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Kamelot y la corte del Rey Youngblood

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Jueves 14 de Abril 2011
Circo Volador
México D.F.
Por Juanito el del Demo
Fotos: Germán García

Nunca conoceremos el Camelot del Rey Arturo en Inglaterra, pero el pasado jueves pudimos ver en la Ciudad de México a la agrupación de Florida llamada Kamelot, comandada por el veterano guitarrista Thomas Youngblood, único integrante original del quinteto que se encuentra de gira promocionando su noveno álbum de estudio, titulado Poetry for the Poisoned, cuya portada fue colocada en el fondo del recinto, para adornar un escenario sencillo, pero estético. Como ya se sabe, a fechas recientes de la gira, el vocalista Roy Khan ha sido reemplazado por su colega Fabio Leone (Rhapsody, Labyrinth), quien gracias a su experiencia y gran voz, dejó un grato sabor de boca —o mejor dicho, de oído— con su interpretación a temas como Forever o la imponente Necropolis, un tema deslumbrante incluido en el lanzamiento más reciente del conjunto.
 
El power metal como estilo, implica una saludable dosis de virtuosismo por parte de sus integrantes —más aún si conlleva tendencias progresivas—, por lo mismo, en medio de tanto talento, resulta en especial notable la destacada interpretación del baterista Casey Grillo, quien con sus malabarismos fue en gran parte responsable de llevar el peso de varias canciones, como la exótica Nights of Arabia o la incansable  —y, por supuesto, era de esperarse que se luciría en un solo personal, con todo y sombrero charro—; pero más allá de los integrantes oficiales de la banda, la gran cereza roja y hermosa en el pastel, se presentó en la persona de la semi-diosa Simone Simons (Epica), quien con su deslumbrante belleza y preciosa voz se adueñó del escenario con soltura y seguridad durante sus intervenciones, ante un público que la idolatra más allá de toda cordura. La cantante de la inconfundible cabellera roja se encargó de interpretar sola Don't You Cry.
 
En una de sus últimas intervenciones, Fabio Leone comentó: "Ésta es una noche muy especial, pues se trata de la última fecha de nuestra gira sudamericana…" ?!  (por supuesto, no se puede culpar a nadie por ser ignorante, aunque no le vendrían mal unas clases de geografía a este cantante asiático — N.d.A.); errores académicos aparte, hay que reconocer que esta y otras declaraciones fueron hechas en español, en un intento de la banda por acercarse a su audiencia hispana.
 
Por último, hay que comentar que un gran porcentaje del público estaba conformado por mujeres —aproximadamente un 40%—, una situación poco frecuente en los conciertos de metal, pero que demuestra que cada vez más integrantes del sector femenino muestran genuino interés por el rock y sus diversas corrientes (aunque no faltó la insensible que se puso a jugar Angry Birds en el teléfono del novio hacia el final del evento). Al final, todo resultó una velada agradable, en la que el público mexicano se portó bien y la agrupación aún mejor.
 
SETLIST
01. Rule the World
02. Ghost Opera
03. The Great Pandemonium
04. The Human Stain
05. Center of the Universe
06. Descent of the Archangel
07. A Sailorman's Hymn
08. When the Lights are Down
09. Soul Society
10. Nights of Arabia
11. Solo de teclados
12. Hunter's Season
13. EdenEcho
14. Necropolis
15. The Haunting (Somewhere in Time)
16: Solo de batería
17. Forever
 ENCORE
18. Solo de bajo
19. Karma
20. Don't You Cry
21. March of Mephisto

Iron Maiden: Sobre Fronteras y Distancias

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Iron Maiden regresa a México y bajo el brazo su más reciente álbum, The Final Frontier (leer reseña), material editado en 2010 que muchos auguran será su último larga duración. La incógnita sigue en el aire, pero antes de ello la leyenda del heavy metal, pisará otra vez nuestras tierras en lo que será la mezcla de la vieja guardia con la ola de nuevas generaciones que hoy claman a estos británicos, en busca de escuchar himnos que vienen arraigándo magnificencia desde los 80 hasta el fin de la primera década del Siglo XXI.

The Final Frontier, uno de Los 35 Mejores Discos del 2010 según S&D, desembocó en otro tour milenario y en horas seremos testigos de el.

Janick Gers, guitarrista de muchos años de esta agrupación, habló con Juan Martínez (Juanito el del Demo) sobre lo que hay en el horizonte para esta eminencia del heavy.

Por Juanito el del Demo

Search & Destroy: Janick, que gusto, ¿dónde estás en este momento?

Janick Gers: Estamos en Melbourne, tenemos un concierto por la noche, llegamos anteayer luego de haber tocado en Bali, Indonesia.

Search & Destroy: Janick es un nombre extraño, ¿de dónde es?

