Por Antonymous Ayala
Immortal
All Shall Fall
Nuclear Blast
El álbum All Shall Fall de Immortal, un evento esperado por las hordas devotas al black metal. Desde el 2003 en que anunciaron su separación, la esperanza nunca se apagó, pasaron un par de años hasta que el Wacken Open Air de 2007 los anunció como cabeza de su impresionante cartel, siendo la banda que en esa ocasión utilizó más equipo de audio para reventar la noche ante una audiencia de varias decenas de miles de fans.
Después de tan exitosa presentación en Alemania era evidente que el trío de bestias noruegas conformado por Abbath (voz, guitarra), Apollyon (bajo) y Horgh (batería), trabajaran en un nuevo CD.
2009 y el otoño de septiembre fueron elegidos para editar All Shall Fall y de la mano del productor Peter Tägtgren (Hypocrisy, Pain) eligieron siete cortes para el regreso tan esperado de esta leyenda en el mundo del metal extremo, con un sonido pulido y claro.
Son íconos, no hay duda, conservan aún el maquillaje, vestimenta, armas y esa postura bestial que los caracterizó desde sus inicios, hace casi dos décadas. Immortal no es una etiqueta como señalan sus detractores, es una marca dentro del black metal, con características propias e inconfundibles tanto en su espectáculo de explosivos, vómito de fuegos, presencia y gruñidos aguardientosos que los distingue.
Frialdad, es algo que se transmite desde la portada, el arte interior y principalmente la música, eso evoca el álbum desde la introducción ambiental que se interrumpe por la entrada de los primeros acordes en la primera rola. Una concatenación perfecta a su anterior álbum Sons of Northern Darkness (2002) con un ritmo veloz, machacante y el compás cuadrado. Acompañados por la batería contundente y marcada al tiempo que se recitan los versos bélicos escritos por Demonaz, el miembro oculto de la banda, que a pesar de su incapacidad física, aún continúa aportando su creatividad en la lírica de todas las canciones del disco, dando testimonio de su devoción a la luna, las montañas, la muerte y la guerra, los particulares jinetes del apocalipsis para Immortal, en rolas como All Shall Fall, The Rise of Darkness y Arctic Swarm.
La rabia del black metal noruego, del que no pueden desligarse por completo se escucha en Hordes to War, un corte agresivo e intenso de principio a fin, sin piedad alguna… “chaos and fire to defeaning sounds”. El lado épico, de himnos portentosos se puede distinguir en Norden on Fire o Mount North, con esos pasajes más lentos sin perder ese tono de oscuridad que los caracteriza. El artista noruego Are Mundal aporta el intro sinfónico, un breve pasaje ambiental congelado para Unearthly Kingdom, el cierre del álbum, que antes del minuto se enturbia con uno de los riffs más gloriosos del disco, siendo la pieza más extensa y catatónica.
Un álbum que carece de brillantez técnica o de composiciones enredadas. Es simple, crudo pero directo como un escopetazo en la frente. Sin temor o duda, se merece un lugar en toda colección, como una de las mejores obras del 2009. Immortal no se reinventa, hace lo que sabe hacer y lo hace a toda madre.