Martes 21 de Junio 2011
Palacio de los Deportes
México D.F.
Por Sergio Alvite
Fotos: Toni Francois
Slayer magnificó el título que su nombre ha procreado a lo largo de todo este tiempo a través del concierto que ofrecieron anoche en el Palacio de los Deportes de la Ciudad de México.
Aunque este territorio los ha visto en pocas ocasiones, cada vez que riegan su pólvora sobre nosotros, dinamitan más la intensidad y abolengo que poseen. El día de ayer no fue la excepción aún sin Jeff Hanneman al frente, pero sí con un refuerzo de lujo, Gary Holt de Exodus.
Siempre cada recinto lleno luce más, y aunque este no ofreció la venta total de sus localidades, si logró la máxima en cuanto a la que se usó, que fue la de pista que dejó más libertad y movimiento al unísono de los himnos de Slayer para los miles que volvieron a vivir a esta legendaria banda, y de igual manera para quienes los vieron por vez primera.
La velada empezó pocos minutos antes de lo establecido, y de verdad agradezco que haya sido inaugurada por los regiomontanos Avatar, cuya experiencia la pusieron en práctica no sólo con arsenal auditivo, sino también por la presencia, personalidad y carisma con el que afrontaron el compromiso. Sus composiciones sonaron intactas, aunque el sonido no ayudó mucho al inicio. Los amantes del doom y death enlistaron tracks de su más reciente producción inédita, Icons (2009), así como un cover a Venom, Witching Hour.
Con la cita cumplida, Avatar se llevó ovación y dejó el escenario encendido para la tormenta roja que pintaría al domo de cobre.
La marea comenzó entonces con la canción abridora de World Painted Blood (2009) que también da nombre al LP, seguido de Hate Worldwide y una completa explosividad de velocidad y sudor para adentrarse en clásicos con indomable sonido como War Ensemble y avanzando en el recorrer con Disciple o Dead Skin Mask. Cada entonación de Tom Araya fue con total entrega a la voz y bajo, pero ya sin agitar la cabeza como antes por los problemas de espalda que ha padecido al paso de los años. Por otro lado, Kerry King siempre se vió discreto, fiel a como se le ha conocido en el entarimado. Dave Lombardo es impecable, cada redoble y remate fue limpio; y por último pero sí, no menos importante, Gary Holt, quien recibe una oportunidad de oro por mantenerse en el mismo ámbito pero a una potencia hiper elevada por interpretar la música de Slayer, fue el que más se movió a lo largo del escenario y con una guitarra flying V aparentemente salpicada de sangre; todo un marco perfecto para la ideología comercial que el cuarteto siembra desde los 80.
Araya, gracias a sus raíces chilenas, se dirigió al público en español entre algunas de las canciones para elevar la eficiencia de la noche al instante en que un gran escudo y el logo de Slayer irrumpían a las espaldas de los músicos. Las luces fueron un arma extra para engrandecer las entonaciones moviéndose y cambiando de acuerdo a los sangrientos riffs de King y mastodónticos golpes de Lombardo.
El tiempo parecía no transcurrir pues descarga tras descarga se manifestaron con puños en lo alto y cabelleras volando por doquier, síntomas que simbolizan a un show de esta fuerza inmortal del thrash metal.
Conforme se dibujaba el climax, Seasons In The Abyss y South Of Heaven fueron sus protagonistas, para dar gran final con Raining Blood, Black Magic y Angel Of Death, esta última de su triunfante Reign In Blood.
Slayer así cumplió con una avalancha carmesí; no dudo que alguien haya salido insatisfecho, pero si así fue puede dar fe de que la banda, a pesar de los años, lesiones y rumores de un pronto adiós, reencarnó su holgura en la Ciudad de México.
SETLIST
World Painted Blood
Hate Worldwide
War Ensemble
Postmortem
Temptation
Dittohead
Stain Of Mind
Disciple
Bloodline
Dead Skin Mask
Hallowed Point
The Antichrist
Americon
Payback
Mandatory Suicide
Chemical Warfare
Ghosts Of War
Seasons In The Abyss
Snuff
South Of Heaven
Raining Blood
Black Magic
Angel Of Death