Janick Gers: No es inglés, y de hecho, tampoco es francés, como mucha gente piensa, es polaco; después de que los rusos tomaron Polonia, muchos emigraron a Gran Bretaña, ese fue el caso de mi papá.

Search & Destroy: Has venido seis veces anteriores con Maiden, ¿cuál es tu experiencia?

Janick Gers: Siempre disfruto ir a México, la gente es fantástica y tenemos una reacción increíble por parte de la audiencia; independientemente de los conciertos, me encanta su cultura, disfruto mucho salir y visitar lugares como las pirámides, o los museos, amo la cultura mexicana y me gusta conocer acerca de su historia. Estar de gira nos acerca a los países, cada lugar en el que tocamos tiene un estilo diferente de arquitectura y un encanto especial, y todo esto afecta a nuestra música, porque nos afecta como personas.

Search & Destroy: Has estado en Maiden más de 20 años, ¿cuál es tu principal función como compositor en las canciones en las que te involucras?

Janick Gers: Bueno, la cuestión de las letras se debe principalmente a Bruce y a Steve; yo escribía letras para una banda en la que estuve, llamada White Spirit, pero dejé de hacerlo porque para escribir letras necesitas abrirte como persona y me di cuenta que eso no me gusta, lo encuentro muy difícil, así que ahora me dedico a componer las melodías y la música; para 'The Final Frontier' todos participamos muy activamente, llegamos con toneladas de ideas y material, y escogimos lo que creímos que funcionaría mejor, así que lo que escuchas es sólo una pequeña fracción de todo eso.

Search & Destroy: Has estado en varias bandas durante tu carrera, ¿por qué permanecer en Maiden?

Janick Gers: Como te decía, estuve con White Spirit y también trabajé con Gillan, entre otros proyectos, pero esta banda tiene algo que transmite una gran musicalidad; cada uno de los guitarristas podría ser el guitarrista principal de cualquier banda en el mundo; cuando estuve con Gillan yo era el único guitarrista, pero Adrian o Dave podrían haberlo sido también, sin embargo, al estar juntos, logramos que esta banda suene mejor, pues cada uno de nosotros tiene un estilo completamente diferente; además tenemos en Bruce a uno de los mejores cantantes y figuras sobre el escenario en el mundo -he sido fan de él por años, no sólo por su voz, sino por su presencia-, y en la sección rítmica, el bajo de Steve Harris es el pulso, el corazón, y Nicko McBrain es de los mejores bateristas que existen, sin él nada sería igual, en verdad Iron Maiden es la suma de sus partes, hay un talento inigualable en los instrumentos; además nos llevamos muy bien y después de haber estado juntos tantos años en tantas giras, nos conocemos aún mejor; independientemente de la música, es una banda con mucha vida, y nuestras presentaciones lo reflejan, es de los mejores espectáculos en la Tierra, pocas cosas hay que se puedan comparar a la extravagancia y la emoción de un concierto de Iron Maiden, y yo lo disfruto enormemente, aún después de tantos años como músico.

Search & Destroy: Platícame de las relaciones personales entre ustedes, ¿pasan tiempo juntos cuando no están de gira? ¿sus familias se ven?

Janick Gers: En realidad, todos vivimos en diferentes partes del mundo; Dave vive en Hawaii, Steve en Bahamas, Nicko en Florida, Adrian tiene su casa en Los Angeles, Bruce vive en Londres, y yo vivo en el norte de Inglaterra, así que no nos vemos entre giras, en las que, de hecho, pasamos bastante tiempo juntos: esta gira empezó en junio de 2010, tuvimos veinticinco fechas en Estados Unidos, de ahí a festivales europeos en agosto, nos tomamos un tiempo y acabamos de reanudar para ir a Rusia, Indonesia, Australia, Corea, Japón, México, Brasil, Argentina y terminamos en Florida, para de ahí regresar a Europa y pasar por todos los países -incluyendo Escandinavia-, y terminar en agosto en la Arena O2 de Inglaterra. Después de cien presentaciones ante más de dos millones de fans de Maiden, necesitamos tomarnos un descanso de nosotros mismos (risas), para recargar baterías, así que para contestar a tu pregunta, no nos vemos cuando no estamos tocando.

Search & Destroy: Ha habido rumores de que Iron Maiden está a punto de retirarse, ¿qué me dices tú? ¿cuánto tiempo le queda de vida a Iron Maiden?

Janick Gers: ¿Quién sabe? Yo siempre toco en cada presentación como si fuera a ser la última, doy todo lo que tengo en cada concierto, nunca sabes, quizás al terminar esta gira digamos "ya estuvo bueno, paremos ahora", no puedes saberlo. Me encantaría pensar que nos juntaremos el próximo año para hacer algo nuevo, pero ahora lo que debemos hacer es terminar esta gira y tomarnos un tiempo libre y ver qué pasa, así funciona.

