Por Samuel Segura
Iced Earth
Dystopia
Century Media
Cuidado. Dystopia te tomará del cuello y comenzará a apretarlo. No va a soltarte hasta que te pongas frío y estés al borde de la muerte (Days of Rage). En tu agonía te dará tiempo, en el que podrás respirar y revalorar la vida (End of Innocence) y resignarte a perderla.
El panorama irá a peor. Lo único que podrás ver será oscuridad y caos (Anguish of Youth, Dark City). Intentarás escapar, querrás irte corriendo en búsqueda de un lugar más cómodo. Pero será inútil. Ese es el mundo en el que estás y, lo que puedas esperar de él importa poco. Por más que quieras cambiarlo y por más que luches, no serás más fuerte que él.
La nueva voz de Iced Earth, Stuart Block (Into Eternity), y la música de Jon Schaffer, dibujarán en tu cabeza los escenarios de un mundo imposible (Dystopia). Tan imposible que, por momentos, se asemejará mucho a nuestra realidad (End of Innocence). Ésa en la que escuchamos los pasajes power metaleros de la banda. Himnos de rebelión que gritan el fin de la vida y la incertidumbre de lo que se avecina, que te invitarán a imaginar y a pensar que ojalá en la realidad todo fuera distinto (Anthem).
Así, el pasado lucirá acogedor. No será historia, será el anhelo de un lugar habitable. Permanecerá en tu recuerdo, pero se hará pedazos de un golpe (Boiling Point). Rogarás porque el destino sea verdadero, para que te conduzca a lo que habías forjado durante tu vida: un futuro apacible, donde puedas reír y amar.
Hay algo en los hombres que los hace conservar la esperanza—aunque se encuentre sepultada por ellos mismos— ante la adversidad (Tragedy & Triumph). Porque lucharás otra vez, contracorriente, convencido de que, si no lo haces, será inevitable el colapso. No de lo que está a tu alrededor, no. Sino de ti mismo.
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