Por Samuel Segura
Funeral Whore
Step Into Damnation
Chaos Records
Los gritos de una mujer desesperada, a punto de morir, se escuchan. Es el ruido que causa el terror que proviene de aquella garganta. ¿Será un monstruo? ¿Un cuchillo a punto de degollarla? Lo que sea no lo sabremos, porque entonces los rasgueos comienzan. Al estilo de aquella banda llamada Mortician. Sin embargo, la voz, el tempo, son distintos. Pero sí suena a banda deathmetalera de los noventa. Gabacha, pero con aires de Europa. Es la producción, la estructura de las canciones, las que poseen esa maldad tácita que permea cada riff, que se acrecienta con esas introducciones acompañadas por fragmentos de películas de horror. Todos los elementos están ahí, como si se tratara de una receta. Como si alguien la hubiera escrito con el vómito de algún zombie que se arrastraba por las calles de cualquier parte. ¿Quién? Tampoco lo sabremos. Chance el diablo. Lo único escrito es que Funeral Whore nacieron en 2006 y que este, su primer larga duración, salió a través del
sello mexicano Chaos Records. Es decir que, al oído más fino, al más martilleado por Pestilence —compatriotas de los creadores de este Step Into Damnation—, habría omitido eso. Y habría pensado que este disco es verdaderamente un producto de aquella década. Pero que no lo sea no le resta personalidad, ejecución sabrosa de ritmos thráshicos-punketos, feeling y amor por el género. Méritos, como dicen. Ojo. El pedo es, y no hay por qué buscarle más, que este disco ya se hizo antes. Por otras bandas que también siguieron los mandamientos del death metal.


Escuché por error de atrás para adelante el nuevo disco de
sientes la música, cierras los ojos y ya estás en aquel paraje en donde nadie habita. En el que estás solo tú y el camino. Tú, guiado por el tempo que va despacio al inicio y que a veces acelera, como una turbulencia, como un momento de ira. Tú, totalmente libre y a su vez a merced de lo que la música dicte, de lo que se aparezca de frente, que es impredecible. Tú, escuchando claramente cada palabra pronunciada, piensas, por dos voces o tres, que te hablan como si supieran todo de ti. Pero es un solo hombre, Jacobo Córdova, quien creó toda la música en algún lugar de Querétaro. Eso me hizo pensar en aquello de que la desolación es universal.

Chaos Records