Search & Destroy: Iron Maiden ha influido a docenas de bandas, pero a tí en lo personal ¿qué música te gusta escuchar?

Janick Gers: Bueno, escucho muchas, muchas cosas, desde Django Reinhardt hasta Jeff Beck, escucho mucho jazz, también a Paul Weller, Nick Drake, Louis Armstrong, aún amo a los Beatles, hicieron música increíble, soy muy abierto, escucho cualquier cosa que pueda parecerme interesante.

Tarja: Finlandia ama a Latinoamérica

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Viernes 4 de Marzo 2011
Circo Volador
México D.F.
Por Juanito el del Demo
Fotos: Germán García

Tarja Turunen ha logrado construir una carrera solista bastante sólida: a su salida de Nightwish, se planteaba una incógnita enorme, tanto para el futuro de la agrupación finlandesa, como para el de la misma Tarja; afortunadamente, en el caso de la cantante, ha sabido rodearse de excelentes músicos y reconquistar a gran parte de sus antiguos seguidores. Es cierto que no se ha despojado del todo de la sombra de Nightwish, pero eso es algo que ni los fans, ni ella misma desean, ya que, en sus propias palabras, es una época que siempre le traerá buenos recuerdos. Y de esta manera, con una buena discografía bajo el brazo y una voz única, arranca en México su gira Latinoamericana, en la que promueve principalmente su más reciente producción discográfica: What Lies Beneath (leer reseña).
 
Mucho de la presencia de Tarja sobre el escenario permanece vigente: como siempre ha sido su costumbre, realizó varios cambios de vestuario durante el espectáculo, y su voz de soprano continua siendo la mayor atracción; no obstante, mucho ha cambiado en su actitud: a diferencia de la diva inalcanzable de presencia majestuosa que encabezaba a su anterior banda, se le ve mucho más sencilla, platicando más con la audiencia (en un español impecable), y en general se le nota más suelta, bailando, sonriendo, haciendo bromas o comentarios emotivos, sin la presión de representar a un grupo solemne y pretencioso, sino únicamente de pasar una buena velada con sus fans; bajo esta nueva cara sin poses artificiales, hubo varios momentos memorables, como cuando hacia el final del concierto realizó un pequeño set acústico y se sentó detrás de un pequeño piano, como una integrante más de la banda (algo impensable en Nightwish, con Tuomas Holopainen), o en In for a Kill, en la que descendió del escenario para pasearse entre los asistentes de las filas delanteras. En el encore, durante la interpretación de Where were You Last Night —cover grabado originalmente en 2004 durante las sesiones del Once—, se permitió, de manera irreverente y desenfadada, incluir los coros de un par de temas ochenteros: Heaven is a Place on Earth de Belinda Carlisle y Living On A Prayer de Bon Jovi. Los integrantes de su banda también tuvieron oportunidad de lucirse, en especial el legendario baterista Mike Terrana, quien interpretó un tremendo solo al ritmo de la Obertura de Guillermo Tell de Rossini. En resumen, una velada íntima y memorable, que alcanzó un clímax de emotividad sin precedentes cuando Tarja se dirigió al público con estas palabras: "Yo creo que la buena música no tiene fronteras ni de lenguaje, ni de países, ni de estilos; le quiero dedicar este tema a un colega que no está pasando un buen momento: para Gustavo", y dicho esto, interpretó Signos, del gran genio sudamericano, con lo que marcó un hito insólito en lo que respecta a la cálida relación entre las bandas nórdicas y los países latinoamericanos.
 
Con esta presentación, Tarja vino a confirmar que aún tiene una gran carrera por delante y, que de mantener esa actitud sencilla y modesta, todo tendrá siempre un mejor sabor, para ella y para sus seguidores.
 
SETLIST
01. If You Believe (Intro Instrumental)
02. Dark Star
03. My Little Phoenix
04. The Crying Moon
05. I Walk Alone
06. Falling Awake
07. Signos (cover a Soda Stereo)
08. Solo de batería de Mike Terrana (incluye la Obertura de Guillermo Tell)
09. Little Lies
10. Underneath
11. Stargazers (cover a Nightwish)
 
Set Acústico:
12. Higher Than Hope (cover a Nightwish)
13. We Are
14. Minor Heaven
15. The Archive of Lost Dreams
 
16. Ciarán's Well
17. In for a Kill
 
ENCORE
18. Where Were You Last Night (cover a Ankie Bagger), con Heaven is a Place on Earth y Living On A Prayer
19. Die Alive
20. Until My Last Breath

