habrá área acampada y lockers para guardar objetos de valor. Será una experiencia mística poder acampar teniendo cerca los vestigios prehispánicos de Teotihuacán, el lugar de los dioses. También habrá área de estacionamiento para autos y motocicletas. El festival tendrá su cede en el Campo de Golf Teotihuacán a 40 minutos del la Ciudad de México por la carretera a Teotihuacán.

Es recomendable que entres  la página del evento para que te enteres de las restricciones para el ingreso a la cede y no padezcas contratiempos. Recuérdalo, este festival memorable y devastador será el 6 y 7 de octubre de 2018.

Millencolin: Skate-Punk, 15 años después

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Jueves 9 de Diciembre
VD+
México D.F.
Por Joze "Zeta" Arizaleta (twitter.com/arizaleta)

Fotos: Manuel García Melgar (twitter.com/kopke)

Muchas gorras y playeras de NOFX por todas partes, puestos venden parches de los Misfits y stickers de Millencolin, hemos llegado. El VD+ está ubicado en el lugar ideal para este tipo de conciertos. Vemos llegar a lo mas distinguido: chicas punk acompañadas de piltrafas humanas, gente disfrazada con el peor de los gustos. Estilo punk rock. La cerveza (50 pesos) comienza a fluir, las personas se saludan, estamos aquí.

El lugar tiene un tamaño ideal. Vemos la memorabilia oficial que trae A Wilhelm Scream, de Bedford, Massachusetts, banda que abre. Sus camisetas son terribles, grotescas, horripilantes. Me gustan, dan miedo… como una pesadilla de ácido lisérgico. Me pregunto que significa su nombre: A Wilhelm Scream.

A esperar… Vemos un puesto de CDs de una disquera de Ensenada, les pido una tarjeta, pero no tienen, y yo olvido su nombre. Ahora me acerco a otro puesto de discos, musica extraña que jamás he escuchado, no pido tarjeta…

Por fin sale Tungas con una propuesta interesante que nunca había visto. Potente punk que parece metal. El vocalista tiene una gran presencia (100 kilos o más) hacen lo suyo, y muy bien, ira juvenil, no los culpo, el mundo es una mierda.

Luego sale Gula, haciendo una demostracion de su experiencia y gracia para moverse en el escenario, el vocalista se mueve con estilo y se contorsiona de mil maneras. Su sonido es de una calidad superior, muy limpio y muy potente con explosiones a cada instante. Se la saben.

Por fin dejan el escenario, es hora de A Wilhelm Scream. De un pueblo pequeño del norte de la costa Este de los Estados Unidos, tienen varios seguidores que vinieron a verlos sólo a ellos. De pronto, una ráfaga de sonido rebanó mi mente, jamas habia visto a una agrupación así, velocidad y poder total. De apariencia descuidada y ecléctica, con movimientos en el escenario radiales, esta banda me cautivó. El vocalista, con barbas y jersey del 33 de los Celtics de Boston, se avienta al escenario, el guitarrista, flaco de pelo largo rubio vestido con bermudas, rockea con todo, sube la pata al ampli, brinca al estilo punk y se conduce como si estuviera sufriendo un electroshock. Es increible. El bajista, parece tener no más de 23 años, con pinta de nerd, camisa blanca con una calavera negra… sólo toca y toca sin parar, usa bermudas también. El vocalista, muy amigable y feliz por venir a México, parece un predicador rastafario extremo basquetbolista… Una bella persona. Salen del escenario, no sin antes, echar un brinco "stage dive" y prendiendo a la gente al extremo que en su afán por subir al escenario (volado), arranca el letrero de "Salida de Emergencia", su concierto concluye con anormalidad.

Silencio, espera de 30 minutos. Hora de enervantes…

Sale Millencolin, suena No Cigar, todo el disco de Pennybridge Pioneers. Saludan, nos confiesan que están encantados de estar aquí, y que desde niños soñaban con visitar la Ciudad más grande del mundo. No saben muy bien que esperar, no saben si el público entiende inglés, seguro que no entiende sueco… Siguen tocando, mas rock. "You are so nice!" dicen. Más música pero cada vez más rápido y más melódico. Comentan que tomaron varios aviones para llegar ahí esa noche y que aman la comida mexicana, mencionan varios tipos de chile… "¡Chipotle!" Siguen tocando, se sube un espontaneo colado al escenario… lo taclean y lo sacan, otro mas y otro, hay un agujero en la barrera de seguridad, bajan a los dos pero se sube otro más, para entonces, Millencolin solo sonríen y siguen tocando con cara que, "No puedo creer mis ojos." . Siguen tocando, el bajista pide que todos den vuelta tipo 'moshpit torbellino', la gente accede, dan vueltas, Millencolin está feliz, estan ahí, lo lograron más de 15 anos despues.

Tocan una más y se despiden, se van uno a uno y al final se queda solo el baterista pero la guitarra sigue sonando, el guitarrista se lleva su instrumento detrás del escenario y sigue tocando, o eso parece sonar, el baterista sigue tocando solo en el escenario, toca con una mano, pero el sonido de la bateria lo desborda. No parece real que toque todo eso con una sola mano… Se para, se va, la bateria sigue sonando… extraño, como ver el video de In Bloom de Nirvana en vivo, parecía que estaban aplicando la de Milli Vanilli, el viejo truco del playback.

Silencio.

La gente comienza a gritar: OE OE OE OE… MILLEN–COLIN… OE OE OE OE… MILLEN–COLIN… OE OE OE OE MILLEN–COLLIN… OE OE OE OE. Salen de pronto y dicen: "¿Quién quiere escuchar unas canciones viejas?" Yo grito y aplaudo, por fin tocaran sus origenes, su sonido skate-punk del '95 que será para mí y otros historiadores, la época de oro del skate punk melódico californiano, aunque ellos sean de Orebro, Suecia. Tocan los clásicos, las canciones que recuerdan mejores tiempos cuando el futuro estaba por delante y éramos jovenes sin preocupaciones. 

El resto del concierto son puro exito del punk-o-rama de Epitaph, sencillos super exitosos, melodías alegres y efectivas a toda velocidad. El sonido que los hace únicos. Muy difícil de explicar. Si te lo perdiste, lástima, mejor suicidate. Es broma.

Gracias a Smyrna Ochoa por el acceso de prensa, así como a todo el equipo de Eyescream y Bam Bam.

Millencolin: Comix y Skate

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Desde el frío norte de la rica y socialmente justa Suecia, con las mujeres mas hermosas, donde el hielo dificulta la patineta y todos viven bien, menos por la falta de calor y el hielo en la calle. En Örebro, su pueblo natal, tiene que ser difícil ser punk, no creo que haya una escena local de hardcore melódico ni suficiente rabia juvenil… Por eso los admiro, por su doble esfuerzo, al lograr destacar lejos del epicentro del sonido al que pertenecen. Entiendo que pasan temporadas en California, donde me imagino, vivirán cuando viven en su hogar lejos del hogar.

Por José "Zeta" Arizaleta
Twitter: @arizaleta