ENCORE 2

21. Wishmaster (cover a Nightwish)
22. Naiad (Salida Instrumental)

Haggard: Asis y sus catorce músicos en escena

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Sábado 19 de Febrero 2011
Circo Volador
México D.F.
Por Juanito el del Demo
Fotos: Germán García

Haggard ha mantenido una relación idílica con México desde su visita en febrero de 2001 al Teatro Ferrocarrilero, fecha en que fue grabado su primer álbum en vivo Awaking the Gods. En esta ocasión, Asis Nasseri regresa con un ensamblado de catorce músicos -incluyéndolo a él- en una extensión de la gira de su álbum Tales of Ithiria, aunque, de manera visible, el álbum dominante -por lo menos para el público mexicano-, continúa siendo Awaking the Centuries, del que interpretaron cinco temas en su peculiar fusión de death metal y música de cámara medieval. Como era de esperarse, el público les ofreció un gran recibimiento, y entre canciones podía verse a los integrantes de la catorcena de músicos con una amplia sonrisa dibujada en sus rostros; son muchos los grupos que se han presentado en nuestra Ciudad de México, y la mayoría lo hace de manera impecable en la cuestión musical, pero la gran calidad humana de Asis Nasseri, su carisma, su sencillez y sus muestras de gratitud, lo han convertido en uno de los consentidos para nuestros paisanos. Muestras de ello fueron las dedicatorias que ofreció a la gente que los ha apoyado; Heavenly Damnation y The Final Victory las dedicó a las personas de la empresa organizadora, Dilemma; también dedicó un tema a sus fans, y la pieza con la que cerraron su presentación, Awaking the Centuries, la dedicó al camarógrafo encargado de registrar el concierto en vídeo.

Por otro lado, se dirigió al público para decir que al finalizar el concierto permanecerían un rato en las instalaciones para firmar autógrafos y sacarse fotos, y que cuando el lugar cerrara, se vería con el resto de la gente afuera del Circo Volador. Finalmente, en el encore, después de presentar a los músicos, los que tocaban instrumentos de cuerda y de viento se encargaron de interpretar respetuosa y adecuadamente el Himno Nacional Mexicano, un homenaje bastante inusual, pero que al ser escuchado causó escalofríos a cualquiera que tuviera gotitas verdes y blancas en su sangre. La gente aceptó el regalo y se encargó de corear emotivamente sus conocidas estrofas: "Mexicanos al grito de guerra"; a pesar de ser algo muy extraño para mencionar en un setlist, hay que reconocer que sólo ellos podían haber hecho esto, al traer los instrumentos adecuados y no caer en el cliché de usar la guitarra eléctrica à la Jimi Hendrix. Este acto trae a la mente otras ocasiones en que nuestros símbolos han sido utilizados por los músicos sobre el escenario, como cuando Sting usó a una banda de mariachis en 1991, o cuando Anneke van Giersbergen salió portando la casaca de la Selección Nacional de Fútbol en 1998.
 
Gracias a Haggard por ser una gran banda, pero especialmente por hacernos sentir que somos un gran público.

Staff S&D elige sus favoritos del 2010

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El equipo de Search & Destroy se dio a la tarea, como siempre, de elegir objetivamente Los 35 Mejores Discos del 2010 así como videos y más. Pero independientemente de ello también somos fans y cada uno de nosotros disfrutó, más que otros, de ciertos discos, estilo, sonido, etc.

Aquí te presentamos lo que para quienes forman parte del equipo, fueron sus discos favoritos del 2010.

Sergio Alvite

01. Triptykon –  Eparistera Daimones
02. IhsahnAfter
03. EnslavedAxioma Ethica Odini
04. YakuzaOf Seismic Consequence
05. KylesaSpiral Shadow
06. The OceanHeliocentric/Anthropocentric
07. TorcheSongs For Singles
08. IntronautValley Of Smoke
09. Barren EarthThe Curse Of The Red River
10. AtheistJupiter

Antonymous Ayala

01. IhsahnAfter
02. SighScenes From Hell
03. Overkill – Ironbound
04. MelecheshThe Epigenesis
05. Triptykon –  Eparistera Daimones
06. Cephalic CarnageMisled By Certainty
07. Insidious DiseaseShadowcast
08. DarkthroneThe Circle Of Wagons
09. CathedralThe Guessing Game
10. AnathemaWe're Here Because We're Here

Pablo Barrios

01. HeathenThe Evolution Of Chaos
02. AnathemaWe're Here Because We're Here
03. TherionSitra Ahra
04. The SwordWarp Riders
05. The OceanHeliocentric/Anthropocentric
06. AlcestÉcailles De Lune
07. IhsahnAfter
08. EnslavedAxioma Ethica Odini
09. Cradle Of FilthDarkly Darkly Venus Aversa
10. PowergloveSaturday Morning Apocalypse

Juanito el del Demo

01. Iron MaidenThe Final Frontier
02. IhsahnAfter
03. BorknagarUniversal
04. Triptykon –  Eparistera Daimones
05. SighScenes From Hell
06. The Dillinger Escape PlanOption Paralysis
07. High On FireSnakes For The Divine
08. Ozzy OsbourneScream
09. Arsis – Starve For The Devil
10. Fear FactoryMechanize

Javier Show

01. WatainLawless Darkness
02. Triptykon –  Eparistera Daimones
03. KylesaSpiral Shadow
04. YakuzaOf Seismic Consequence
05. DawnbringerNucleus
06. WoeQuietly, Undramatically
07. AgallochMarrow The Spirit
08. Bison B.C.Dark Ages
09. KvelertakKvelertak
10. DarkthroneThe Circle Of Wagons

Avantasia: Power – Ópera de Antología

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Viernes 10 de Diciembre 2010
Circo Volador
México D.F.
Por Juanito el del Demo
Fotos: Germán García

Tras un lapso de dos años, regresa Avantasia a la Ciudad de México, con un par de nuevos álbumes en su discografía; para beneplácito de la audiencia, el proyecto paralelo del talentoso Tobias Sammet —famoso vocalista de Edguy— se hizo acompañar de una banda de primer nivel: Sascha Paeth (Heaven's Gate) en la guitarra, el pelón Oliver Hartmann (At Vance) en guitarra y voz, la exuberante rubia Amanda Somerville (con múltiples colaboraciones para otras bandas) en vocales y coros, Miro Rodenberg (Kamelot) en los teclados, Felix Bohnke (Edguy) en los tambores, Robert Hunecke-Rizzo (Heaven's Gate) en el bajo; pero para sorpresa aún mayor, los vocalistas invitados que venían incluidos en la alineación superaron toda expectativa: Kai Hansen (Helloween, Gamma Ray), Jørn Lande (Jorn, Masterplan), Michael Kiske (Helloween) y Bob Catley (Magnum); con la novedad de que los dos últimos nunca habían visitado Tierra Azteca; el mismo Sammet platicó al público —no sin antes quejarse, con justa razón, de la calidad ambiental de nuestra capital—: "Bob y Michael nunca habían venido a México y les dije: ¡tienen que ir! estamos haciendo gira por Suecia, Alemania y otros países, pero no tienen idea de cómo es el público mexicano". Para fortuna del buen Sammet, la concurrencia no lo defraudó: el Circo Volador se encontraba lleno a su máxima capacidad, y aún desde antes que se apagaran las luces, se escuchaba a la gente corear: "¡Toby, Toby, Toby!" y "¡Kiske, Kiske, Kiske!" (sabedores de la visita del emblemático cantante). Ellos dos, junto con el prestigioso Kai Hansen, se llevaron por mucho las gargantas del público.

Al arrancar la velada se apagaron las luces y se soltó en el sonido local Long Live Rock 'n' Roll, la clásica de Rainbow, con la voz del chaparrito de gran corazón Ronnie James Dio, a quien está de moda homenajear, y de quien, por cierto, Jørn Lande heredó mucho de su estilo de cantar. La noche fue por demás agradable y dinámica; durante un saludable espacio que superó las dos horas y media, se interpretaron diecinueve piezas, la mayoría de duración extensa, enriquecidas por la habilidad de los once músicos en escena; inevitablemente, dentro de la impecable interpretación instrumental, llamaba la atención la presencia de la güera Somerville, quien hacía headbangin' mientras su melena ondeaba al viento y presionaba diestramente los pedales de las velocidades del ventilador que tenía frente a ella. Formalmente, todo el proyecto en sí constituye en principio un gran homenaje a la escena power metal alemana, y piezas como Serpents in Paradise, The Wicked Symphony y The Toy Master encendieron al público; pero sin duda, el momento de la noche recayó en la interpretación de Shelter from the Rain, pieza originalmente incluida en The Scarecrow que nos regaló la presencia de Michael Kiske cantando, con Kai Hansen tocando su inmortal guitarra ESP; o, como dice el famoso anuncio (para ser más claros): boleto para el concierto: $540… camiseta oficial del evento: $250… ver a Michael Kiske cantando mientras abraza a Kai Hansen en el escenario: no tiene precio. Fue indescriptible, nadie podía haber previsto el efecto que eso causó, el ensordecedor alarido de la gente retumbó como si se tratara de un gran estadio y no de un teatro, y es que esperamos veintitrés años para ver esa emotiva imagen. Este pequeño detalle transformó la presentación de Avantasia, de ser un

gran concierto, a trascender como un evento de antología. De manera muy simpática, al final del concierto algunos asistentes coreaban "¡Halloween, Halloween, Halloween!", pidiendo la célebre canción del Keeper of the Seven Keys. Por fortuna no la tocaron, pues el lugar se hubiera derrumbado. La última pieza de la noche, Sign of the Cross, contó con la imponente presencia simultánea de los once músicos sobre el escenario. Algo realmente impresionante fue ver a Kai, tras escuchar la ovación "¡Hansen, Hansen, Hansen!" ponerse de rodillas sobre el escenario para hacer una reverencia de agradecimiento.

Gracias a Tobias Sammet por hacer música notable, por reunir un equipo tan talentoso y, sobre todo, por convencerlos para salir en su ambiciosa gira. Con toda seguridad, Ronnie James e Ingo Schwichtenberg agitaron sus melenas en el cielo.

SETLIST
Intro: Rainbow, Long Live Rock 'n' Roll
Twisted Mind
The Scarecrow (con Jørn Lande)
Promised Land (con Jørn Lande)
Serpents in Paradise (con Jørn Lande)
The Story Ain't Over (con Bob Catley)
Prelude / Reach Out for the Light (con Michael Kiske)
The Tower (con Michael Kiske)
Death Is Just a Feeling (con Kai Hansen)
Lost in Space (con Amanda Somerville)
In Quest For (con Bob Catley)
Runaway Train (con Jørn Lande, Michael Kiske y Bob Catley)
Dying for an Angel (con Michael Kiske)
Stargazers (con Jørn Lande, Michael Kiske y Oliver Hartmann)
Farewell (con Amanda Somerville)
The Wicked Symphony (con Jørn Lande, Michael Kiske y Oliver Hartmann)
ENCORE
The Toy Master (con Kai Hansen)
Shelter from the Rain (con Michael Kiske y Kai Hansen en la guitarra)
Avantasia (con Michael Kiske y Kai Hansen en la guitarra)
Sign of the Cross / The Seven Angels (con Jørn Lande, Michael Kiske, Bob Catley, Oliver Hartmann, Amanda Somerville y Kai Hansen en la guitarra)

 

Iron Maiden – The Final Frontier

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Por Juanito el del Demo

Iron Maiden
The Final Frontier

Sony Legacy

Cada inicio de década, Iron Maiden ha lanzado un álbum que ha caracterizado el curso de la banda: en 1980 Iron Maiden auguraba un gran comienzo, en lo que fue la década más prolífica del grupo; en 1990 No Prayer for the Dying –con la salida de Adrian Smith–, presentaba a un Maiden en pleno declive artístico; en 2000 Brave New World –con el regreso de Bruce Dickinson y el mismo Smith– ostentaba el retorno de la agrupación en plena forma, para volver a ser un acto de primer nivel, de mano de su nuevo productor Kevin Shirley; en 2010 The Final Frontier ciertamente nos presenta a un Maiden diferente, pero la vez, muy reconocible.

Después de haber sido la agrupación más influyente de los ochenta, Maiden prácticamente desapareció tras Seventh Son of a Seventh Son; por ello, cada uno de sus lanzamientos en la década de los 00's ha sido recibido con escepticismo, a pesar de haber retomado el camino en el punto en el que se quedaron en 1988. Pese a todo, la doncella de hierro ha continuado evolucionando, cuando bien podrían haberse apegado a la misma fórmula –como han hecho tantas bandas–, o peor aún, tratar de volver su sonido más aceptable; parte de esta renovación se debe en buena medida a lo ejercitado por Adrian Smith durante su tiempo fuera del grupo, pues ha retomado su lugar como mancuerna importante para Steve Harris en la mayoría de las composiciones, con su estilo metódico y técnico. De esta manera, The Final Frontier se presenta como un álbum muy complejo y difícil de asimilar; lo primero que llama la atención es su duración: mientras las diez canciones de Killers pasaban los 38 minutos, las diez canciones de Final Frontier rebasan los 76 minutos –prácticamente el doble–, lo que lo convierte en su disco de estudio más largo; con ello se entiende que las canciones tienen un tratamiento muy distinto, lo que se siente especialmente en Isle of Avalon, tema de texturas más ambientales, o en Mother of Mercy, una composición progresiva de desarrollo muy extenso; a pesar de estos retoques, la banda retoma varios elementos clásicos de su estilo: la introductoria Satellite 15 es una poderosa muestra rítmica de la incansable batería de Nicko McBrain; El Dorado contiene el clásico galope en el bajo de Steve Harris; la fuerza y pasión con las que canta Bruce Dickinson en Coming Home nos remontan a la añeja Revelations; Starblind posee las sofisticadas alternancias en la afinación de las guitarras que caracterizan a Adrian Smith; en The Man Who Would Be King, Dave Murray hace gala de su ya famoso legato (técnica que consiste en la sucesión de varias notas ligadas, algo que Murray aprendió de Jimi Hendrix y que inmortalizó en temas como Phantom of the Opera y The Trooper). Líricamente, The Alchemist continúa el interés que reflejó Bruce por la alquimia en su álbum solista, The Chemical Wedding, y podemos ver reflejadas las clásicas preocupaciones existenciales de Harris en temas como When the Wild Wind Blows. En cuanto al aspecto visual, el arte nos ofrece un Eddie grotesco y ajeno, más próximo a las ilustraciones del trastornado suizo H. R. Geiger que a la creación original de Derek Riggs.

Por supuesto, muchos de los nuevos elementos sorprenderán a ciertos escuchas que ya se han formado una preconcepción de cómo debe sonar Maiden, y si bien es una placa que no será asimilada a la primera escucha (porque es un hecho que no lo será), puede dejar una gran satisfacción si se toma con calma y paciencia. En verdad, después de más de 30 años en la escena, resulta sorprendente que una banda de esa edad toque de esta manera; sin duda la nostálgica gira de Somewhere Back in Time los revitalizó a la hora de regresar al estudio. Adelante Maiden, por una nueva década; para qué desperdiciar el tiempo añorando los años idos, cuando se están viviendo los años dorados.

Nachtmystium – Addicts: Black Meddle Pt. II

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Por Juanito el del Demo

Nachtmystium
Addicts: Black Meddle Pt. II

Century Media

En 2008, Nachtmystium causó revuelo con su lanzamiento Assassins: Black Meddle Part 1, una inusual fusión de estilos que, desde que era escuchada por primera vez, revelaba a una obra definitoria del black metal y más aún, del metal de un siglo que comenzaba; como el mismo subtítulo implicaba, era evidente que una segunda parte aparecería tarde o temprano, para bien o para mal. Por lo mismo, Addicts: Black Meddle Pt. II debe medirse de acuerdo a los estándares fijados por su predecesor, tratando de desafiar el conocido axioma de que las segundas partes nunca son buenas.

Assassins reveló las inquietudes de Blake Judd como seguidor de Pink Floyd, quien recreó libremente el legado musical sicodélico de los británicos emergidos de la escena sesentera, con instrumentación de antaño –órgano Moog, saxofón– y ambientes espaciales, además de cierto sentido del humor; Addicts también se remonta a aquella época, pero desde una perspectiva más cruda y depresiva, enfocándose no tanto en el aspecto musical, sino en la parte terrible e incómoda que representó la utilización de la heroína y su consecuente adicción, algo que se transmite desde el escalofriante diseño de la portada; por lo mismo, las composiciones son más brutales e inestables, y en consecuencia, más difíciles de digerir. La obra comienza con Cry for Help, que más que canción es una exclamación desesperada que reza: "N-O-T-H-I-N-G H-U-R-T-S M-O-R-E T-H-A-N B-E-I-N-G B-O-R-N" (nada es más doloroso que nacer), frase que nos introduce de lleno al tema de las drogas y que a la vez pudiera interpretarse como una alusión a la dificultad de la concepción artística; en cierto modo, el estilo de Nachtmystium suena más concreto, menos disperso y más pulido, pero el desparpajo de Assassins era precisamente lo que le daba ese encanto de transgresión espontánea. Por su parte, Judd declaró que para Addicts quiso involucrar elementos de post-rock e industrial, para seguir expandiendo las fronteras del metal extremo. A pesar de lo interesante de la premisa, este lanzamiento no suena tan variado auditivamente; ciertamente hay toques de influencias externas, aunque no necesariamente de rock industrial; si en realidad era esa la intención, el resultado es bastante fallido, acaso pueden encontrarse guitarras elementales de extracción ochentera en Nightfall y Then Fires, pero aún así carecen de juego, sin los inesperados contrastes que Assassins ofreció; por otro lado, este nuevo trabajo se aleja considerablemente de la psicodelia y el space rock, con lo que el término Black Meddle sale sobrando, pues hacía alusión a la fusión que se trabajó en Assassins (bautizado así tras el álbum Meddle de Floyd), y por ende se pierde la idea de una secuela auténtica.

En lo que sí avanzó el estilo de Nachtmystium a través de Addicts fue en la elaboración de coros melódicos, aspecto en el que destacan ampliamente No Funeral, Ruined Life Continuum y la titular Addicts, con su temática sobre las drogas y cuyo coro "All I want is more" nos remonta al debut fílmico del suizo Barbet Schroeder sobre los estragos de la heroína y nos lleva por otro (mal)viaje desencantado y decadente. Finalmente, Every Last Drop (ver video) sí conserva los tintes del Floyd que tiñieron Assassins, con su guitarra ambiental evocadora de Shine On You Crazy Diamond, la despedida al Syd Barrett ausente. Para la nueva alineación de estudio de la agrupación repiten Jeff Wilson en la guitarra y Sanford Parker en el sintetizador; en la batería se suma el enorme Jef 'Wrest' Whitehead, líder de su banda Leviathan y quien ha tocado con Judd en el súper grupo Twilight. Adicionalmente, Chris Black repite como productor y letrista.

Addicts pasará a la historia como un buen disco, quizás no como la obra maestra que es Assassins, sino como una muestra de la buena racha por la que atraviesa Nachtmystium como banda experimental, independientemente de los resultados obtenidos; tal vez la propensión de Judd por fusionar géneros sea un sincero intento por ampliar las posibilidades del metal extremo como corriente, o quizás sea meramente un interés comercial para llegar a un sector de público ajeno al metal, como sea, se agradece que haya músicos valientes que tomen el riesgo y generen música diferente. La esencia del black metal es ir contra lo establecido, aunque eso signifique ir en contra del mismo estilo.

Ozzy Osbourne – Scream

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Por Juanito el del Demo

Ozzy Osbourne
Scream

Epic

Considerado una leyenda en la comunidad metalera, criticado por algunos y amado por millones, Ozzy Osbourne sube un peldaño más de su larga y prolífica carrera y –hay que decirlo–, uno muy importante, con su producción 2010 titulada Scream.

Luego de una relación co-dependiente de dos décadas con Zakk Wylde, la influencia de éste en la música de Osbourne se hacía cada vez más evidente, por lo que el Príncipe de la Oscuridad consideró necesario hacer un cambio: el elegido fue Kostas Karamitroudis, mejor conocido como Gus G., guitarrista de la banda griega Firewind; dado el historial de Ozzy con sus anteriores guitarristas, podría pensarse que se trataría tan sólo de un virtuoso más en la lista; sin embargo, el helénico realmente vino a traer un fresco aire de renovación a la discografía del británico. Basta escuchar Let it Die –la obertura del álbum–, para descubrir durante sus seis intensos minutos el testimonio decisivo de por qué cambió a un guitarrista por otro. En cierta manera, es cierto que quien manda ahí es Sharon… perdón, Ozzy, y los otros músicos –por muy buenos que sean– sirven solamente de apoyo; pero en este caso, Gus G. realmente le ha inyectado vitalidad al veterano músico, quien canta de una manera en la que hacía mucho tiempo no se le escuchaba. Tal vez no se le entienda nada cuando habla, pero a la hora de pararse frente a un micrófono o una audiencia, su cuerpo se fortalece y su voz se carga de pasión, y a lo largo de Scream, su timbre vocal encaja a la perfección con el estilo de la guitarra de Gus G.. El resto de esta nueva alineación la componen Blasko en el bajo, Tommy Clufetos en la batería (ambos ex-Rob Zombie) y Adam Wakeman –con su apellido de abolengo–, en los teclados.

Dentro de tanto guitarrazo vertiginoso, resulta notable Soul Sucker con su cadencia lenta, evocadora del doom de Black Sabbath, sin duda unos de los platillos fuertes del menú; soul sucker podría traducirse como "el chupa almas", lo que nos hace pensar en un viejo vampiro que se alimenta de la energía de los demás para mantenerse vivo. Diggin' Me Down y I Want More llaman la atención con su estructura progresiva, al clásico estilo de Diary of a Madman o Killer of Giants, mientras Time representa la infaltable balada. Como ha sucedido en varios de los temas de Ozzy, muchos de sus títulos y letras son auto referencias a su carrera, su persona y sus actuaciones sobre el escenario, dando esa impresión de cercanía, de estar platicando con el escucha en persona acerca de su trayectoria… pero más que a viejito sentimental, suena al abuelo divertido que sabe entretener con sus grandes experiencias. Por ello no es de extrañar que las canciones lleven nombres como Life Won't Wait, Time o I Want More cuando recapitula el camino recorrido y Let Me Hear You Scream o I Love You All cuando se dirige a su público.

Finalmente, en una comparación obligada entre The Devil You Know de Heaven & Hell y Scream, la obra de Osbourne destaca por haber logrado desempantanarse de un estilo arraigado y bien conocido por todos, para expandir sus fronteras. No es que se trate realmente de una nueva propuesta estilística, pero tampoco se le puede exigir tal cosa a quien en su momento consumó la mayor propuesta musical de la historia, junto a Iommi, Butler y Ward. Sin duda, Scream sorprenderá a bastantes escépticos que piensan que Ozzy está acabado, y halagará a quienes han seguido de cerca su carrera. Larga vida a los rockeros de su especie.